Peter, entra al apartamento casi arrastrándose. Al ver lo que sucedía, Robert y Diego corren a auxiliarlo. Bill descansaba en un sofá junto a Olivia, quien le curaba algunas heridas, ellos también se levantan al verlo.
—¿Peter, qué te pasó? —Preguntó Robert.
—Besó a una Vampira —Acertó Bill.
—¿Qué hacemos? —Preguntó Robert al ver la gravedad del asunto.
Peter estaba como poseído, sus ojos estaban blancos, su cuerpo se contorsionaba, seguía como derritiéndose y botaba espuma de la boca. Gritaba terriblemente.
—Hay que hacer algo tío Bill, o lo perderemos —dijo Diego.
—Robert, coloca un escudo en el apartamento, que no salga ruido alguno de este lugar, los mortales no deben enterarse de esto —Ordenó Bill.
Bill, con la mano, rápidamente desaparece todos los objetos de la sala.
Olivia corrió y tomó un frasco con una especie de arena que esparce por el piso limpio. Luego Bill señala a Peter con la mano logrando que flote hasta el centro de la arena. Harold llega a la escena.
—¿Cómo está Peter?
—Está mal, Harold. Debes esperar un poco retirado —habló Diego.
Los cuatros Brujos, comienzan a lanzar energía vital desde sus manos sobre el cuerpo flotante del moribundo Peter y, coreaban palabras de una lengua extinta, quizás el hebreo antiguo. La arena en el suelo se transforma en un símbolo conocido, el mismo que llevaban tatuado en el hombro.
Esto era lo que decían a coro los brujos:
על ידי הקסם העתיק ביותר, על ידי המתנות החזקות, לאור האלים, אנו מבקשים ממך להסיר את הקללה השחורה
על ידי הקסם העתיק ביותר, על ידי המתנות החזקות, לאור האלים, אנו מבקשים ממך להסיר את הקללה השחורה
(En español era: “por la magia más antigua, por los dones poderosos, por la luz de los dioses, te pedimos que quites la maldición negra”).
Esas palabras la repitieron varias veces hasta que Peter se recuperó, un poco.
La maldición, fue creada en años antiguos para evitar el cruce de razas entre Brujos y Vampiros, ya que una vez sucedió y causó grandes problemas, la ventaja entre esta relación, entre ese beso es que Úrsula era híbrida, así que existe la posibilidad de que esa maldición no afecte a largo plazo.
Horas después, Peter es liberado de la Maldición Negra. Fue una noche bastante alocada sobre todo para Peter. Aún deliraba, estaba débil y frágil.
—Amor. Con los ojos cerrados —Pensaría Peter en su catalepsia.
Harold, todavía descansaba en el sofá de la sala; que ya habían aparecido.
Diego se acerca, se sienta a su lado, lo ve y dice:
—Deberías ir a descansar. Ya Peter está fuera de peligro y, no despertará hasta mañana, además, ya es la una de la madrugada.
Harold se levanta, medio sonríe y se dirige a la puerta pero, Diego lo detiene con unas palabras sutiles y perspicaces:
—Todos quisiéramos saber porqué Peter besó a una Vampira.
Harold, da media vuelta y sale del apartamento. Harold sale a la calle, una calle sola, tenebrosa y fría, había neblina, pues él sabía que evidentemente algo andaba mal. Introduce la llave en la puerta del automóvil, un sonido proveniente de un callejón lo petrifica. Harold, coloca la vista en el lugar tratando de ver quién hacía semejante ruido pero, la espesa niebla se lo impedía, termina de abrir la puerta y sube. Enciende el auto y arranca casi a toda velocidad, su recorrido en la carretera era alucinante. Veía que un camión se balanceaba hacía él. Harold frena en seco cerrando los ojos, sabía que se estrellaría con el camión, cuando abre los ojos no había camión. Harold se estaba aterrando, de pronto, frente al automóvil ve una figura, un hombre, ahí de pie, con impactantes alas y feroces colmillos, era Patry buscado su venganza. Una voz que Harold identificó de inmediato le dice:
—Acelera Harold. Debes huir de él, quiere matarte.
—¿Por qué yo, Peter?
—Cree que eres Brujos.
—¿Qué hago?
—Ve a la casa de la playa… ¡Rápido!.
La voz de Peter se apaga y, Harold obedece. Sale a toda velocidad. Patry alza el vuelo y se ríe. Harold podía escuchar a Patry por todos lados, el Vampiro jugaba con su miedo y, Harold estuvo a punto de perder el control y ser víctima de Patry, si realmente Patry quisiera devorarlo ya lo hubiera hecho, Harold era para Patry un ‘Brujo’ bastante débil, pero Patry sabía que los de la Orden de Edimburgo lo protegían y ellos si no eran débiles.
Harold llega a la mansión moderna de los Stuart, una mansión casi a orilla del mar, colocada perfectamente sobre el acantilado. Harold busca la llave de la mansión; escondida en algún lugar cerca de la puerta, abre y entra.
La mansión tenía un escudo que impedía que el Vampiro penetrara. Patry se detiene a cien metros de la mansión. Observa que Harold encender las luces de la mansión y comienza a hacerse preguntas:
—Que extraño. ¿Un Brujo que no usa escoba? ¿Por qué no avisó a sus compañeros de mí presencia? ¿Por qué no lo he visto utilizar sus poderes? —Patry aspira bocanadas de aires tratando de identificar bien el olor del Brujo, en eso descubre una gran verdad, el Brujo que ha estado persiguiendo, es nada más que un mortal. Patry en su asombro dice —Es un asqueroso mortal… por eso los de la Orden de Edimburgo lo están protegiendo… Estas muerto — Dijo y se va volando.
.
Michael, el Brujo del Inframundo, iba corriendo por unas amplias escaleras, su túnica negra se mecía como una capa de un súper héroe, llega a una enorme puerta de cobre, habían cinco Vulturnos resguardándola.
—La Emperatriz quiere verme.
La puerta se abre, Michael entra. El salón era impecable, esculturas de grandes hechiceros, mármol blanco y negro, detalles en las paredes, al fondo estaban sentados los mismos ancianos, y detrás de ellos había una cortina de seda roja. Michael hace una reverencia.
—Escucho su voz, Emperatriz.
—Envía un Enano a la casa de los Stuart y, que los traigan —Habló una mujer detrás de la cortina.
—Pero…
—¿Hozas llevarle la contraria a la Emperatriz? —dijo con molestia uno de los ancianos.
—Disculpe su majestad.
—Sólo has lo que te dije, Michael. Los Vampiros no pueden tomar el control —volvió a hablar la mujer. El hombre sale. La mujer continua — Quiero que vigilen a Michael, hay un Brujo que nos está traicionando. Quiero que se redoble la seguridad en el Inframundo sin alertar a los civiles.
—Como ordene su majestad.
Todos se retiran. La mujer nunca salió de detrás de la cortina.
Harold, no pudo dormir durante esa atroz noche. En la mañana se levanta, prepara un café, estaba sentado en la enorme sala con vista al océano. Estaba aburrido en es casa tan grande, así que se pone a hurgar en los libros que estaban ahí en esa sala, al mover uno de esos libros se escucha un sonido mecánico que abre una puerta secreta que daba misteriosamente a un sótano, Harold baja por aquellas escaleras, cuando llega al sótano polvoriento, oscuro y escalofriante, su vista va de inmediato a una vitrina de cristal con un libro en su interior, un libro que giraba y era iluminado por una luz azul. Harold, se acerca al extraño objeto y saca el libro sin dificultad, la portada tenía un nombre en Latín. Harold sube con el libro, al salir, automáticamente la puerta del sótano se cierra, el chico toma su celular, busca un traductor e introduce el titulo del libro, traducido era: ‘Secretos del Oráculo’. Harold estaba sorprendido porque tenía el libro que cualquier Brujo desearía, por lo tanto, se puso a leerlo de principio a fin.
Los días comenzaron a transcurrir, Peter se recuperaba de la maldición, nadie se atrevía a preguntar referente al beso.
Esa noche se celebraría la Gran Fiesta, y tanto los Brujos, como los Vampiros, estaban ansiosos por esa noche tan esperada.
Los Stuart desayunaban. El silencio era bastante largo. Ninguno se podía ver la cara, Bill no quería decir que un Vampiro lo había derrotado, su orgullo lo impedía y, Peter no se atrevía a decir lo mucho que amaba a Úrsula, una hermosa Vampira.
Ese prolongado silencio fue interrumpido por un Enano que apareció sobre el comedor, apareció de golpe esparciendo la comida y asustando a los presentes.
—Disculpen si les arruiné el desayuno, pero tienen una reunión con el Ente Gubernamental del Inframundo, en media hora —ve su reloj de mano.
—¿Y esto qué es? —preguntó Olivia. Se les había olvidado como eran las criaturas que habitaban en el Inframundo, lo que más daba fe a qué sí le habían borrado parte de sus memorias.
—Es un Enano —respondió Bill.
—¿No que estaban extintos? — preguntó Robert.
—Al parecer hay cosas que no saben mis señores. Recuerden, en media hora —Desaparece.
—Creo que llegó el momento de que descubran que no estamos solos.
—Como siempre nos has mantenido engañados, Bill —protestó Peter.
—Que el Emperador se los explique, le creerán a él.
—¿Emperador? —interrogó Robert.
—¿Ahora qué hacemos? —preguntó Diego.
—Ir al Inframundo.
Salen, suben a sus escobas siguiendo a Bill, atravesando las espesas nubes hasta que llegan al aeropuerto de Nueva York.
—Mmm… ¿En serio? ¿Un aeropuerto?
—Sí, Peter. Tenemos que ir a Venezuela.
—¿Venezuela?
—Sí, es por allí donde está la entrada más importante al Inframundo —se acercan a el lugar donde expenden los pasajes, una señorita los atiende.
—¡Buenos días! ¿En qué los puedo ayudar?
—Cinco autorizaciones mágicas para Venezuela.
—¿De qué Orden son?
—De la Orden de Edimburgo —Los muchachos estaban algo confundidos. Todo era nuevo para ellos, hasta parecía una burla de Bill con cómplices. El avión donde suben era igual a los demás, de hecho, era una avioneta.
Cuando estaban adentro y sentados, Diego pregunta:
—¿Estás seguro que llegaremos en medía hora?
—En menos tiempo. Este es un avión mágico, chicos —respondió Bill y una voz dice:
—“Bienvenido al vuelo 600 de este día, abrochen sus cinturones que en breve saldremos”.
Todos se colocan los cinturones y la avioneta empieza a moverse por la pista con suavidad, ya cuando está en el aire, despega a la velocidad de la luz rompiendo el sonido. Dentro del avión parecía que todo iba bien, aunque por las ventanillas se veía la velocidad con que iba el aparato.
—¡Esto es genial! —dijo Robert.
En cinco minutos ya estaban en un aeropuerto de Venezuela. En tres minutos en la Plaza de la Juventud en el estado Aragua. El lugar se encontraba lleno de gente por ser un lugar turístico. Bill, los lleva al monumento, se posan en el centro del lugar y Bill alza las manos.
—¿Qué harás? —preguntó Olivia.
—Iremos al Inframundo.
—Pero, las personas nos ven.
—No a nosotros —Bill dispara un rayo de luz verde, una cúpula los envuelve, el piso comienza a hundirse como una especie de ascensor a la vista de todos pero los mortales no tenían la capacidad de ver más allá, por eso Bill estaba confiado y los muchachos se veían sorprendidos, eran como niños en un parque de diversiones y lo mejor estaba por venir.
Salen a través de una especie de puerta con forma de arco muy ancha y alta, el arco de esa entrada tenía lámparas colgando, la luz dentro de las lámparas se movía como si tuvieran vida propia, el arco también estaba adornado con verdes enredaderas, algunas en flor. Esa entrada estaba custodiada por unos gigantes con mazos de madera y caras no tan amigables. La entrada llevaba a una amplia calle como de mercaderes, estaba muy poblada de personas y criaturas extrañas para los chicos quienes tenían la boca abierta de la emoción.
—Bienvenidos al Inframundo Brujo —Dijo Bill con orgullo.
Las personas vestían medieval, de hecho, todo lo que ahí había los trasladaba a esa época, la ropa, los carruajes, los peinados, la forma de las tiendas… las personas se veían alegres haciendo compras y vendiendo. Las edificaciones cercanas pasaban los cinco pisos y aunque se veían inclinadas y de maderas, estaban en buenas condiciones. La algarabía se sentía en el ambiente, los vendedores gritaban los productos que vendían; que si piel de dragón, odres de oro, calabazas frescas, ruedas de carrozas, y otros utensilios. Mientras que las personas que compraban preguntaban: “¿Cuántos Ouros por las sandalias?” “¿Los guisantes mordelones están frescos?” “Tripas de Zamuro por favor”.
Bill, los lleva a un lugar donde habían carrozas y, un hombre se acerca a él preguntándoles:
—¿Desea el servicio? ¿A dónde van?
—El edificio Imperial por favor —Dijo Bill.
—Serán tres Ouros, Alfredito los llevará.
Bill le dio los tres Ouros al hombre y suben a la carroza. (Los Ouros, era la moneda oficial del Inframundo Brujo. Ouro en portugués significaba Oro. De hecho, la moneda era una pieza de oro. También habían billetes bañados en oro. Un Ouro equivalía a dos dólares norteamericanos) Mecánicamente el jovencito dice:
—Hola. Soy Alfredito, los llevaré sanos y salvo a su destino, solo siéntanse cómodo.
Ya sentados, la carroza sale del lugar transitando por la calle del mercado, hasta salir a otra carretera más amplía y más transitada pero, esta vez de otros vehículos mágicos, algunos no se veía que criatura tiraba de la carroza por ser invisibles, otros volaban casi al ras del suelo, otros eran criaturas gigantes cargadas de decenas de personas, la carretera era un caos ya que al parecer no había un límite de velocidad. Los jóvenes Stuart, solo se agarraban fuertemente para no caer. Peter iba disfrutando cada momento, él sabía en su interior que eso que vivía ya lo había vivido antes, es solo que no lo recordaba. Los edificios comenzaron a verse más grandes, es que en la ciudad donde estaban, era la ciudad Imperial Helvetius, una ciudad donde se encontraba el ente gubernamental, por lo que era más poblada, la más rica, la más bulliciosa, la más bonita y la más alocada. La carroza que era tirada por una criatura casi invisible ya que se podía ver algo del cuerpo amorfo de la criatura cuando pasaban por lugares con sombras, se detiene frente a un rascacielos que literalmente la cumbre era cubierto por nubes, la fachada era impecable como de una piedra parecida al mármol negro, más arriba como después del piso veinte se veían plataformas de aterrizajes para vehículos mágicos voladores, algunos se veían llegando y otros saliendo. Frente al edificio había una estatua de unos veinte metros de alto con la figura de una mujer, esta estatua de cemento tenía una tinaja por donde salían chorros de agua que caían en una fuente, la estatua se movía con elegancia mientras aves de seis alas se posaban en su cabeza. La carretera amplia frente al edificio Imperial, era muy transitada por cierto. Al entrar al edificio, lo primero que se ve era un piso impecable color verde, y luego una cascada de agua que caía desde las alturas, el edificio era algo cilíndrico, esta cascada caía en un pozo en el centro del edificio, sin salpicar a las personas que le daban vida a esta impresionante estructura. Es de mencionar que en el edificio se veían muchas plantas reales decorativas, en algunos pasillos se veían palmeras datilera. El lugar también olía rico ya que en algunos rincones se veían pequeñas estatuas esparciendo ricos aromas a frutas y flores. Las personas vestían con ropas negras, la mayoría con túnicas, aunque también se observaban grupos con ropas vino tintos, rojas, verdes y amarillas, indicando distintos cargos gubernamentales.
Un hombre se acerca a los anonadados Stuart y, les dice que le sigan. Este los lleva a un lugar donde habían una especies de tablas de cristal algo rectangulares, al subir sobre ella, se activa un escudo protector cubriéndolos, lo que impedía que se cayeran. Decenas de estas tablas se veían en los aires de aquí para allá, saliendo y entrando en cada nivel del edificio, eran como los ascensores. Las paredes de ese escudo transparente mostraba imágenes de noticias y otros eventos a colores vivos, como si fueran televisores.
Al llegar al piso 45, el hombre les dice:
—Al fondo, a la derecha, se encuentra el “El Gran Salón”.
Habían personas por ahí pero no tanto como en el primer piso. Bill los llevaba al Gran Salón, a medida que andaban, las personas disminuían en cantidad, por lo que daba a entender que el lugar a donde iban era más protocolar. Entraron en varios pasillos hasta llegar a una puerta que decía: “El Gran Salón”
—¿Detrás de esa puerta, hay mucha gente?
—Si Diego. Veamos que quieren de nosotros.
Bill abre la puerta, el salón era magnifico, parecía un salón Griego, todo blanco y dorado. Había veinte brujos sentados al frente de los mismos cinco ancianos, algunos magos que servirían de testigos y otro hombre; el Emperador.
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Vampiros y Brujos. La Profecía Del Equilibrio (Historia Terminada)
FantasyHace muchos años, existía en estás tierras Inframundos llenos de vida, de criaturas mágicas, estos Inframundos eran bellezas sin igual, pero un día, las criaturas que daban vida a esos lugares comenzaron rebeliones y esto llevó a conflictos político...