Capítulo 6. Traición

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Peter, iba deprisa. Ya su familia se había ido. Se sube en el automóvil, lo enciende y en la acera frente al edificio estaba, Úrsula tratando de detener un taxi pero era imposible. Peter arrancó y se paró frente a ella.

—Hey Úrsula.

—Hola, señor Peter.

—¿A dónde vas?

—A la estación del metro.

—Ven, sube y te llevo —Ella lo hizo sin pensarlo porque estaba lloviznando.

—Que raro está el clima. A mitad del verano, y lloviendo —Dijo él.

—Bueno, todo gracias al calentamiento global.

—Así dicen… por cierto, no me llames “señor Peter”, dime solo, Peter.

—No quiero creerme superior a los demás en la empresa llamándolo a usted así.

—Okey, pero cuando estemos solos llámame, Peter.

—Bien, si eso te hace feliz.

—¿Dónde vives Úrsula? Podría llevarte a tu casa.

—¡No! Digo, no es necesario, en la estación me esta esperando un primo.

—Mmm. Mañana volverás a mi oficina. Veremos que tan bien has hecho tu trabajo.

—Te sorprenderás.

—Presumida… dime, Úrsula, ¿con quién vives?

—Con mi tío, y muuuuchos primos. Mis padres murieron hace años.

—Lo lamento. Los míos también murieron hace años y todavía los extraño.

—Que te podría decir yo… no conocí muy bien a mi verdadero padre, mi madre siempre me sobre protegió, tengo un hermano que quiero mucho, él es asiático, su padre no lo conocí. Mi madre siempre guardó secretos… No sé porqué te cuento esto —dijo ella volteando la mirada hacia la ventana con algo de vergüenza.

—Tranquila, soy de confianza… Entonces los dos somos huérfanos y vivimos con nuestros tíos y primos, no me parece casualidad, posiblemente seamos almas gemelas —ella se ríe y dice:

—Pensaba lo mismo hasta que dijiste que tu escritor favorito es Kenser López… No me gusta, si estuviera aquí absorbería toda su sangre de una manera lenta para que sienta dolor.

—Wow, eso fue aterrador.

—Perdón, eso lo haría si pudiera, pero como no puedo, no lo hago…

—Ya llegamos —Detiene el auto. Ambos bajan. Efectivamente, ahí la esperaba un chico muy apuesto, de hecho era el mismo que en la noche del domingo acompañaba a la chica vampiro en la azotea del rascacielo. ¿Qué extraño? ¿Acaso era él un vampiro? ¿Qué hacía con Úrsula?
Los Brujos; o algunos brujos, tenían la capacidad de identificar a los vampiros con solo un roce, si este era un vampiro y Peter lo tocaba se saldría de dudas. Con Úrsula no había sentido eso, pues ya lo había rozado. Estaban ahí frente a frente, el muchacho parecía ser amable, abrazó a Úrsula, esta dice:

—David, te presento a mi… a un amigo.

—Hey un gusto —se estrechan la mano, pero fue allí cuando todo pasó. Peter sintió un corrientazo en el brazo, como si hubiera metido el dedo en un toma corriente, se apartó de inmediato, sus ojos se pusieron gris plateado y corrió hasta su auto sin explicaciones y se fue a toda velocidad.

—¿Y eso fue…? —Se preguntó David.

—Es medio raro, ¿Verdad?

—Muy raro.

—Pero hay que admitir que es lindo.

—De eso no estoy seguro, tonta. Es un simple mortal —Él le pasa la mano por el cuello y salen caminando para la estación del tren —Además, Clemente te sacaría el corazón y te lo mostraría.

—Cállate. Sólo dije que era lindo…

Peter, llegó a su casa, estaba sola en apariencia. Escuchó voces en susurro en la biblioteca, se fue en sigilo recostándose en la puerta para escuchar. Adentro hablaban Bill y Diego.

