Capítulo 17. El baile

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Úrsula hablaba con su amiga Jennifer de tantas cosas importantes que se le estaba haciendo tarde, entre esas cosas importantes y de más relevancia era el desastroso, crítico, contraproducente y peligroso descubrimiento hecho a Peter, que ya no era un mortal insípido o sino un Brujo poderoso. Como era de esperarse, esto había afectado a la chica vampiro, no podía creer y si creía, no le hallaba sentido.

Ellas estaban en la habitación, Jennifer le ayudaba a vestirse, ella le apretaba el corsé.

—¿Qué harás con todo este asunto?

—No lo sé, Jenny. Nunca antes había sucedido algo como esto, es antinatural y además es peligroso.

—De por sí el amor es peligroso, pero he visto en tus ojos cuando hablas de Peter, eso que ambos irradian, es eso peligroso llamado amor.

—¿Tu qué harías, Jennifer?

—Hablaría con él. Recuerda que él debe estar con los mismo sentimientos que tú, acaba de descubrir que eres una, Vampira.

—Debe odiarme. Quizá en la batalla de hoy disfrute asesinarme.

Jennifer, se da la vuelta colocándose frente a Úrsula, la toma de los hombros y le afirma:

—Peter Stuart, el chico Brujo, te ama y no va a lastimarte, estoy segura que no permitirá que nadie te haga daño esta noche sepa él lo que sepa. Habla con él antes de que pase todo esto, o de lo contrario será muy tarde.
Una Vampira entra y dice:

—Chicas, Clemente a convocado una reunión urgente antes de la fiesta.

—Vamos… reunión motivacional —bromeó Jenny.

—Adelántate —Úrsula busca entre sus cosas y consigue el frasco de la poción que le dio la Ninfa, la guarda en su cartera y sale.

Abajo, en la sala, había cincuenta Vampiros, cinco resucitados o sea, Vampiros de estirpe limpia y original, en cambio los cuarenta y cinco restantes eran Bisoños o sea, humanos mortales convertidos en Vampiros. Ya todos estaban ahí, vestidos elegantemente, con los mismos colores de siempre en las ropas, en excepción de Jennifer, quien llevaba un lazo rosa en su moño.

La actitud de los presentes era victoriosa, gloriosa, jactanciosa, presumida, chocante y vanagloriosa, aunque esta última palabra podría envolver a las anteriores. Clemente, bajaba las amplias escaleras, por el centro de la alfombra vino-tinto, a su lado izquierdo venía David y, a su derecha venía Patry, indicando que quien lo atacara tenía que pasar por encima de estos dos Vampiros poderosos. Como al quinto escalón se detiene, Clemente observa a su ejercito y comienza a hablar.

—Esta noche, es muy especial para nosotros. Demostraremos que somos Vampiros no por caprichos, sino porque hemos aprendido a vivir de verdad. Esta noche, destruiremos a los insoportables Brujos, pero sí les quiero recordar algo muy importante… no subestimen a los Stuart, juntos pueden ser muy fuertes.

—Divide y vencerás —Interrumpió Valantan.

—Así es preciosa. Salgamos, yo les estaré avisando el momento de atacar.

Todos salen entre risas, cuando se alejan, Úrsula apenas iba bajando las escaleras, Patry la toma del brazo algo molesto y le dice:

—¿Qué diablos te pasa?

—No seas idiota Patry, nunca los discursos de Clemente me parecieron motivacionales.

—Él se dio cuenta que no estabas presente.

—Pues lo siento Patry, tendrá que acostumbrarse a no verme… después de esta absurda contienda me iré.

—¿De qué estas hablando? —se detienen en la puerta principal.

—No seguiré a la merced de Clemente, buscaré mi propio destino —Patry la abraza y luego dice:

—Me alegro por ti. Yo también tengo pensado hacer muchas cosas, cosas en las que Clemente no estará incluido —Ambos se ríen, suben en un carro negro que los estaba esperando, era lo más sensato, ir a la fiesta como lo que aparentaban, de esa manera no levantaban sospechas.

