22 "Tu planta favorita"

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Decidí ir tachando en un pequeño calendario de bolsillo los días que quedaban para que West se marchara. Lo mantuve siempre conmigo, escondiéndolo. Aunque no iba a ser tan sospechoso si alguien lo descubría, podría simplemente decir que contaba los días que faltaban para el aniversario, que también era una fecha importante.

La reacción de mis padres cuando West les contó que se iría a España fue de primero mucha impresión, luego les siguió emoción y alegría. Joni se puso un poco más sentimental, pero al igual que todos, realmente estaba feliz por él. Se asomó una mueca en su semblante triste y cabizbajo, que prontamente se tornó alegre cuando West comenzó a decir las cosas que estaba planeaba para el viaje.

...

El miércoles de la primera semana, durante el receso, me senté con Lissette en las bancas de un sitio apartado del patio, entre la cafetería y el muro que rodea todo el colegio. Lissette estaba en su celular, yo comía un tanto inquieto.

Entonces hablé.

—Lissette.

—¿Qué? —asintió sin levantar la vista de su celular.

—¿Alguna vez has tenido una relación a distancia? —pregunté. Lissette bloqueó su celular dejándolo en su regazo.

—Una relación a distancia... —comenzó a hacer memoria—. ¡Oh, sí! Con un tipo supuestamente de Ecuador. Estuvimos como un año juntos, pero después me enteré que tenía múltiples novias virtuales —dijo y rio.

—Pero... ¿Tú no lo conocías?

—Nop.

—Ah... Bueno, yo me refería a una relación estable... presencial —expliqué—, que debe separarse espacialmente, pero que sigue siendo una pareja. ¿Comprendes?

—Sí, pero Noni... dame el contexto. Y oye, ¿estás en una relación y no me has contado?

Abrí los ojos con impresión. Antes de decir algo, ella empezó a reír.

—Estoy jugando, estoy jugando —rio. Yo tragué saliva. Es verdad que soy lento en cuanto a bromas, y Lissette siempre las hace tan convincentemente.

—No... No estoy en una relación. Pero me gustaría estarlo... Digo, podría proponerle justo antes de que se vaya... como una certificación... —terminé balbuceando, pensando en voz alta.

—Qué tierno —sonrió Lissette—. ¿Pero y si no quiere?

—No sé... —dije cabizbajo—. No funciona así, ¿verdad? Sería extraño confesármele e inmediatamente proponerle noviazgo.

Lissette río, repitiendo la palabra noviazgo.

—Exactamente Noni —estuvo de acuerdo—. A menos que estés completamente seguro que también le gustas a la otra persona. Eso sería de hecho muy romántico.

Comencé a pensar en el tiempo. En el poco tiempo que había.

—¿Quién te gusta? Y por si acaso estás perdonado por no contarme.

—¿Gracias?

—No es nada.

Tragué saliva, poniéndome nervioso.

—De acuerdo, te diré. Por favor no le cuentes a nadie —dijo sobando mis muslos con ambas manos—. Sonará extraño, pero no debes preocuparte, porque, aunque es mayor, nada ha pasado entre nosotros...

—Noni, estás asustándome. Habla.

No podía mirarla, así que viré en su dirección, pero mis ojos realmente estaban en punto fijo del basurero color amarillo al lado del azul.

Sigue el camino de las hormigasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora