||Considerada una criatura hermosa, con un corazón noble. Su naturaleza es ayudar al que lo necesita. Mientras ella esté feliz todo estará en calma, pero no hagas enojar a una Veela porque con espada y arco te castigará.||
Donde Mag-tire Hunter debe...
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Liam estaba en mi casa cuando Stiles nos dijo que su padre y él habían ido al departamento de Derek, dónde Scott estuvo por última vez. Estaba a punto de contarle lo que ví cuando llegó un mensaje de mi padre.
Te veo en la escuela en diez minutos. 10:39
—¿Pasa algo? —sentí su mirada. —Mi padre me envió un mensaje, quiere verme en la escuela. —¿A esta hora? ¿Por qué? —No lo sé, es un cazador, eso hacen. —Te acompaño. —No, si te ve te matará. —¿Por qué? —creo que Liam aún no entiende. —El sospecha de que tú y yo estamos saliendo. —Pero no lo hacemos. —Lo sé, es mejor que vayas a casa —sus ojos cambiaron a unos de cachorro. —Pero ¿y Scott? —Te escribo más tarde ¿ok? ¿Podrías cerrar la puerta cuando salgas? Mi perro es muy listo y es capaz de abrirla sola —Liam asintió y yo salí prácticamente corriendo. Se supone que le diría lo que ví en la profecía, pero mi padre es mi prioridad y debo verle para saber si está bien.
Me fui en la bicicleta porque corriendo tardaría más, y al llegar no ví si camioneta, lo que se me hizo raro ya que nunca sale sin ella. Dejé mi bicicleta y avance un poco, sintiendo que todo ya iba mal. Mis ojos se volvieron finos y mi vista se tornó verde amarillenta, sentí correr veneno por mis venas y una vibración tembló bajo mis pies. Me giré a tiempo cuando alguien iba a atacarme pero este detuvo mi mano y rocío un polvo blanco con pétalos de Belladona en mi rostro.
—Duerme pequeña Veela —dijo una voz masculina y todo se volvió negro.
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Sentí mi cuerpo pesado y trate de abrir los ojos pero estos estaban vendados. La conexión con mi Alfa se intensificó y supe que Scott estaba aquí y estaba vivo.
—Dime Scott —una voz chillona se escuchó, no sé quién es pero odia a Scott— ¿te enseñaron el mito de Artemisa y Acteón en la escuela? ¿No? Eso pensé. Bueno, Artemisa era una diosa y Acteón era un cazador que vio a Artemisa bañándose desnuda un día. Bueno, eso no le hizo muy feliz a la diosa. De hecho, estaba tan enojada que convirtió a Acteón en un ciervo. Y eso provocó que miles de sabuesos enloquecieran, y luego lo despedazaron sus propios perros de caza.
