VEELA; TEEN WOLF

43. ¿Quién es Stiles?

El entrenamiento de Liam y Hayden terminó algo tarde. Comencé a ayudar a Finstock con el inventario y noté que tenía la camisa de Stiles en una caja.
No le tomé importancia porque a veces cambia los números de los jugadores cada que se le da la gana.

Al acabar me dirigí al pasillo y noté, desde la entrada, como nadie le hacía caso a Stiles. Ni la mamá de Lydia, ni los chicos ni su padre lograron reconocerlo.

¿Por qué?

—Hey —le dije cuando pasó por mi lado.
—Mag... ¿Sabes quién soy?
—¿Que pregunta es esa? Obvio que se quién eres -el me miró con algo de esperanza pero no dijo nada— Stiles Stilinski —sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó, de nuevo. Yo le correspondí el abrazó y acaricié su espalda dándole tranquilidad, aunque no sé por qué.
—Todos están olvidando quien soy.
—¿Quieres decir que...
—Vi a un jinete y ahora van a llevarme.
—No puede ser. ¿Dónde está Scott?
—No lo sé. Nos separamos y... Le llamé y no supo quién era —eso me preocupó y tomé su mano.
—Bien, no te separes de mi ¿ok?
—Bien.

Corrimos hacia la entrada en busca de su Jeep para salir de aquí antes de que vinieran por él. No sé cómo protegerlo pero haré lo necesario.

—Mag —nos detuvimos en el estacionamiento— no me dejes.
—No lo haré. Lo prometo.

El viento comenzó a soplar de forma extraña, como en el recuerdo de Alex. Llegamos hacia el Jeep y nos subimos a él. Sentí la presencia fantasmal de ellos y cuando Stiles iba a encender su camioneta, está no arrancó. Y no lo intentó más.

—¿Qué haces? Debemos irnos.
—Mag, ya no hay tiempo. Van a borrarme, como a Alex y me olvidarás.
—No lo haré. No lo haré.
—Mag, lo harás. Intenta la manera de recordarme ¿ok? Quiero que recuerdes que te quiero como a una hermana —para este punto ya me encontraba llorando con el— y que salvaste mi vida. No olvides que te quiero.
—Tambien le quiero —la puerta del piloto se abrió y se lo llevaron.

El viento y los rayos cesaron.

—No te olvidaré.

Al día siguiente fuí a la escuela, como normalmente lo hacía y observé a todos los chicos.

Malia pasó por ahí, pero se detuvo cuando me vio.

—¿Todo bien?
—Si, pero siento que tengo algo pendiente.
—¿Y qué es?
—No lo recuerdo.

El resto del día estuvo normal, algo raro, diría yo. No había nada fuera de lo ordinario, lo que para Beacon Hills es malo.
Mientras guardaba mis cosas en el casillero, observé uno que estaba junto al mío y tuve una extraña sensación.
Me acerqué a él y percibí el aroma de perfume de chico, pero que yo recuerdo este casillero no es de nadie.

Negué levemente alejando esa idea de mi mente y seguí mi camino. Al poco tiempo de salir, fuí al estacionamiento dónde tenía mi bicicleta, pero antes de irme observé un Jeep azul que estaba sola.

Nuevamente la sensación de querer recordar algo se interpuso en mi mente pero lo pasé por alto y fui a casa. Al llegar dejé mis cosas en la sala. Busqué a papá en la cocina, pero no estaba. Scott está en el patio de atrás con la puerta de cristal cerrada, y al abrirla, encontré manchas de lodo.

—Papá odia el piso sucio —Scott entró chillando de la emoción y se tiró de panza haciendo una cara graciosa— ¿dónde está papá, Scott?

Me incliné a acariciarlo y después de lavar mis manos saqué del refrigerador la crema de cacahuate para ponerlo en un pan.
Antes de que me lo terminara, escuché un ruido extraño proveniente de afuera. Scott comenzó a ladrar con miedo sabiendo que algo raro está pasando.

La puerta de la entrada se abrió de golpe y el viento entró.

Deja vu.

El sonido de un galope se escuchó y corrí a la escalera para subir a mi perro. De camino a la escalera una soga me tomó del cuello y me jaló hacia atrás y caí de espalda sobre la mesa de centro.
Me puse de pie con algo de dificultad, y por instinto, la Veela oscura salió.

Cuando ellos nos vieron, se detuvieron y dieron unos pasos hacia atrás.

¿Acaso le temen?

Avanzamos hacia ellos y los caballos se alborotaron. Los jinetes se montaron y se alejaron a cada paso que yo daba. Ellos se fueron por la calle y luego desaparecieron.
Volví a mi forma humana y llamé a Scott.

Pero antes de que contestara, tuve una extraña sensación, como las he tenido en el día, y fui a mi habitación a ver a Scott. Él estaba bien y fui al baño viendo mi ropa sucia. Había una camisa de cuadros en el suelo.

—Mag ¿que pasa? —llamé a Scott.
—Estuvieron aquí en mi casa. Los jinetes vinieron por mí.

Se los dije xD

Yo no lloré en este capitulo pero si en el de la serie