—Algún día tienen que saberlo tío.

—¿Cómo les digo que yo asesiné a sus padres?. Diego, asesiné a tus padres y a los de Peter y no puedo vivir con ese remordimiento.

—Tienes que explicarles por qué lo hiciste.

—Los vendí a los vampiros para salvarlos a ustedes —Decía llorando. Luego añade—. Peter está escuchando detrás de la puerta —Mueve la mano y la puerta se abre, mostrando a Peter llorando.

—¿Quiénes son ustedes? Estoy rodeado de asesinos.

—Peter, ellos tenían que morir.

—¿¡Cómo te atreves!? —Saltó hacia su tío y le lanzó un hechizo, su tío se lo regresó lanzando a Peter contra unos estantes. Peter se levantó y sale corriendo, Diego iba detrás. En la sala, Peter había dejado antes su escoba, la toma, pero Diego lo detiene.

—Peter, el tío Bill tiene su explicación, él no quería que tu supieras aún.

—¡Eres idiota Diego! Bill, puede escuchar más lejos que nosotros, él sabía que yo estaba detrás de puerta, claro que quería que yo supiera… me traicionaste Diego.

—Claro que no primo —Lo toma del brazo rogándole. Peter, le lanza un hechizo y Diego le responde con otro, hacen un pequeño combate en la sala, hasta que llega Robert.

—¿Qué pasa aquí? —se detienen.

—Que Bill y Diego son unos traidores —Sale furioso con su escoba y sin importar quien anduviera por ahí, se subió sobre ella y emprendió el vuelo. Por suerte el único que vió fue su mejor amigo, Harold, un joven mortal, el mismo que llevó a Úrsula hasta su puesto de trabajo.

—¡Peter! —Gritó este, pero ya era tarde, Peter se había desaparecido entre las nubes.

Peter, volaba a toda velocidad sobre las nubes. Se adentró en un bosque de pinos, se detuvo en un arroyo, estaba furioso, caminaba de un lado a otro a orilla del arroyo, lloraba hasta que gritó muy fuerte, soltando toda su ira y frustración. Sus queridos padres habían sido traicionado por su tío y peor aún, los Vampiros los habían asesinado. El solo recordarlo le destruía la vida. Peter, alzó sus manos y comenzó a lanzar chorros de fuego que incendiaron algunos arboles, los arboles estaban mojados por la lluvia que había caído antes, así que no pasó a mayores el incendio. El Brujo tomó asiento en una roca y empezó a respirar tranquilo calmándose un poco.
Volvió a subir a la escoba y se fue a la ciudad, entró en un bar, había escondido la escoba en un callejón. El bar se encontraba lleno de personas, el aire estaba colmado de humo de cigarrillo, la música era rock metálico y la gente allí tenía esa pinta. Pidió un vaso de ron doble. Ya al rato, vió a una chica que estaba ahí sentada en la barra, su vaso de whisky estaba lleno y el hielo se había derretido. Cuando logró distinguirle el rostro vio a una Úrsula preocupada, él se acercó.

—¿Ya no te tomarás ese whisky?

—¡Peter! ¿Qué haces aquí?

—Ahogando mis penas.

—No pensaba que venías aquí. Este lugar es muy peligroso para un mortal —Dijo ella en libertad al ver la ebriedad de Peter.

—¿Mortal? ¿Quién dijo que soy mortal? —Dijo torpemente.

—Ven, salgamos antes de que alguien te huela —Ella lo llevó trastabillando hasta afuera.

—Quiero más ron —Dijo él.

—Te llevaré a tu casa.

—¡NO! —Dice muy serio y convencido— No quiero ir a ese lugar. Llévame a otro sitio menos ahí.

—Bien. ¿Trajiste tu auto?

—No, vine en… a pie.

—Okey, iremos en el mío.

Suben al carro de ella, y salen a algún lugar de Manhattan, era Brooklyn, en el mirador hacia el puente.

