Tus círculos

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A la mañana siguiente Flavio hizo un par de entrevistas. Mientras las daba, Samantha aprovechó para pasar más rato con Lola y Bea y conocerlas un poco más. Le enseñaron fotos de Flavio de bebé, y Samantha no pudo evitar pensar que no le molestaría nada que su hijo o hija saliera a su padre. A las dos del mediodía habían quedado con el padre de Flavio para comer, y sobre la una y cuarto Flavio salió al fin de su cuarto porque había terminado las entrevistas. El chico se sentó en el sofá, al lado de su novia, y la rodeó por los hombros antes de cogerle la cara para besarla en la mejilla. 

-¿Qué tal, mi amor? - quiso saber ella.

-Muy bien, cariño. - respondió él. - Me han preguntado si tengo pareja. - informó. Samantha levantó las cejas. 

-¿Y qué has dicho? 

-Pues que sí, qué voy a decir. - dijo sarcásticamente. - Que estoy viviendo un momento muy bonito con mi pareja. - añadió dándole otro beso. Lola y Bea les miraban tiernamente.  

-¿Pero has dicho que estoy embarazada? - se alarmó. 

-No, pero ¿qué pasaría si lo dijera? - preguntó el chico. Ella reflexionó un momento. 

-Supongo que nada, pero mejor esperamos un poco, ¿no? - él sonrió y asintió. 

-Sí, claro. - accedió. - Además, cuando lo diga no lo voy a hacer en una entreivsta, voy a decirlo yo a través de mis redes o algo así. - Samantha puso una mueca de sorpresa al ver al chico tan convencido de como hacer las cosas. - ¿Estás lista? - preguntó. Samantha se reincorporó en el sofá. 

-Sí, déjame coger mis cosas. 

Se metió en la habitación de Flavio y aprovechó para mirarse al espejo una vez más. Le daba un poco de apuro conocer al padre de Flavio sabiendo la reacción que había tenido el hombre al enterarse de su embarazo. Se retocó el maquillaje, cogió una cazadora tejana y volvió a salir al comedor. 

-Lista. - informó. Flavio se levantó del sofá y se dirigió al vestíbulo del piso para coger su riñonera.

-Samantha. - la llamó Lola antes de que la chica pudiera seguir a su novio. La rubia miró a su suegra. - No te preocupes por José, no le gustan mucho las sorpresas y necesita su tiempo para aceptarlas, pero ya lo ha hecho. - le aseguró antes de darle un reconfortante abrazo. Samantha sonrió. 

-Gracias. - dijo sinceramente.

-¿Vamos? - preguntó Flavio desde la entrada. 

Samantha fue hacia allí y salieron del piso. En el ascensor el chico le dio otro abrazo reconfortante, que al parecer eran la especialidad de esa familia. 

-Mi padre lo acepta, ¿vale? - dijo el chico. Hizo como que lo decía para tranquilizar a la chica, pero en realidad era él el que estaba más nervioso de los dos. Ella lo sabía, y simplemente lo abrazó.

-Va a ir bien. - afirmó la rubia. 

En veinte minutos estaban llamando a la puerta de casa del padre de Flavio. Les abrió la puerta una mujer de piel morena.

-¡Flavio! - exclamó la mujer dándole un abrazo. - ¡Qué alegría verte!

-Lo mismo digo, Ángela. - contestó él. - Te presento a Samantha. - dijo pasándole una mano por la espalda a la chica. - Ella es Ángela, la pareja de mi padre. - le explicó.

-Hola, un placer Ángela. - saludó la rubia. 

-Lo mismo digo, bonita. ¿Cómo te encuentras? - preguntó dejándoles pasar. 

-Pues bastante bien, no me puedo quejar. 

-¿No tienes náuseas? - preguntó caminando por el pasillo. 

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