Capitulo -12-

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El sol comenzó a entrar de a poco con una luz tenue que a penas iluminaba la habitación. Se colocó un jogging y un buzo, que le pertenecían a Edward, caminó hacia la ventana del balcón, encendió un cigarrillo y salió, hacia frío, se sentó en el sillón junto al barandal, dió una calada a su cigarrillo mientras veía la entrada del sol. Su estómago hacía ruido por el hambre. Abrazó sus piernas buscando algo de calor.

—¿No dormiste?. —el rizado estaba parado en el marco de la ventana.

—No pude dormir. —murmuró.

—¿Podemos hablar?. —preguntó Harry acercándose lentamente hacia su pequeño, mientras que encendía un cigarrillo.

—¿De qué quieres hablar? ¿Te vas a justificar?. —dió una calada a su cigarrillo —Creí que al fin íbamos a estar en paz, no existían barreras para demostrar amor en público, nos mudamos a la casa, acepté casarme contigo. Pero... —tomó aire —siento que éramos más libres viviendo en Doncaster que aquí. —se encogió de hombros, dió otra calada al tabaco.

—Me comporté como un idiota, te prometí que llegaría a cenar... —Louis lo interrumpió.

—Y no sólo no llegaste, casi me violas y como me negué me dijiste algo en italiano y te fuiste. —terminó su frase.

—Lou... —se sentó a su lado —Primero que nada, vamos a dentro, fuma en la habitación sinó te vas a enfermar. —lo levantó en sus brazos y lo llevó adentro depositándolo sobre la cama —Segundo, me siento muy avergonzado por todo esto. Y sé que esperabas pasar mucho más tiempo conmigo pero sólo necesito un mes para arreglar todo y que podamos casarnos en paz. —le explicó.

—¿Estaré un mes esperando a que llegues? O rezando porque no llegues borracho y drogado. —soltó.

—No volverá a pasar, si llego ebrio me dormiré en otra habitación, quiero que estés en paz. —le acarició la mejilla.

—Quiero creerte. —murmuró el pequeño —Pero también tengo miedo de que no vuelvas, de que te ocurra algo, o de qué alguien entre y me mate. —confesó, el rizado sonrió con ternura.

—Oh, mi pequeño, estás demasiado protegido aquí adentro, miedo tiene que tener quien se atreva a tocar un sólo cabello de esa hermosa cabeza castaña. —le dió un beso en la frente —Y yo soy intocable, tengo un dios aparte. —sonrió —Cada minuto que pasa me enamoras más, Louis Tomlinson. —le dió un corto beso en los labios —Prepararé algo especial en minutos. —dijo y se retiró hacia el baño.

Llenó el jacuzzi, mientras echaba sales de baño y encendía algunas velas aromáticas, volvió a la habitación en busca de su pequeño, lo guió hacia el baño.

—¿Me darás un baño?. —comentó sonriendo divertido.

—Haré más que eso. —susurró en su oído, sacó de su bolsillo un pañuelo y le vendó los ojos, le quitó el jogging, subió por sus piernas rozando suavemente la piel de estás con sus manos, sintió un gemido ahogado de parte del pequeño. Metió su mano dentro del elástico de sus bóxers, rodeando todo su contorno y luego se lo quitó, el miembro de Louis estaba despertándose ante las caricias. Se quedó de pie detrás de él, le quitó el buzo y la camiseta juntos dejando que sus manos rozaran la piel desnuda de su torso.

Louis se encontraba desnudo totalmente y vendado, rindiéndose otra vez ante el rizado.

Harry lo condujo a que entrara en el jacuzzi lentamente. El pequeño sentía el tacto del agua, a una temperatura perfecta, mojar cada parte de su cuerpo hasta detenerse en el pecho.

El mayor se echó en las manos aceite para masajes, pasó la mano derecha sobre el hombro derecho del menor, quien le devolvió a cambio un pequeño gemido. Luego posó la otra mano, frotando sus hombros con delicadeza. Louis se sentía extraño, el tacto del rizado hacia que su miembro se despertara y a la vez tenía ganas de dormir.

Spaces between us. •LS• |T.2| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora