Capítulo 19

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Despegando hacia el mañana (P2)

Sasuke había vuelto para buscar unos apuntes que había olvidado, además de las letras de una canción nueva en la que había estado trabajando. Recogió todo y se lo guardó en el bolso, entonces se dispuso a regresar a casa para darse una ducha y comer algo, antes de encontrarse con los chicos.

Cuando iba llegando hacia la salida, divisó a cierta chica de cabellera rosa, la cual caminaba delante de él a pasos de tortuga, pues no le era fácil llevar muletas. Ella se había quedado a una reunión de delegados para ver el tema del festival cultural, en donde se suponía que él también debería haber estado, pero se había excusado diciendo que tenía cosas que hacer. Seguramente la chica se dirigía ahora a la dichosa reunión, que se llevaba a cabo en el edificio más pequeño de la escuela.

Frunció el ceño al recordar lo acaramelada que estaba ella hace rato con Naruto, no podía entender la razón para sentirse así, ¿por qué le hervía la sangre al verlos juntos? Era un sentimiento tan infame, tan ruin. Naruto era su amigo, su mejor amigo, pero no podía evitar sentirse rabioso cada vez que él y Sakura estaban juntos.

Pasó de largo a la chica y su hombro la golpeó, tirándole una muleta al suelo, aunque eso no lo había hecho a propósito.

—Perdona, no te vi —dijo al recoger la muleta del suelo, entregándosela a la chica de ojos verdes, ojos que lo miraron de un modo que, por sólo un instante, le hizo perder la noción del tiempo y de la vida misma.

—Sasuke-kun, ¿aún no te has ido? —preguntó un poco sorprendida, aunque feliz de verlo. Sakura no podía vivir enojada por siempre con él, porque lo amaba, lo quería del modo más sincero posible, incluso si Sasuke no le hacía el menor caso, incluso si ella era la novia de Naruto.

—No, vine a buscar algo —respondió el estoico muchacho, mientras desviaba la mirada, era difícil verla cuando Sakura lucía tan irremediablemente adorable, sobre todo por el sonrojo en sus mejillas.

—Ah, deberías irte ya, o llegarás tarde a donde tenías que ir...

Durante un momento, Sakura se sintió un poco mareada, parecía que había cogido una gripe por haberse mojado el otro día con la lluvia y poco a poco los síntomas iban manifestándose.

—¿Estás bien? —preguntó el azabache, dándose cuenta de que ella tenía la mirada perdida y, ahora que se fijaba mejor, sus mejillas estaban realmente muy rojas, así que no dudó en acercar su mano a la frente de la más baja—. Tienes fiebre...

—¿Eh? ¿De verdad? —ella también se tocó la frente, aunque cuando sintió la fría mano de Sasuke, su corazón se había acelerado de sobremanera—. Pero me siento bien, además, debo asistir a la reunión, es importante y ya estoy atrasada.

El pelinegro suspiró, frunciendo levemente el ceño, el idiota de Naruto ya se había ido y de ningún modo iba a dejar a Sakura sola estando enferma, no como lo había hecho ese día en que ella se lastimó, aún se sentía culpable por su actuar.

—Iré contigo, de todos modos, mi reunión se aplazó —dijo en tono "desinteresado", como si no tuviera nada mejor que hacer, pues no quería verse demasiado involucrado con el tema, estaba seguro de que sólo estaba haciendo esto por amabilidad y no por otra cosa.

Por su parte, Sakura sonrió, le gustaba pasar tiempo junto a Sasuke, aunque sólo fuesen unos pocos minutos y sobre temas muy puntuales, eso no le importaba, mientras pudiera estar a su lado.

—Gracias, Sasuke-kun —le dijo, sonriendo.

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Una cosa que odiaba de los lugares como las farmacias, era el hecho de que todos parecían juzgar al prójimo según lo que compraba, era por eso que Ino se estaba dando vueltas y vueltas por el pasillo, sin tomar el único producto por el que en realidad había venido. Había tomado un cepillo de dientes, un par de tratamientos para el cabello y, de perdida, también una crema para la hinchazón, pero no se atrevía a agarrar aquello que estaba frente a ella. Había salido de la escuela casi hace media hora y corrió a la farmacia para comprar "eso", muriendo de la vergüenza de sólo pensar en agarrarlo, ¿por qué Kiba le hacía esto?

Pasión por la MúsicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora