Le miré sonrojada y sin querer entender lo que había dicho. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo que no iba a ser la única?
Cuando llegamos a una habitación -muy masculina, por cierto-, cerró la puerta con pestillo y se apoyó en la misma. Tenía el cabello cayéndole sobre los ojos cerrados, y el pelo todavía algo húmedo por la piscina.
-¿Qué pasa? ¿Por qué...? -pregunté cuando ya no podía más la presión. Llevábamos minutos aquí encerrados, en silencio, y yo ya no podía más.
-¿Por qué te has puesto ese bikini, Nadia? ¿No había alguno más provocativo? También podrías haber bajado desnuda -espetó él, de pronto. Yo abrí los ojos, pasmada, y al instante fruncí el ceño furiosa como estaba él.
-Espero que no estés insinuando lo que creo que estás insinuando, Grey -le advertí con la voz. ¿Me estaba llamando puta?-. Me he puesto este porque, principalmente, era el menos provocativo que había... ¡Y no sé que hago dándote explicaciones! Me has dejado sola para que eligiera, y he elegido este -él abrió la boca para hablar, pero no dejé que me interrumpiera-. Además, no tengo por qué tenerte en cuenta, ¿sabes? No eres mi novio y... como sigas así dejaremos de ser amigos...-bufé herida y con los ojos llorosos- ¡Ni un día, maldita sea! ¡Aparta!
Él apretó los labios cuando me acerqué a él para que me dejase salir, me iba ahora mismo de allí y él no me lo iba a impedir. Intenté abrir la puerta, aunque fuese con él encima, y obviamente no lo conseguí. Frustrada, clavé mis ojos en los suyos y tragué saliva ante lo que vi. Sus ojos brillaban oscuros y profundos, y la media sonrisa que tenía en los labios me hizo sentir estragos por todo el cuerpo.
De pronto, sentí su mano en mi cadera y mi corazón latió desbocado al sentir su piel contra la mía. Él me acercó a su cuerpo con un leve tirón, y yo me dejé hacer. Nunca había hecho esto, y no sabía como actuar. Tenía mis manos apretadas, clavándome las uñas sin saber dónde ponerlas y estaba claramente torturando mi labio inferior. Sentí su mano acariciando mi mejilla, para luego bajar hasta mi boca y liberar mi labio de mis dientes torturadores. Sus ojos se quedaron fijos en mi boca, y yo cada vez estaba más nerviosa. Tenía el cuerpo como un flan, tembloroso bajo su intensa mirada.
-Yo... mierda, Nadia. Me has dejado sin palabras...-él tragó saliva y clavó sus ojos en los míos con una diversión seca-, y yo que quería venir para reprocharte que me hicieras esto...-él negó con la cabeza y sonrió levemente-, y al final he salido escaldado.
-No puedes reprocharme nada, Alex -le susurré bajando la mirada-, eres tú el que me ha traído aquí, a la maldita boca del lobo... ¡para meterme en una piscina con ellos!
Él sonrió y me obligó a levantar la cabeza para encararle.
-Sí, pero que te metas en una piscina no significa que tengas que ponerlos cachondos -yo le miré indignada, a lo que él añadió-: lo has hecho, Nadia. Joder, mira.
Y entonces él me pegó completamente a él y lo sentí. Jadeé ante su erección y cerré los ojos con fuerza, sintiendo su respiración en mi oído. Posé mis manos en sus hombros e intenté alejarme, pero él incrementó la fuerza y no pude hacer otra cosa que removerme contra él. Él gruñó y me quedé inmóvil.
-¿Entiendes ahora, Nadia, por qué no tendrías que haberte puesto este maldito bikini? -susurró él, entre furioso y alterado- ¿Cómo quieres que esté tranquilo si siento que voy a explotar? ¡Y por ti, maldita sea!
Yo gemí y posé mi frente en su hombro, sintiendo el frescor de su piel. Tenía el vientre ardiendo, y el cuerpo en llamas. Me dolían los pechos y sentía la entrepierna húmeda, y todo por él.
-Alex por favor...-le supliqué con la voz, aunque ni siquiera sabía lo que realmente le pedía. ¿Que me soltara, o que me tocara?
De pronto, sentí su mano hundiéndose en mi pelo y tirando de él, haciendo que mi rostro quedase delante de él. Sentía su respiración agitada contra mi rostro, igual que el mío. Su mano libre recorría mi espalda, subiendo y bajando, como si disfrutara de mi piel.
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Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]
FanfictionHabían pasado dos años desde el nacimiento del miembro más reciente de la familia Grey. Aria jamás pensó que su perfecta vida daría un giro tan inesperado, pero cuando su sexy y famoso marido comenzó a distanciarse de ella por razones desconocidas...