Samantha abrió los ojos con un dolor muy fuerte en la cabeza, y recordó lo que había pasado aquella mañana. La imagen de los cuerpos sin vida de Dani y Joan fue lo primero que le vino a la mente, los había estado visualizando durante todo su ataque de pánico. Intentó quitárselos de la cabeza. Observó la habitación y se encontró con unos ojos marrones mirándola.
-Buenos días. - dijo Flavio, dulcemente. Samantha se limitó a acercarse a él y dejarse abrazar.
-Pensé que te habrías ido. - el chico negó con la cabeza. - ¿He dormido mucho?
-Casi tres horas. - le informó, mirando su reloj. - ¿Cómo te encuentras?
-Me duele un montón la cabeza. - dijo llevándose las manos a la frente. Flavio le dio un beso allí.
-¿Tienes hambre? - Samantha asintió. Eran las tres de la tarde y al final no habían desayunado.
-Sí, pero no me apetece tener que contarles todo a las chicas... - dijo.
-No te preocupes por eso, se lo he contado yo y no te van a molestar. - Samantha hizo un puchero y hundió su cara en el cuello del murciano.
-Gracias.
-No me las des. ¿Vamos? - dijo levantándose.
La chica asintió, y se incorporó hasta quedarse sentada. Una sensación de mareo la invadió, pero los brazos de Flavio ya habían llegado a su lado para sujetarla. El chico vio que hacía mala cara.
-¿Estás bien? - Samantha asintió con el ceño fruncido.
-Sí, me he mareado un poco. - dijo.
-Llevas muchas horas sin comer. - dijo ayudándola a levantarse. Cuando estuvo de pie le besó la cabeza. - Vamos, te cocino algo.
Samantha sonrió y lo siguió a la cocina. En el comedor estaban Eva y Maialen. La pamplonica se levantó al verla y se limitó a ir a su lado y abrazarla. Era uno de esos abrazos que curaban. Eva se les unió, y Samantha se puso a llorar.
-Gracias... - murmuró. Miró a Flavio, para que también recibiera su agradecimiento, una vez más. El chico decidió unirse al abrazo.
Se separaron y se fueron los cuatro a la cocina. Samantha agradeció que no la agobiaran. Eva y Maialen habían hecho macarrones de sobra, así que Flavio sirvió un plato para él y otro para Samantha y se sentaron a comer con la compañía de Eva y Maialen.
Durante la comida, Flavio, Eva y Maialen charlaron de temas sin importancia. Flavio contó cosas sobre Warner, Eva les explicó anécdotas de su escuela de arte dramático y Maialen les recitó algunas letras que había escrito que pensaba convertir en canciones. Samantha los miraba en silencio, y se sintió afortunada. Agradeció mentalmente que estuvieran allí, sin presionarla, y se dio cuenta de que el vínculo que había creado con ellos era de los más fuertes que había creado en su vida. Por eso, supo que la apoyarían con la decisión que acababa de tomar.
-Voy a volver a Beniarrés. - soltó de repente. Los tres la miraron.
-¿A tu pueblo? - preguntó con cuidado Maialen. Samantha asintió.
-Hace días que lo pienso, pero después de lo de hoy creo que me vendrá bien... - dijo. - Necesito ver que ellos también están bien, que yo no soy la única que ha conseguido rehacer su vida. Quiero ver a mi familia, y a las familias de Joan y Dani. - explicó, encogiéndose de hombros.
-¿Y seguro que te va a venir bien? - preguntó Eva. Samantha la miró extrañada. - Quiero decir, puede que no todos estén tan bien como tú, y no quiero que eso te haga sentir mal.
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Encontrarnos
FanfictionSamantha ya no es ella misma. Perder a sus seres queridos la ha destrozado, y necesita volver a encontrarse. Flavio es un chico joven que quiere dedicarse a la música, pero su timidez e introversión le obstaculizan. ¿Quién les iba a decir que un enc...