Fueron los últimos en llegar. Afuera del gran hotel donde se llevaría la fiesta, se veían periodistas de la farándula captando a los famosos invitados. Adentro, no se podía distinguir entre un Vampiro, un Brujo, y un mortal, había mucha gente, si se llevara a cabo una batalla, muchos saldrían muertos.
Peter se encontraba cerca de una columna del lugar acompañado por Robert, y Olivia y al fondo se veía venir Úrsula acompañada de Patry, ella pasa frente a Peter con el mentón elevado, Peter la vio de reojo con las cejas arqueadas, y Olivia tomó la oportunidad y apretó la mano de Peter, suponiendo quizá, que Úrsula vería, ambos siguen su camino, Olivia pregunta:

—¿Qué hace la mensajero aquí? Se supone que esta es una fiesta de gala.

—Aunque no lo creas Olivia, Úrsula es pariente de Clemente.

—No puedo creerlo.

—¿Por qué actúas como si no lo supieras? El Emperador del Inframundo lo dijo ¿No lo recuerdas?—Habló Robert.

—No pensé que se tratara de esta Úrsula. En esta ciudad hay decenas de Úrsulas.

—Sí, pero ella es la única, Úrsula Bathory.

—No seas odioso, Robert.

—Suficiente. Debemos estar alertas, los Vampiros ya están ahí y todavía no sabemos cuando empezará esta batalla.

—Vamos por unos tragos, Peter.

—Bien.


Ellos salen. Olivia saca su celular, y marca un número y, llama a, Harold.


—Hola, Harold, soy Úrsula— Estaba fingiendo ser la chica Vampira, la voz le salió igual a la de Úrsula.

—¿Úrsula? —se sorprende. Él estaba acostado en un sofá viendo a el techo y con el libro posando en su pecho— No he sabido de ustedes ni siquiera sé de Peter.

—Estamos en la fiesta, Peter tiene la orden de acabar con Clemente.

—¿Cómo?

—Si. Al parecer Peter, es ahora de la Orden del Oráculo y le dieron una espada.

—Úrsula, yo tengo el libro de la Orden del Oráculo, allí aparecen muchos hechizos.

—Vente para acá. Creo que Peter te necesitará… después de batallar, Peter y yo huiremos.

—Pero él es, y tu eres…

—Eso no importa en el amor. Ven pronto.

—No llegaré tan rápido.

—Peter me dijo que haz subido en escobas. En esa casa debería a ver una escoba, súbete y llegarás rápido.

—Gracias por el consejo.

Harold, jamás pensó que podría ser una trampa de alguien, no se dio cuenta que la tal Úrsula, sabía cosas que solos los Brujos saben. Y nunca se preguntó por qué no llamó Peter en vez de ella.

El evento se estaba llevando acabo como se había planeado, las recaudaciones eran un éxito. Por otro lado, Peter estaba impaciente, también estaba frustrado, no podía saber quienes eran los Vampiros, por alguna razón que él desconocía, los Vampiros ya no tenían olor identificativo, para colmo, tampoco distinguía a los suyos, a los Brujos que lo ayudarían. Y para completar la frustración, aparte de Vampiros y Brujos, el lugar estaba lleno de mortales y no eran cualquier mortales, eran personalidades del mundo del entretenimiento; actores, cantantes, modelos, deportistas, etc., todos invitados por el alcalde Vampiro: Clemente Fredrickson.


En un pretencioso rincón, se encontraba Úrsula y Jennifer, simulando tomar un trago. Un periodista se acerca y le toma una fotografía a ambas, cuando se va el fotógrafo. Úrsula ve acercarse a Peter y su corazón se acelera de solo verlo, rápido se da la vuelta dándole la espalda al chico.

—No puedo verlo Jenny, el solo saber que por mi culpa casi muere me trastorna.

—El beso fue de los dos— Dijo Jennifer saludando a Peter y retirándose.

—Hola— dijo la voz de Peter. Úrsula voltea.

—Hola— contesta Úrsula.

—Que noche tan rara. Tendría que sentir miedo, pero cuando te veo me calmo.

—Ay Peter, siento mucho lo que pasó… —Peter le coloca un dedo en los labios silenciando sus palabras, y viéndola a los ojos le dice:

—Permíteme bailar contigo.

—¿Cómo? En solo minutos estaremos en medio de una batalla Peter, somos de razas distintas, somos enemigos según las leyes.

—Pues cambiemos eso— le extiende la mano.

