Caí de rodillas, con las lágrimas cayendo por mis mejillas mientras intentaba acercarme a Alex. Sus grandes ojos azules me miraban asustados y heridos.
-Alex, cariño, pequeño -susurré, intentando tocarle-. No te asustes, soy mamá... Dios, cariño ¿qué te han hecho?
Apreté los labios, mareándome por el dolor que sentía en el pecho. ¡Mataría a Alexia! ¡La mataría por esto!
-Por favor, Alex, acércate...-me intenté acercar, pero él se estremeció y apartó la cabeza cuando intenté tocarle el rostro-. No me tengas miedo, no te haré daño.
Él negó con la cabeza y gimió cuando vio que le iba a tocar. Parpadeé para quitarme las lágrimas de los ojos y le ofrecí la mano.
-Soy mami cariño, soy mami... No llores por favor...
Él me miró con la cabeza ladeada, con los ojos llenos de lágrimas y abrí la boca para susurrar.
- ¿Ma...mami? -susurró él parpadeando y haciendo que dos lagrimones cayesen hacia el suelo.
Yo asentí de forma frenética y jadeé cuando puso su mano sobre la mía.
Lentamente lo acerqué a mí y lo abracé, hundiendo mi cara en su pelo. Él me abrazó con fuerza, llorando y llamándome sin parar.
-Tranquilo mi vida, todo estará bien... te voy a sacar de aquí, te lo prometo...-le susurré, besándole la cabeza. Apreté los dientes cuando oí la voz de Michael.
-Vamos, tenemos que irnos... Y por tu seguridad y por la suya, espero que no hagas ninguna tontería.
Yo asentí levemente y cogí a mi hijo en brazos. No pensaba alejarme de él nunca más.
Salimos del piso en silencio, con Michael detrás de nosotros y con la pistola apuntándome en la parte baja de la espalda.
Cuando llegamos a la calle, el aire frío nos golpeó, y noté a Alex temblar. Abrazándolo con más fuerza, le besé y me puse a susurrarle palabras cariñosas al oído. Él hundió su rostro en mi cuello y yo maldije a Alexia por hacerle pasar todo esto.
Cuando llegamos a la parte trasera del edificio, había una furgoneta negra esperándonos.
Michael se acercó y abrió la parte trasera.
-Sube -ordenó él, sin mirarme.
Le miré dolida, con la traición clavándose hondo en mi pecho. ¿Cómo podía él estar metido en todo esto?
- ¿Qué? ¿Por qué me miras así? -me espetó él, en un tono muy diferente al que yo conocía-. No es como si hubiésemos sido mejores amigos, Aria. Además, Elena tenía otros planes que no introducían a tu
mocoso... pero Alexia decidió joderme la vida y cambiar los planes.¿Elena? ¿Ella estaba metida en esto? Pero... ¿cómo?
- ¿Y Dani? ¿Qué pasa con él? -le dije con esfuerzo. El labio no dejaba de sangrarme, y la mejilla se me estaba empezando a inflamar- ¿Por qué lo metiste en todo esto?
Él sonrió de medio lado y levantó una ceja.
- ¿Cómo sino iba a acercarme a ti, estúpida?
Fruncí el ceño levemente y negué con la cabeza. Habían estado jugando con nosotros durante semanas... Maldije a Alexia, a Michael, y a la culpable de su existencia: Elena. Esa maldita mujer vivía para atormentarnos a todos, incluso detrás de las rejas.
- ¿Por qué le estás dando explicaciones? -preguntó de pronto esa voz.
Alexia apareció de pronto, saliendo de la parte delantera de la furgoneta. Tuve que contenerme para no abalanzarme sobre ella y devolverle cada golpe que le había dado a mi hijo.
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Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]
FanficHabían pasado dos años desde el nacimiento del miembro más reciente de la familia Grey. Aria jamás pensó que su perfecta vida daría un giro tan inesperado, pero cuando su sexy y famoso marido comenzó a distanciarse de ella por razones desconocidas...