Nuestros problemas

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Habían pasado un par de semanas y la relación de Flavio y Samantha seguía tan bien como siempre. Sacaban tiempo para verse siempre que podían, como aquella tarde de domingo, que habían ido al cine y se dirigían a cenar a un restaurante del centro. Flavio ya había cerrado el acuerdo con el que sería su productor, y estaba más feliz que una perdiz, porque le produciría el disco nada más y nada menos que Garabatto. Warner se había esmerado en la promoción al chico, y salía en la publicidad de Instagram como la nueva cara de la discográfica. Estaban creando mucha expectación entorno a él. 

Iban de la mano por la calle, sonriéndose y gastándose bromas como siempre que estaban juntos, cuando de repente una chica que no tendría más de quince años se puso en su camino, mirando directamente al murciano. Los dos la miraron expectantes. 

-¿Eres Flavio Fernández? - preguntó de repente. - ¿El del campus de Warner?

-Eh... sí... - dijo él, muy sorprendido. 

-¿Me puedo sacar una foto contigo? - preguntó la chica ilusionada. Tanto Flavio como Samantha alucinaron. Todavía no había sacado ninguna canción y ya lo estaban parando por la calle para sacarse fotos con él. 

-Ehm... - Flavio estaba realmente sorprendido. - Claro... - accedió finalmente.

-¿Quieres que os la saque? - intervino Samantha, dirigiéndose a la chica. Ella asintió y se abrazó al cuerpo de Flavio. Los dos sonrieron, uno visiblemente más incómodo que la otra, y la rubia sacó la foto. La chica les dio las gracias y se despidió, contenta por habérselo encontrado. 

Flavio y Samantha volvieron a unir sus manos y se empezaron a reír a carcajada limpia. 

-¿Qué acaba de pasar? - preguntó el moreno. 

-Eres famoso Flavio. - le dijo la valenciana divertida. 

-Pero si no he sacado nada aún... Esta chica no sabe si le va a gustar mi música... - dijo todavía sin entender muy bien lo que había ocurrido. 

-Pero tu cara está en todas partes, y como eres guapete... - dijo ella. - Pues ya tienes fans. 

-¿Soy guapete? - preguntó él burlándose. 

-Sí, no estás mal. - dijo ella siguiendo la broma. 

Llegaron al restaurante y cuando dejaron las cosas en su mesa Samantha se fue al baño. Al sentarse en la taza, echó un vistazo a sus braguitas, como llevaba haciendo los últimos días. Nada. Tenía un retraso de seis días. Y no pasaría nada porque su regla era bastante irregular, pero la valenciana no podía sacarse de la cabeza aquella vez en el jacuzzi del hotel, en la que no utilizaron preservativo. Flavio se corrió fuera, pero como decía su hermana "antes de llover, chispea", y ella ya no sabía qué pensar. Aunque lo más probable era que se le estuviera retrasando por la paranoya mental que tenía en la cabeza. Si al día siguiente no le había venido, se haría un test para salir de dudas. 

Volvió a la mesa y se encontró a Flavio esperándola con una enorme sonrisa en la cara. Se sentó frente a él y el chico le cogió la mano. 

-Tengo que contarte algo. - le dijo contento. Samantha levantó una ceja, curiosa. - Creo que todavía voy a ser más famoso. - la chica se rio. 

-Pues claro, cuando salga el disco lo vas a petar. 

-No lo digo por eso. - dijo él, sonriendo sin parar. A Samantha cada vez le picaba más la curiosidad. - Va a haber una colaboración en el disco. - a la chica se le iluminaron los ojos. 

-¿De verdad? ¿Quién? - preguntó. Flavio levantó las cejas repetidas veces para crear más intriga. - ¡Flavio! - el chico soltó una carcajada ante la impaciencia de la rubia. 

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