Capítulo 7

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Los sueños pueden cumplirse (P2)

El viernes en la noche había llegado casi sin que lo notaran y tal y como lo había anunciado Ino, hoy saldrían a divertirse un rato, ya que las clases los tenían hartos a todos.

—¿Estás segura de que Sasuke-kun viene? —preguntó Sakura por quinta vez, haciendo que Ino entornara los ojos ante su insistencia; en verdad ya la tenía cansada con el tema de Sasuke de allá para acá, parecía un disco rayado.

—Ya te dije que sí, Naruto me llamó y me dijo que venía con Sasuke y Gaara, y no sé quién más —volvió a responder algo aburrida.

Las dos estaban sentadas en un parque de la ciudad. El cielo estaba oscuro y las luces eléctricas iluminaban el lugar, haciéndolo bastante agradable.

—Que bien... —dijo Sakura soltando un suspiro. A veces se sentía como una de esas fans psicópatas de Sasuke, pero ¿qué podía hacer? Estaba loca por él, quería que Sasuke la notara, aunque sea un poco, por eso hoy se había arreglado de manera especial.

Su cabello largo lo había amarrado en una coleta baja, ya que siempre lo traía suelto, ahora había decidido tomarlo. Sus ojos jades estaban levemente delineados de negro. Usaba una blusa color turquesa y una pollera corta de mezclilla.

Ino, por su parte, usaba un pantalón de jeans de color blanco, bastante ajustado al cuerpo y una remera color negro que dejaba al descubierto sus hombros y su ombligo. Su cabello estaba amarrado como siempre, luciendo más su cuerpo.

—Buenas —se acercó Kiba, tomando a Ino del mentón para darle un beso en los labios. La rubia le rodeó por el cuello y correspondió a su beso, sonriendo luego de separarse, mientras Sakura los veía con cierto fastidio.

El castaño usaba un jeans azul oscuro y encima una remera musculosa de color negro con letras rojas estampadas en el pecho.

—Qué bueno que has llegado, amor, te tardaste un poco —le regañó la rubia, abrazándolo, parecía una verdadera tonta cuando estaba con él, porque quería demostrarle cuánto lo quería.

Kiba sólo la abrazaba en silencio, pero en su mente había otra persona, alguien a quien se moría por ver esta noche.

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Matsuri estaba asombrada observando aquella enorme e imponente mansión donde se encontraba ahora. Si sólo con el jardín se había quedado pasmada, ahora que estaba dentro, estaba realmente maravillada.

—La casa de Hinata-chan es increíble... —susurró para sí misma. Estaba esperando a su amiga en el recibidor, ya que ambas habían sido invitadas por Ino, habían decidido asistir juntas y como Matsuri no tenía forma de regresar después, Hinata le había ofrecido pasar la noche en su "casa".

—Perdona la espera, Matsuri-chan —saludó la joven Hyûga luego de haber bajado las escaleras, alumbrando el ambiente con su refinada presencia. Matsuri sonrió, bajando la mirada luego de unos segundos—. ¿Uh? ¿Qué pasa?

—Hinata-chan, perdón por pedirte que me prestes algo... es que yo no tengo nada decente que usar...

—No hay problema, para mí es muy agradable compartir mis cosas contigo, por favor sígueme a mi cuarto —ofreció amablemente la Hyûga, a lo que Matsuri sólo asintió con la cabeza. De verdad aún le parecía increíble haberse hecho amiga de alguien como ella, una persona tan admirada y linda, deseaba ser como Hinata.

Por otro lado, Hinata estaba feliz, era la primera vez que traía a una amiga a su casa, le gustaba pensar en qué podía hacer ahora que tenía a alguien con quien compartir sus cosas, tal vez le contara sobre lo que estaba pasando con cierto rubio insoportable.

Pasión por la MúsicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora