Capitulo -29-

119 7 0
                                    

Aclaro que cuando hablo de las enfermedades de Harry/Edward o el asunto de la memoria de Louis no investigué mucho sobre eso. Así que nada es literal y todo es pura ficción por más que haya coincidencias.

Y espero que la estén disfrutando (:

❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀

-¿Entonces qué tan malo es?. -preguntó el rizado.

-Quiero estar seguro, realmente no me gustaría darte un diagnóstico tan temprano. -respondió serio, no sabía bien cómo decirle que sospechaba que su malestar se debía a un cáncer de estómago.

-Pero usted le dijo a Louis que podría ser... -el doctor lo interrumpió.

-Edward, en el estado en el que está Louis no está preparado para recibir malas noticias, hay que cuidar su estrés. -le dió a entender al rizado que debía preocuparse por su salud -Aún no sé qué tan grave puede ser, pero quiero descartar todas las posibilidades. -el rizado lo miraba serio -No voy a mentirte, sospecho que se puede deber a un cáncer de estómago. -agregó.

-No puede ser. -murmuró, estaba algo impactado con la noticia.

-Claro que aún no sabemos si se debe realmente a eso, así que no tienes de qué preocuparte. -la mirada de preocupación de Edward era algo que había visto en muchos pacientes y que a lo largo de su carrera nunca se acostumbró a ver.

-Claro, porque usted no lleva el cáncer. -gruñó, la vida estaba siendo injusta una vez más -Usted no perdió al amor de su vida, luego lo reencontró pensando que la vida le sonreía para luego enterarse de que hay posibilidades de poder tener una enfermedad mortal. -se levantó del escritorio -¡¿Con qué cara voy a mirar a Louis?!. -exclamó -¿Cómo llegaré a casa a sonreírle con esto?. -estaba desesperado.

-Lo siento, Edward. -aclaró su garganta -Tal vez deberías pensar en la posibilidad de visitar a un psicólogo para afrontar la situación. -mencionó.

-¿Un psicólogo?. -rió con ironía -¡Un maldito psicólogo!. -negó con la cabeza, aún se reía -Pudrete. -dijo y salió del despacho.

Salió lo más rápido que pudo de la clínica, se metió a su auto, estaba estresado, antes de Louis a él no le importaba si seguía viviendo o no, pero ese pequeño llegó para dar vuelta su mundo, por primera vez visitaba un médico, se casaba, se hacía cargo de una hija, se encargaba de construir una casa pensada para su pequeño. Era feliz, estaba al lado de alguien a quien amaba profundamente, con quien se le desgarraba el alma cada vez que se alejaban.

Parecía estar pagando todo el karma de ser un asesino, como si la vida le pagara con la misma moneda. Estaba volviendo a estar deprimido, lo tenía todo de nuevo, pero parecía que estaba acostumbrado a que se lo quiten, como si ya no pudiese volver a casa para disfrutar una caricia de Louis, pensar en llegar y ver la sonrisa de su pequeño le dolía.

Aunque estaba consciente de Louis no merecía su depresión, y que en cuanto supiera estaría triste, aunque sabía bien que ese pequeño iba a estar bien cuidado, tenía todo un cartel atrás que lo protegía. Pero no podía con la idea de no envejecer juntos, iba a cambiar la historia de su familia pero el destino le jugó una mala pasada.

Arrancó el auto, introduciéndose en el tránsito, por primera vez manejaba lento, como si no quisiera llegar a casa. Sacó de la gaveta una petaca de whisky, su estómago le ardía un poco al pasar el alcohol, pero el corazón le dolía más que eso.

Debía recapitular su vida, tenía que lograr que Louis disfrute su último tiempo con él. Edward no era estúpido, nadie vomita sangre y al otro día está curado, era algo grave. Así que simplemente tenía que organizar unas vacaciones, tenía que alejarse de todo y pensar sólo en Louis.

Spaces between us. •LS• |T.2| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora