C. EXTRA [3]

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¡Buenísimas mañanas! ¿Qué tal?
Bueno, espero que bien... Jajaja. En fin, que me lío... Pues nada, que quería deciros que me he hecho un nuevo FB hace poco (n.n)' y pues nada, que si queríais agregarme (para hablar o lo que sea), que me aviséis si os interesa :)
Bueno, muchas gracias por leerme y espero que os guste este nuevo capítulo extra:3
¿Qué tal va la historia? ¿Os gusta la forma de ser de Alex?
Besoooos:*

Sonreí mientras me llevaba una patata a la boca. Llevábamos una hora juntos sentados en aquella cafetería del hospital, y estaba sorprendida de que todavía no nos hubiésemos intentado matar el uno al otro.

Miré su rostro y jamás pensé que podría llegar a pasar un rato tan divertido con él, y a solas. Ni en mis mejores sueños había podido plasmar la sensación de felicidad que sentía ahora, con él delante de mí.
Su rostro era arrebatador. Me sonrojé levemente por pensar así, pero era completamente cierto. Con sus ojos azules felices y relajados, esa media sonrisa que nunca había visto en su rostro cuando me.miraba y el pelo revuelto por haberse pasado las manos por él... Suspiré y mi sonrisa aumentó.

Desde luego, podría acostumbrarme a ser... Su amiga.

Sin embargo miemtras le oia hablar sobre su amistad con Mark, un pensamiento agridulce me inundó, y mi sonrisa flaqueó por unos instantes: ¿Y si estaba actuando?

Me mordí la mejilla y negué con la cabeza, sin querer desconfiar. Iba a dejarle hacer, y si veía algo sospechoso en su comportamiento, volvería a alejarme de él.

-¿En qué piensas? -me preguntó él, divertido.

Le observé llevarse la lata de coca-cola a la boca y darle un largo trago mientras me miraba.

-En que...-miré hacia la mesa, donde descansaban nuestros platos vacíos, e intenté salir de aquella situación incómoda-, me parece sorprendente que todavía no haya querido pegarte... Ni un poquito.

Sus ojos refulgieron, graciosos, y la lenta sonrisa apareció en su boca. Tenía una sonrisa perfecta: sonreía de manera lenta, levantando las comisuras de la boca y mostrando aquel par de hoyuelos que tenía en sus mejillas. Sin embargo, lo mejor era cuando sus ojos se iluminaban, mostrando su felicidad.

Con el corazón latiendo a mil por hora, bajé la mirada ante la intensidad de la suya, y oi como decía con voz divertida:

-Lo extraño es que todavía no haya querido hacerlo yo... Quién iba a decir -él se rió por lo bajo-, que llegarías a ser hasta tímida.

Levanté mi mirada y la clavé en él.

-Yo no soy tímida -le dije ofendida-, simplemente me resulta muy extraño estar contigo sin tener que pensar en lo que dirás, y cómo podré defenderme.

Él hizo una mueca y sus ojos parecieron hasta arrepentidos, pero no dijo nada. De pronto, una sombra apareció en ellos y toda la felicidad que habíamos tenido hacía unos instantes desapareció.

Miré, casi asustada, como apretaba la mandíbula, con los ojos perdidos en algún recuerdo.

Estaba a punto de preguntarle sobre las razones por las cuales me odiaba, cuando empezó su teléfono a vibrar sobre la mesa.
Él salió de su trance casi al instante, y maldijo cuando vio el nombre en la pantalla.

-Mierda...-susurró antes de cogerlo-. Hola, Mark... Sí, lo siento, me había olvidado por completo...-se quedó en silencio y me miró- sí, pero iré acompañado...-él escuchó y se rió- no te lo vas a creer pero, estoy hablando con Nadia, y no, ninguno de los dos está sangrando.

Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora