—Tenemos que conseguir un trabajo. —comentó Louis.—Tienes un sueldo de esposa. —bromeó.
Louis la miró intrigado.
—Digamos que Edward dejó una cuenta a tu nombre. —se encogió de hombros.
Se le encogió el corazón al ver el rostro de su amigo cuando pronunciaba aquel nombre.
—Iré a dar una vuelta. —su cambio repentino de humor la sorprendió un poco, pero no hizo caso, sabía que Louis tenía que superarlo.
—Bien, yo voy a acomodar las cosas. —comentó la pelirroja.
¿Por qué pasaba esto? Se preguntaba el castaño, caminaba por las calles de Italia, observando todo a su alrededor. Era la persona más desafortunada del mundo, salía de una familia horrible, encontraba un chico perfecto y resulta que se lo quitaban de su vida así como así.
Pero había algo que no encajaba en el relato de Anne, Louis no creía en que Harry hubiese sido tan desprolijo como para dejar que lo asesinaran, él era calculador.
Se sentó en una banca, se imaginaba su casa, la casa de Harry y él. Con un cachorro y tal vez gatos. Louis cocinándole y a veces Harry. Haciéndolo en todos los rincones de la casa para "estrenarla". Soltó una risa y se largó a llorar, todos sus sueños estaban en el piso, tenía que reacomodar su vida y esa idea no le gustaba para nada.
Se quedó observando a una pareja de ancianos, parecía que la vida le estaba mostrando lo que él había perdido. Aunque muy dentro de él presentía que su rizado estaba cerca de él.
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Edward caminaba por los pasillos del hotel de su padre, llegó a suite, su padre sonreía victorioso.
—Nadie puede contra los Vitale, es un hecho. —soltó una carcajada.
—Vine a decirle que el chico no quiere volver a verlo en su vida.
Las palabras de su empleado resonaban en su cabeza, Louis no lo quería en su vida. Su padre lo observaba atento, él tenía la mirada perdida.
—¿Hijo?. —quiso llamar su atención.
Harry tomó una de las mesas de la entrada y la arrojó al otro lado de la habitación con furia, daba golpes a la pared, su ansiedad aumentaba y tenía que liberar toda su furia pateando y golpeando todo lo que había en su camino.
Un guardia se le tiró encima, logró detenerlo.
—Louis no quiere volver a verme. —habló agitado.
—Sabías que eso iba a pasar. —su padre lo miraba esperando que se levanté y vuelva a ser el mismo de siempre. Pero no, el rizado sólo se levantó del piso y entre lágrimas dijo.
—Necesito una semana, luego volveré al trabajo. —anunció, pasó su mano por su pelo acomodándolo.
—Bien. —Vitale era seco con su hijo, era de esperar que no tenga empatía por la situación en la que se encontraba Edward.
El rizado volvió a Doncaster, y ahí pasó su semana, que luego se convirtió en un mes. No comía, sólo tomaba alcohol y consumía drogas, todas las que tenía a su alcance. Recordaba todos los momentos que vivió con Louis, consumía LSD para poder imaginarlo mejor. Por las noches fumaba Marihuana y tomaba dos pastillas para dormir, en la mañana volvía a consumir Marihuana y luego cocaína durante todo el día para mantenerse despierto.
Simón Cowell había alertado a Vitale sobre el estado deplorable de su empleado, para darse cuenta de que se trataba de el hijo. Marco no hizo más que ignorar a Cowell, diciendo que su hijo se repondría sólo.
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Spaces between us. •LS• |T.2| (En edición)
FanfictionCorazones rotos, almas gemelas separadas, nuevos integrantes de la familia, caos, pasado, presente, futuro y... ¿Una boda?. Luego de pasar los peores meses de sus vidas por fin vuelven a estar juntos, pero un tercero hará que vuelvan a estar separa...