Capítulo 1

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Una sola canción podría convertirse un día en la razón por la cual todavía deseas seguir viviendo, una melodía que toca tu corazón, que alegra tu existir, ¿alguna vez te sucedió?

Capítulo 1: Secreto de una estrella

—¡Por favor, Hinata-san, una sola pregunta! el periodista fue ignorado por la joven estrella, la cual era custodiada por sus dos enormes guardaespaldas, vestidos completamente de negro.

Todos ellos le pedían fotos, autógrafos y entrevistas, pero ella simplemente se alejaba, pues debía irse ya de ahí, estaba atosigada de tantos flashes, sin embargo, sonrió dulcemente.

—Lo siento, pero no voy a decir nada de eso, además hoy tengo cosas que hacer así que espero que me disculpen dijo la joven de larga cabellera negro azulada y ojos color perla, mientras mostraba su brillante expresión.

—Bueno, así acaba el concierto de la idol más famosa del momento, Hinata Hyûga, quien no ha querido dar declaraciones sobre su supuesto romance con el joven con quien se le ha visto en estos días dijo la reportera de aquel canal de farándula—. Cerraremos con la última canción que tocó hoy.

La música comenzó a sonar; era una tonada lenta y armoniosa, que se amenizó aún más cuando aquella voz hizo su aparición.

Kanashikute, kanashikute

Nakidashisou ni naru

Tada tsuyoku naritai dake

Namida wa nagasenai

De pronto, la música cambió a un ritmo más rápido y la voz de la chica siguió la melodía.

Taisetsu na anata no hitomi ni

Watashi wa utsutteru nokana

Komorebi sashikomu madobe niwa

Doushite yasashiku narerun darou

Alzó sus manos haciendo que el público la siguiera con la letra, mientras sonreía al ver como todos los que estaban ahí sólo venían por ella.

Kokoro kakushite Kodou kakushite

Itsumo no youni

Wakariaenai tsurasa ga Tamaranai

Waraitai, Waraitai Kokoro no mannaka de

Anata niwa Uchiake you

Tsuyogaru watashi Yowaki na watashi

Kinou no Hanashi Dou demo ii koto mo zenbu

Aishiteru korekara mo zutto

Ude wo kunde aruiteikou Yeah!

Apagó el televisor, ya que su padrino no despegaba la vista de él. El hombre de larga cabellera gris le miró de mala gana. pues le había cortado la televisión antes de que terminara la canción.

—¿Pero por qué hiciste eso? —preguntó molesto. El joven rubio le miró con el ceño fruncido y tomó todas sus cosas para ir a la escuela.

—No sé cómo te puedes emocionar con esas cosas, ero-senin, además, esas canciones no son tan buenas como para que sea tan famosa —dijo mostrando cierta rabia en sus ojos azules.

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