Úrsula ve a Jennifer y esta la anima con un gesto a que continúe. Úrsula toma la mano del hermoso joven brujo y se van al centro del salón iniciando un baile que nadie esperaba. Los Flash se accionaban pues para los mortales era un acontecimiento único, el joven más rico de Nueva York y la joven más codiciada y bella, según familia del alcalde de la ciudad y la diseñadora de interiores más reconocida, ambos solteros y hermosos, mientras que los vampiros y brujos tenía otro punto de vista al respecto. La música que sonaba era algo lenta, pero buena para la ocasión, se llamaba: “Ilomilo” de Billies Ellish. Él la tomaba de la  cintura suavemente y ella de los hombros.

—Espero no salir corriendo después de las doce campanadas —Bromeó ella.

—De ser así, espero que dejes tu zapatilla para poder buscarte.

—Después de todo esto, quiero huir contigo Peter, en estos momentos no importa nada, me importas tú. Te regalaré rosas.

—¿Rosas?— preguntó él.

—Sí, los hombres no son los únicos en regalar rosas, las mujeres también lo hacemos.

—Pues, me gustan las rosas, que sean bienvenidas las rosas.

Siguen bailando hasta que termina la música, bajo las miradas de todos.

Úrsula se disculpa y sale del lugar, necesitaba hacer algo.

Úrsula sale de la sala y sube a una habitación seguida de Olivia, ella entra a la habitación y enfrenta a Úrsula.

—Hola chica Vampiro.

—¡Olivia!

—No todo será tan fácil. Peter ni será tuyo ni será mio— Le lanza un hechizo desmayando a Úrsula. Al lograr su objetivo Olivia sale cerrando la puerta con seguro para que Úrsula tardara en salir al despertar. Luego se transforma en Úrsula, era una copia exacta, hasta la ropa. Ya Harold había llegado y Olivia transformada en Úrsula fue hasta él, él estaba en el hall del local con el libro en las manos.

—Úrsula… estas hermosa.

—Gracias Harold.

—¿Y Peter?—Preguntó Harold buscando en el lugar a su amigo pero no lo vió, de hecho el lugar estaba solo.

—Dame el libro y te diré donde está— Él se lo entrega. Ella saca una navaja y la hunde en el costado izquierdo de Harold, él cae de rodillas, un hilo de sangre corría por su entre boca. Olivia lo deja caer al suelo. La verdadera Úrsula ve la escena, bajaba las escaleras, Olivia se evaporó del lugar, Úrsula toma a Harold, coloca su cabeza en su pie, Harold aún podía hablar.


—N-No, en-ntien-do. ¿Quién era la o-otra Úr-sula?

—Fue Olivia… pero debes aguantar Harold, llamaré a una ambulancia.

—N-No. Estoy muriendo. Debes convertirme.

—No te causaría ese dolor.

—Es preferible la eternidad a un descanso breve… Hazlo ya Úrsula no ves que me estoy muriendo— Ella con dolor y sabiendo que de una u otra manera lo mejor en esos momentos era convertir a Harold, así que procede, clavó sus colmillos en el cuello del moribundo. Peter llega al hall como si hubiera sido llamado, al ver aquella escena tan desagradable, y más que desagradable repugnante; según él: la mano derecha de Úrsula reposaba en el ensangrentado cuchillo que aún penetraba a Harold y sus colmillos rompían el cuello tierno del chico. Peter no podía creer lo que sus ojos veían. Apartó a Úrsula de un empujón y tomó a Harold pero era muy tarde él ya estaba muerto y en horas seria un pálido Vampiro.

—¿Qué haz hecho Úrsula? Me haz quitado a mi mejor amigo. ¿Con qué derecho?— Gemía Peter.

—Yo no lo hice— lloraba Úrsula.

—No te quiero ver. Prometiste estar conmigo— lloró él.


Jennifer llegó y al ver todo lo entendió de inmediato, quizás llorar a Harold, tal vez abrazarlo como hacía Peter pero no era el momento sabía que pronto Harold abriría los ojos convertido en Vampiro.

—Vámonos— Fue lo único que dijo Jennifer llevándose a Úrsula.

Peter estaba dolido, furioso, triste y con ganas de morir. Su amigo Harold no abría los ojos, estaba muerto, pero también sabía que despertaría, no siendo mortal, sino siendo un Vampiro.

Vampiros y Brujos. La Profecía Del Equilibrio (Historia Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora