Corazones rotos, almas gemelas separadas, nuevos integrantes de la familia, caos, pasado, presente, futuro y... ¿Una boda?.
Luego de pasar los peores meses de sus vidas por fin vuelven a estar juntos, pero un tercero hará que vuelvan a estar separa...
—¿Qué tengo que hacer para que me saquen de aquí?. —le pregunto a la chica.
—No volver a golpear al psiquiatra, o convencer a tu padre de que te saque antes de terminar tu tratamiento. —contestó encogiéndose de hombros.
—Él dijo que Louis no estaba a salvo conmigo. —replicó sacándose la culpa por sus actos.
—Si no controlas tu problema de ira no saldrás de aquí pronto. —amenazó la enfermera.
El rizado soltó un suspiro exagerado e hizo que ella se exaltara. No quería estar ahí por mucho tiempo, tenía que salir y recuperar a Louis.
—Ayúdame a que él no me olvide, por favor, Lottie. —le suplicó casi llorando.
A ella se le partió el corazón, se sentía culpable por no decirle la verdad. Según Anne él era un monstruo, pero luego lo conocías y era un chico muy dulce.
—Despejemos un poco tu mente, te traje una camisa distinta de ese pijama blanco. —cambió de tema, estaba nerviosa —Y un poco de café.
—Tienes más poder aquí que yo. —bromeó.
La pelirroja le dió una camisa y un pantalón negro, al salir del baño ya tenía otra mirada, estaba más alegre. Lottie colocó sobre una mesita unas cafeteras y se sentó en la cama, Harry de sentó frente a ella en una silla.
Mientras estaba distraído la rubia le tomó una foto, necesitaba una prueba de que el rizado estaba vivo, aún desconfiaba de Anne.
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(Bueno, usen un poco la imaginación jajajaja)
—¿Cómo está?. —preguntó el rizado cortando con el silencio.
—Está bien, anoche salimos a un bar. —él la miró a los ojos, su mirada acusante la puso incómoda.
—¿Conoció a alguien y no quieres decírmelo?. —su voz era grave.
—No, no, tranquilo. —se defendió, recordó las palabras que dijo Louis en el bar.
"No, Louis no, Massimo. —se sentó junto a ella —Louis murió junto a Harry."
—Si algún día sucede, sólo dímelo. —sus ojos se iluminaron, estaba algo triste, Lottie no quiso escuchar más, sólo quería que dejarán de hablar del tema y la culpa deje de comérsela.
—Lo prometo, Edward. —le dedicó una sonrisa.
—Gracias, Lottie. —sonrió también, mostrando sus hoyuelos.
—Gracias a ti por reencontrarme con mi hermano y por asesinar al bastardo de mi padre. —habló seria, Harry se sorprendió.
De inmediato lo supo, Louis no se lo hubiese dicho, de seguro había sido Anne.
—¿Qué te dijo Anne sobre mi?. —se incorporó en la silla, sentándose derecho, sintiéndose más grande.
