Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]

C. EXTRA [2]

Perdón por no contestar los comentarios de C.E. 1, peeero es que no sé que poner jajajaja bueno que os doy las gracias a todas por leerme y por el apoyo. Espero que el primer Cap os haya gustado y que el próximo (este), también os guste :)
Muchos besos y abrazos Pascalianos.

Pasé mi mirada por el comedor varias veces, y gruñí al darme cuenta de que hoy tampoco había venido. Después de nuestra conversación en el baño, no había vuelto a aparecer.

Según me dijo Josh -el novio de Sara-, después de recibir una llamada en medio de clase, había salido corriendo del instituto sin decir nada a nadie.

Apreté los dientes cuando sentí algo parecido a la preocupación traspasándome.

-Eh, Alex ¿En qué piensas? -me preguntó Mark de repente. Yo le miré sorprendido y alcé una ceja.

-¿Por qué tendría que estar pensando en algo importante?

Él sonrió como un pirata, y dijo:

-Porque tú sólo te calientas la cabeza con algo importante...-se llevó el sándwich a la boca-, y por tu expresión, es algo que te importa y mucho.

Yo maldije interiormente, pero le sonreí. Sólo él me conocía de esa forma, y era algo... Preocupante. Por otra parte, pensar en Nadia era algo que me molestaba y que no podía evitar aunque quisiese.
Maldita fuera ella, y sus odiosos ojos tristes...

Suspirando, miré a Mark y le sonreí.

-Estoy pensando en mi madre -aunque no era verdad, también era algo que me preocupaba-, lleva un par de días trabajando en el hospital sin descanso, y todavía no sé nada de ella.

Él alzó una ceja y se terminó su comida, antes de decir:

-Ah, vamos, ¿no la ves ni por las mañanas?

Yo negué.

-Llega muy tarde, y se levanta muy temprano... Realmente no sé para qué tiene un horario, si pasa de él.

Mark se rió y negó con la cabeza.

-¿Y a qué esperas? -me preguntó tirandome el tapón de su botella-. Ve a verla... Tampoco es que tengas nada de hacer.

Puse los ojos en blanco y me levanté cuando el timbre sonó. Caminando a clases, me encontré con Sara apoyada en la pared y los ojos cerrados. Sin poder evitarlo, le solté:

-Oye, Sarita, ¿Dónde está Nadie?
Sus ojos celestes se abrieron, cabreados. Bueno, al menos ella seguía odiándome como siempre.

-Eres un idiota, Grey... Déjala en paz, ella no está ahora para tus tonterías.

Intentó irse, pero le agarré del brazo con firmeza.

-¿Por qué?

Ella apretó los labios y me traspasó con su mirada llena de odio.

-¿Y qué más te da? Te has pasado toda tu vida molestándola, y sin ninguna razón -ella se soltó de un tirón-, haces que todos la odien por algo que sólo tú sabes, ¿Y ahora tienes la cara de preguntar por ella? No te voy a responder, Grey, principalmente porque no te incumbe.

Observé mudo como ella se alejaba... Ah, maldita sea, tenía una lengua tan viperina como Nadia... Incluso más...

Mark silbó a mi lado, sorprendido.

-Y yo que pensaba que Sara era una niña buena...-de pronto se rió-, quién podría haberlo sabido, si cuando se sienta con nosotros lo único que hace es matarnos a base de miradas.

Yo me lamí los labios y negué con la cabeza. Me daba igual como se comportase Sara, lo único que me incomodaba era que no hubiese respondido a mi maldita pregunta, ¿Dónde estaba Nadia?