Nuestro dinosaurio

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A la mañana siguiente, cuando Samantha se despertó, se sintió abrumada. La noche anterior había besado a Flavio, y le había gustado, mucho. Y por si fuera poco, le había contado todo sobre su pasado, sobre Dani y Joan, y el muchcacho le había dicho que la esperaría y que quería estar ahí para ella y conocerla, con todo lo que eso significaba. Ella lo agradecía, y Flavio le parecía un chico muy interesante al que también quería conocer, pero no sabía por qué se sentía rara. No se había dado cuenta del momento en que se había puesto a llorar. 

Sin salir de la cama, cogió el móvil y abrió el grupo que tenía con Pau y Aitor, y le dio al botón de videollamada. Pau no lo cogió, pero Aitor sí. 

-¡Hola Sammy! - dijo alegremente. Cambió la cara radicalmente cuando vio que la chica estaba llorando. - ¿Qué ocurre?

-Anoche salí de fiesta y besé a un chico. - contó directamente a su ex-cuñado. Aunque su relación con Aitor siempre había sido buena, antes del accidente nunca habría sido la persona a quién le contaba sus dramas amorosos. El chico suspiró. 

-Vale. ¿Y qué pasa? - le dijo con toda la calma del mundo.

-No lo sé. - dijo ella.

-¿Te arrepientes? - le preguntó.

-No... - admitió Samantha. - Realmente no sé qué me pasa. Es un chico con quién comparto amigos, y es muy atento. Pero cuando nos besamos me vino Dani a la mente y me puse a llorar. - Aitor la miraba con ojos comprensivos. Samantha suspiró. - Se lo conté todo, Aitor. No sé qué hizo, pero me transmitió la confianza necesaria para decírselo todo.

-¿Y qué te dijo?

-Que lo entendía y que esperaría a que yo estuviera lista. - Aitor sonrió, y Samantha también. - Y que quería conocerme a pesar de todo y estar ahí para mí. 

-Samantha, ¿te gusta este chico? - le preguntó Aitor sin maldad alguna. 

-No lo sé. Hasta hace poco no pensaba que pudiera gustarme alguien más a parte de tu hermano. - reconoció. 

-Pues averígualo. Porque a mi me parece que sí que te gusta. - la chica bajó la mirada, como si el hecho de que pudiera gustarle alguien más fuera un delito. - Y está bien, Samantha. - le aseguró Aitor. - Sabes mejor que yo que Dani se alegraría. - Samantha suspiró. 

-Es que no sé si estoy lista. 

-Y no tienes que estarlo, marca tú los tiempos. El muchacho te ha dicho que te esperará. - le recordó. - No te estoy diciendo que te lances a sus brazos ya mismo, queda con él, hablad, y ya irás viendo qué sientes y qué quieres. Sin presión, a tu ritmo. - le dijo. Samantha asintió. 

-¿Te molesta que te hable de otros chicos? - preguntó. 

-Para nada. - sonrió. - Es lo que tienes que hacer, Samantha, y me alegra un montón que estés avanzando. De verdad. 

-Gracias. 

Se despidió de su amigo y se decidió a hacerle caso. Entró en el grupo que había creado Gèrard la noche anterior y se guardó un contacto. Un poco nerviosa, le escribió. 

 

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