Capítulo 12

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No viviré para siempre, por eso, sólo quiero vivir mientras esté con vida...

Es mi vida (P1)

Le dio un abrazo con verdadera alegría, rodeándola por la cintura y aprisionando sus labios de forma cariñosa y dulce. Ella le sonrió al separarse, mirándole directo a esos enormes y jubilosos ojos azules.

—Debo entrar, Naruto —dijo la peli rosa con voz dulce, tratando de adaptarse a la nueva realidad que ahora tenía frente a ella; era la novia de Naruto. De ahora en adelante tenía decidido empezar desde cero al lado del rubio, el único chico que de verdad la quería por quien era ella y que no discriminaba su forma de ser.

—Se me hará eterna la noche hasta volver a verte —le susurró el rubio, al tiempo que la soltaba. Estaba tan feliz, por fin la chica que tanto quería le hacía caso y nada ni nadie cambiarían su dicha. Se despidió de ella en la puerta de su casa y se alejó con las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Después de haberse puesto de acuerdo juntos sobre la canción que iban a interpretar para el club de música, Naruto la había acompañado como todo buen novio hasta su casa.

Sentía que de ahora en adelante las cosas no volverían a ser las mismas, ahora que Sakura era su novia.

Al llegar a su casa, lo primero que hizo fue tirarse sobre el sofá con una enorme sonrisa adornando sus labios, ni siquiera los regaños de su padre por haber ensuciado la entrada lo alteraron en lo más mínimo, porque hoy nada podría salirle mal.

—Vaya, pero que felicidad se respira en el aire —habló Jiraiya, el padrino de Naruto, el cual se sentó a su lado y encendió el televisor con el control remoto—. Vamos a ver qué cosa interesante hay en la televisión.

—Las mismas cosas aburridas de siempre —dijo Naruto con desinterés, no obstante, se interesó apenas vio la imagen de Hinata—. Déjale ahí.

—Creí que esa cantante no te gustaba —le dijo su padrino con el ceño fruncido, sin comprender por qué razón, de un momento a otro, su ahijado se interesaba en la Idol más aclamada de Japón.

—Silencio, no me dejas oír —se quejó el rubio quitándole el control remoto a Jiraiya para subir el volumen al televisor. Ahí, en la gran pantalla de la sala, una imagen impactante de Hinata se estaba transmitiendo a través del aparato. Salía utilizando un hermoso vestido blanco, apretado en la parte de arriba y holgado en la de abajo, le llegaba hasta las rodillas y dejaba libres el resto de sus blancas piernas. Sus ojos lucían preciosos, delineados en color negro, que resaltaba aún más el tono perla. Su cabello caía suelto sobre sus hombros y detrás de ella, dos alas blancas y emplumadas se alzaban hasta casi desaparecer del recuadro de la cámara. Era uno de sus videos musicales.

Recientemente, la famosa Idol, Hyûga Hinata, se ha visto implicada en ciertos hechos bastante perjudiciales para su carrera, como ha sido en que hace tres días atrás se le vio y se fotografió en una discoteque en donde llegó la policía después de varios incidentes, al parecer ocasionados por amigos de la artista —contaba la reportera del canal musical, dejando que otra secuencia de imágenes sobre Hinata apareciera, esta vez, luciendo como una diablita y vestida completamente de rojo, con dos cuernos pequeños sobre su cabeza y alas de murciélago en su espalda—. Y no sólo eso, al parecer estaría saliendo con alguien, tal y como se ha comentado este último tiempo, sin embargo, no se tienen antecedentes de quién pueda ser esta persona...

Naruto cambió la televisión y dejó el control sobre los mullidos cojines del sofá. Tenía el ceño fruncido y una amarga expresión.

—Esos tipos dicen puras estupideces acerca de la gente —se quejó, molesto de que inventasen todas esas tonterías acerca de Hinata, en especial, la última cosa que habían dicho. ¿Cómo era eso de que estaba saliendo con alguien?

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