Siete palabras cruzamos hoy, el mutuo "Hola" de la mañana, "Chao, que descanses", "Tú también". Pude haber dicho "Igualmente"... No, hubiera sonado muy formal. Aún no sé si tutearlo o no, pero admito que se siente raro no hacerlo, puesto que es mayor pero no tan mayor.
Bufé al encontrarme de nuevo pensando en West. En analizando y juzgando absolutamente todo el actuar que realicé con él. Me pone contento que le haya gustado la casa y que se le vea cómodo. Pero ya no sé qué hacer para dejar de pensar en él. Entiendo por qué está en mi mente constantemente. Es una nueva persona con la que he logrado entablar ya varías conversaciones, que veo todos los días sin falta en el desayuno, en la cena, y que me topo una o dos veces en la escuela. Es una nueva interacción humana.
Me metí bajo las sábanas y al momento de cerrar los ojos sentí el ruido de la impresora de mi padre, el toqueteo de los palillos de mi madre que probablemente están tejiendo una nueva bufanda, un cesante tecleo proveniente de la habitación de West y la tablet de Joni. Mi madre me pidió que lo estuviera vigilando cuando usara la tablet tan excesivamente, pero no lo acusaré. No quiero que se vuelva a enojar conmigo. Hay muchas cosas en mi mente, ya venía venir que cerraran la fábrica, pero nunca pensé que remodelaríamos el hostal, y que me entusiasmara tanto la idea de vender algunas plantas. Ya se metió la idea a mi cabeza, y cuando una idea se mete a mi cabeza no hay como sacarla.
Esta semana no ha sido muy buena, obtuve uno de los peores resultados en el examen oral de inglés. De pequeño siempre conocí el idioma muy bien, ya que cuando me empecé a interesar por las plantas devoraba información, leía muchos libros y páginas en internet que estaban en inglés. También me divertía mucho haciendo crucigramas en inglés. Pero a la hora de hablarlo me trabo, me taímo, y todo lo que sé se vuelve muy inútil. Ah... Si es que aún siento esa carcajada que espetó Richard cuando por fin sentía que empezaba a exponer más fluidamente. "Más fuerte", "No te escucho nada, ¿y si vuelves a empezar?" decía mi profesora, mientras sentir todas las miradas en mí me apretaba la vejiga, me sudaban las manos y batallaba por estar tranquilo.
Y luego está... West. Tengo el presagio de que cada vez hablaremos menos. De que al final terminemos por saludarnos con un vago asentimiento de cabeza, el cual obviamente yo aceptaría sin más. Es un universitario, tiene mucho que estudiar y trabajar, seguramente tiene su grupo de amistades bien formado y no necesita entablar conversaciones con un estudiante. ¿Qué importancia le daría a él pasar tiempo conmigo...?
—¿Pero qué cosas estoy pensando? —me regañé impulsivamente, afligido. Me senté en la cama y cerré los ojos con fuerza, terriblemente frustrado. A parte de que me acosté bastante más tarde de lo usual, estos pensamientos me quitan el sueño. Son estos los momentos en los que podría recordar ese extenso paper que hablaba sobre las diferencias entre la programación occidental y oriental. Ahora cerebro, podrías hacer lo que mejor sabes hacer: exigirme saturarte con información. Podría ver un montón de artículos como lo hago durante los recreos. Podría distraerme releyendo mi libro de botánica o viendo videos de construcciones de legos retratando obras arquitectónicas inmensas. Pero no..., lo único que sigo pensando es en West. En qué puedo hacer para llamar su atención, en cómo debería saludarlo en la mañana, en posibles conversaciones que podríamos llegar a tener o como llegar a generar aquellas conversaciones. Nunca pensé que algo que me obsesionara llevara el nombre de una persona.
Recordé su mano en mi espalda, cual hierro al rojo vivo marcándome cruelmente... El pequeño accidente en la bodega se grabó en mi mente. Todo. La textura de su polera de piqué y el olor a detergente que emanaba de la misma. Su piel estaba muy helada, y podía sentir los huesos grandes de su cuerpo. Se le habían tensado las extremidades al ejercer fuerza sujetándose para no caernos. No es que sea raquítico, pero sus huesos son muy pronunciados. Probablemente caer en las astillas hubiera sido lo mismo, igual de duro y doloroso que ser agarrado por West con tanta fuerza.
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Sigue el camino de las hormigas
Teen FictionWest estudia enfermería y trabaja, pero a un costo que es preferible abstenerse de explicar. Es buena persona, pero su apariencia similar a la de un reo no es de mucha ayuda. La persona que más amaba murió. Y no sabe del paradero de su hermana hace...