Pasión por la Música

Capítulo 44

Red de mentiras 1/2

El festival había terminado hace un rato ya, todos se habían retirado, pero los estudiantes de Kakashi estaban reunidos en un salón. Todos permanecían en silencio, con expresiones entre lo reflexivo, el enojo y la confusión, hasta que fue Naruto quien rompió el incómodo y tenso silencio.

—Esto no tiene sentido, es obvio que es un malentendido.

—¿En verdad lo es? —cuestionó Sai, mirando a Naruto con aquella sonrisa molesta que siempre ponía incómodos a los demás—. Ya escuchaste de qué lo acusan, eso no es algo que se pueda llamar un malentendido.

—¡Cierra la boca! —exclamó el rubio enojado—. Kakashi-sensei jamás... él no haría... —no terminó su frase, ya que no sabía qué más decir.

—No nos precipitemos, tal vez Naruto tenga razón y sí sea un error —opinó Sasuke, el cual tenía las manos empuñadas, de todos los estudiantes del salón, Naruto, Sakura y él eran los más cercanos a su profesor y era sumamente difícil creer que él pudiera haber hecho algo tan grave como era aquello de lo que lo estaban acusando.

—Es mejor que nos vayamos a casa y esperemos a ver lo que sucede, nosotros no podemos hacer nada de todos modos —dijo Shikamaru, poniéndose de pie, al mismo tiempo que dejaba salir un hondo suspiro—. Todo esto es demasiado problemático.

Los demás estuvieron de acuerdo con lo que él dijo, así que empezaron a dispersarse, yendo cada uno a sus hogares, aunque todos estaban muy desconcertados.

—¡Naruto! —Jiraiya, el padrino de Naruto, lo estaba esperando afuera de la escuela—. ¿Por qué tardaste tanto? Tu padre y yo llevamos horas aquí —dijo de mala gana, apuntando hacia el auto de Minato, el cual se encontraba dentro.

Naruto no dijo nada, simplemente caminó hasta el auto y se metió.

—Oye, niño, que te estoy hablando —insistió el hombre mayor, siguiéndolo dentro, pero Naruto continuó ignorándolo.

—Papá... —dijo, mirando al hombre a través del espejo retrovisor—. ¿Qué hacemos? La policía se ha llevado a Kakashi-sensei, lo están acusando de algo muy grave.

—¿Qué? —Minato se volteó a mirarlo con los ojos muy abiertos, al igual que Jiraiya—. Cuéntame todo lo que pasó, y pónganse el cinturón —añadió, encendiendo de inmediato el motor de su auto.

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Gaara se encontraba en su habitación, se estaba mirando al espejo con una expresión de congoja, asegurándose de que nada estuviera fuera de lugar, como para llegar a ser descubierto por su padre, pues hace no mucho, estaba sobre el escenario. Se suponía que en un rato llegarían Matsuri y su madre para la cena "familiar", pero él no tenía demasiada cabeza para todo eso, no después de lo que sucedió con su profesor. No era especialmente cercano a Kakashi, pero lo conocía bastante como para no creer aquello de lo que lo estaban acusando, tenía que haber algún error o confusión.

—No tengo ánimos para hacer esta mierda —bajó los hombros y suspiró, tras arreglarse el cuello de la estúpida camisa que se había puesto para aparentar ser algo que no era, pues ese tipo de ropa nunca había ido con él.

Tomó su celular de encima de su cama y se dio cuenta de que tenía un mensaje, era de Matsuri.

"Ya estamos llegando, aunque no tengo muchas ganas de estar ahí con tu familia, no me gusta fingir"

Gaara suspiró, comprendía a la perfección los sentimientos de Matsuri, pues para él también era difícil, él más que nadie deseaba gritar a los cuatro vientos acerca de lo que sentía en realidad por ella y cuál era la naturaleza de su relación, pero sabía que no podía hacerlo por diferentes factores.