Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]

C. EXTRA [5]

PERDÓN POR LA TARDANZA. Iba a subir el capítulo antes, pero... vale, va a sonar raro pero estaba viendo Ratatouille. Es muy mono... En fin, lo siento y espero que disfrutéis con el nuevo capítulo. :)

Desperté al oír tímidos golpes en mi puerta. Miré extrañado al despertador, y casi gemí al ver la hora. ¿Por qué me despertaban una hora antes de tener que levantarme?

Sin embargo, al recordar la forma con la que me despedí ayer de Nadia, me levanté con una sonrisa tonta en la cara. No sabía lo que me estaba haciendo, pero desde luego no podía dejar de sonreír. Habían pasado dos días desde que habíamos arreglado nuestras diferencias, y debía admitir que seguir el consejo de mi madre había sido la mejor decisión que había tomado nunca.

Ya apenas veía en ella a Alexia, aunque debía admitir que el parecido era asombroso. Mi padre había investigado sobre Nadia cuando era más joven, y había averiguado que no tenía ningún parentesco con ella, así que no podía seguir culpándola por nada.

En el instituto todavía era complicado para Nadia ir a mi lado. La gente nos miraba como si el mundo fuese a acabarse, y yo no podía dejar de reírme cuando ella agachaba la cabeza avergonzada.

La relación de Josh y Sara se había roto cuando Nadia le había contado sobre la infidelidad con Andrea. Había sido duro ver a aquella morena de ojos celestes y carácter de acero llorar sobre el hombro de Nadia, pero a pesar del dolor que le había causado la noticia, Sara le había agradecido por decirle la verdad.

Nadia había negado con la cabeza, y después de consolarla le había soltado la noticia que ya corría por los pasillos. Sara se había echado a reír como si no se lo creyese y me había mirado con una ceja alzada y los ojos todavía rojos.

-Como sea mentira, te cortaré lo que más aprecias... Y no estoy hablando de tu pelo, Grey -me había dicho la morena para consternación de Nadia. Yo me había echado a reír y había asentido, aceptando la amenaza.

De pronto un ruido me sacó se mi ensoñación. Escuché unos golpes en la puerta y luego la escuché abrirse. Miré a Nerea con una ceja alzada y ella sonrió desde la puerta.

-Papá dice que te des prisa, que tenemos que recoger a... Alguien.

Fruncí el ceño y me acerqué a mi pequeña y madrugadora hermana. Agachándome a su lado, le di un toque en la nariz.

-¿Y... Se puede saber quién es? -le pregunté con una sonrisa. Ella se rió, contenta de saber algo que yo no sabía, y negó. Bufé- ¿Por favor...? Te daré mi postre de hoy.

Ella negó con la cabeza, haciendo girar sus dos coletitas.

-Papá sabía que dirías eso, así que me va a dar el suyo.

Le miré indignado y con el ceño fruncido, y le cogí de la mano para caminar hasta la cocina.

-Sois realmente retorcidos -dije al entrar. Una sonrisa se extendió por el rostro de mis padres- ¿A quién vamos a recoger?

Mis padres se miraron entre sí, con una sonrisa cómplice y yo fruncí el ceño todavía más. Bajé la mirada hacia mi hermana.

-¿De verdad no me vas a ayudar? -ella negó y corrió hasta nuestro padre, que la cogió en brazos y la sentó en sus rodillas.

-Lo siento hijo, pero es una sorpresa -él me miró y señaló mi pantalón de pijama-, por cierto, llegamos tarde ¿Piensas ir así?

Yo bufé y salí de la cocina mientras oía a mi retorcida familia reírse.

*** ***
Bajé del autobús seguida de Sara y de su incansable parloteo.

-Todavía no me lo puedo creer, ¿te besó? ¿En serio? -la miré mal, cansada de repetirlo-. Bueno chica, no todos los días tu mejor amiga te cuenta que se ha besado con su peor y más sexy enemigo... En fin, ¿Habéis follado ya?