—¿Cómo es que mi mensajero tiene un auto mejor que el mío? —Decía Peter detallando el auto.
Úrsula, estaciona el auto y ambos bajan. Peter, observaba el cielo estrellado.

—Oh mira, no hay nubes, puedo ver las estrellas.

—Si, está muy lindo el cielo —Respondió ella.

Peter, subió en el capote del automóvil, hasta subirse en el techo de auto, Úrsula lo siguió, ambos se acostaron ahí viendo el cielo nocturno.

—¿No te ha pasado que quieres contar un secreto, algo que te ahoga, pero no puedes?

—Toda mi vida —respondió Peter y prosiguió—. Hoy descubrí un secreto que a robado mi alma. Mis padres no murieron en un accidente, fueron asesinados.

—Cuanto lo lamento —se levanta apoyando su cabeza en la mano. Lo ve tiernamente— ¿Por qué tienes que ser un mortal?


—Hablas como si ser un mortal fuera un error. ¿Acaso tú no lo eres?


—A veces digo cosas sin sentido —Se vuelve a acostar en el techo— ¿Mañana podrás recordar lo que está sucediendo en este momento?

—No creo Úrsula —Él siguió tomando de la botella de ron que se había llevado del bar.

—Tengo una forma de intuir cuando alguien me gusta, llevaba siglos sin sentirlo y ahora que te he visto, ese sentido se a activado. Ya lo había sentido el primer día que te ví en tu oficina, desde entonces traté de evadir todo aquello, pero es inevitable.

—Yo también lo creo —Dijo Peter cerrando los ojos, perdiendo el conocimiento debido al exceso de alcohol. La botella que tenía en la mano cae al suelo quebrándose. Úrsula suelta una risita y se acerca a él.

—Eres muy lindo Peter Stuart. Y realmente estoy loca al sentir esto por un mortal, va en contra de las leyes y códigos —Pasa su mano delicadamente por la frente de él— ¿Cómo puede ser posible? Si tu sangre me dice que tome. ¿Cómo puede controlarme contigo y con otros mortales no?

Úrsula, acerca su boca a el cuello de él y muestra unos filosos colmillos, cuando estaba llegando, retrae sus colmillos y le da un beso tierno. Ella concluye.

—Te llevaré a tu casa. Debes tener frío.

Ella lo coloca en su regazo, podía con él fácilmente, se pone en pie sobre el techo del auto y luego de su espalda alta, a nivel de los hombros, salen lentamente del lado derecho e izquierdo, como filosos cuchillos, cortando la camisa de cuero que Úrsula tenía puesta, solo por donde saldrían dos delgadas protuberancias sin destruir la camisa, las protuberancias salen y se abren majestuosamente, eran dos enormes alas, similares a las alas de los murciélagos, el color de estas eran gris plateado con algunos toques de verde oliva. Úrsula alza el vuelo cargando a Peter como a un bebé. A mitad del vuelo Peter abre los ojos y dice todavía en su estado alcohólico:

—Eres muy linda Úrsula. ¿Te casarías conmigo?

—Cuando quieras… ¿Dejarías que yo te bese?

—Quieres propasarte conmigo porque estoy ebrio.

—No podría cometer esa locura y quedar impune… Ya estamos llegando a tu casa —Él volvió a dormirse. Úrsula lo llevó a través de la ventana del cuarto y lo acostó en la cama. Él dormía tranquilamente. Ella vuelve a tocarle la frente hasta bajar a sus mejillas con su dedo.

—¿Cómo puedo sentir esto por un mortal? Te amo, pero te odio intensamente. ¿Quién eres tu?... ¿Quién es la felicidad?... ¿Quién es la belleza?... Quisiera que fueras tu.

Úrsula, salió del lugar de la misma forma como llegó… volando.

Vampiros y Brujos. La Profecía Del Equilibrio (Historia Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora