Capitulo -20-

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—Discúlpame un momento. —interrumpió Alessandro para poder atender su teléfono.

—Si, ve. —respondió Harry.

—¿Qué sucede?. —gruñó respondiendo el teléfono. Había salido de la habitación de Edward para contestar la llamada de sus hombres.

—Un accidente, sobre la tres, me encargué de que nada salga a la luz. —respondió.

—No pueden ser tan incompetentes maldita sea. —su paz se había alterado —Mata a cualquiera que haya visto ese accidente. —ordenó y colgó.

Volvió a entrar en la habitación de Edward, este estaba mirando un punto fijo mientras seguía ahogándose en alcohol. Observó un poco la habitación divisando jeringas sobre su mesa de noche, el rizado se estaba matando solo y ni siquiera tenía que mover un dedo.

El ruido de su nariz aspirando polvo blanco lo hizo volver a la realidad. Se acercó a él, tomó de un trago su vaso de whisky y habló.

—Me necesitan en la oficina, los negocios legales hay que atenderlos más que los ilegales y tú lo sabes. —dijo antes de retirarse.

Edward sólo se quedó tirado tomando alcohol, habían más de mil hombres investigando la desaparición de su pequeño y a él lo consumía la ansiedad.

Cuando ya estuvo lo suficientemente ebrio, asqueado de la cocaína y el tabaco, se inyectó heroína, se acostó en el sofá apoyando su espalda contra el respaldo por si vomitaba.

Antes de dormirse por completo vio a lo lejos a Louis, quién lo estaba llamando, se acercó a el rizado, le acarició la mejilla.

—Tranquilo, amor. -murmuró, tocaba sus rizos, Harry comenzó a dormirse —Te amo, no me olvides. —sintió sus labios contra los suyos. Perdió la consciencia.

Louis se encontraba grave en el hospital, su estado era crítico y los doctores trataban de hacer lo posible por salvarle la vida.

—Necesito que me cuente que fue lo que pasó, señor. —habló uno de los médicos.

—Y yo necesito que no haga una puta pregunta, usted me salva a ese paciente y no le arman ninguna ficha. —dijo en tono de amenaza —No quiero que nadie más sobre esta tierra se entere de que él estuvo aquí, y si tiene algún problema con eso me encargaré de que su cuerpo de vuelva cenizas y lo esparzan por todo Europa. —lo apuntó con el dedo.

—Esta bien, señor. —asintió —El paciente está en estado crítico, en este momento lo vamos a inducir a un coma, su actividad cerebral no es normal. —comentó.

—¿Cómo es eso?. —preguntó alzando una ceja.

—Tal vez su cuerpo quedé inmovilizado totalmente o también puede haber una falla en su memoria... —aclaró su garganta —pero a corto plazo. —agregó.

—Trate de que sea la segunda, por favor. —dijo asustado.

—Eso no puedo prometérselo, será cuestión de realizar una tomografía y esperar a que salga del coma por su cuenta. —aclaró.

—¿Podemos hablar de llevarlo a otra clínica?. —preguntó serio.

—En su condición es muy peligroso, señor, le recomiendo que espera a que salga del coma, luego podemos hablar de una rehabilitación en otro lugar. —respondió.

—Bien, muchas gracias. —el doctor sólo asintió y se retiró de prisa.

Alessandro pasó su mano por su pelo, estaba frustrado, aunque una falla en la memoria de Louis era un punto para él. Marcó un número en su teléfono.

Spaces between us. •LS• |T.2| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora