Capítulo 43

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EVA

Me desperté en la casa de la montaña a la que Hugo me había llevado en mi cumpleaños con un ligero dolor de cabeza. En ese momento entró por la puerta.

Hugo: estás mejor? - preguntó y yo no me lo podía creer.

Eva: Hugo? Qué haces aquí? Estabas muerto.

Hugo: no me estoy enterando de nada.

Eva: estoy muerta yo también? - pregunté y él no dejaba de reírse - deja de reírte!

Hugo: ninguno de los dos ha muerto - explicó un poco más serio - me has matado en sueños? - se hizo el ofendido.

Eva: no fue en sueños, estamos los dos muertos? - dije y fui al baño para comprobar si seguía viva - no puede ser, te atropelló un coche cuando me salvaste.

Hugo: vaya, soy todo un héroe - rió mientras yo seguía sin entender nada - me estás vacilando?

Eva: te juro que no.

Hugo: tiré de ti para que no te atropellasen y te diste un golpe en la cabeza y te desmayaste. A mí no me ha pasado nada. Es una indirecta para que me muera  o algo? - volvió a mofarse.

Eva: para de reírte ya. No sabes el susto que me has dado.

Hugo: no, si encima de que me matas en sueños tengo yo la culpa?

Eva: calla anda y dame un abrazo que lo he pasado fatal - seguía sin creerlo, pero parecía tan real que había echado mucho de menos aunque sólo hubiesen sido unas horas.

Hugo: venga - dijo después de un rato dándonos mimos - hay que volver a casa, que por mucho que Sam adore a Valeria, está a punto de romper la tele para no tener que ver más dibujos.

Eva: cómo está el niño? - pregunté y su cara fue un poema - ah, que eso tampoco es verdad?

Hugo: el qué?

Eva: lo de Hugo.

Hugo: ahora sí que no me estoy enterando de nada.

Eva: da igual, voy a darme una ducha y nos vamos, sí? - asintió y entré al baño.

Parece que lo único que había sido verdad era que estaba embarazada, pues el test positivo seguía en el baño. Me di una ducha rápida y volvimos a Galicia. 

Al llegar le contamos todo lo del sueño a Samantha, que se quedó casi tan flipada como Hugo.

Sam: pero tú que imaginación tienes?! - exclamó cuando terminé la historia - además todo desgracias, porque nada bueno has pensado, no?

Eva: bueno, algo hay - dije y me miraron extraños - no te lo he dicho antes porque no sabía si era parte del sueño - me dirigí a Hugo - estoy embarazada - solté de sopetón y rápidamente vinieron a abrazarme.

Al día siguiente fuimos al médico para comprobar que todo estaba bien ya que, Hugo había pasado toda la noche preocupado. Nos dijeron que todo estaba perfecto y que era un niño.

Eva: ves como tenía razón y todo estaba bien? - le dije cuando salimos de la consulta.

Hugo: siempre tienes razón, pero había que asegurarse.

Eva: claro que sí. Muy precavido mi chico - comenté entre risas.

Hugo: bueno qué? - soltó de repente.

Eva: qué de qué?

Hugo: no me vas a contar qué más pasaba en tu sueño? - dijo interesado.

Eva: mmm - dije mientras pensaba - si me invitas a un helado te lo cuento con todo lujo de detalles.

Hugo: no puedo negarme a esa maravillosa oferta - dijo entre risas.

Caminamos hasta una cafetería del puerto, y tras pedir nuestros helados, yo de tutifruti y él de chocolate, comencé con la historia.

Eva: parecía muy real. Al tirar de mí te atropellaban y el conductor se daba a la fuga, yo iba a llamar a una ambulancia pero tú decías que ya era tarde y te despedías de mí. Por la noche llegaba a Galicia y le tenía que decir a Sam que habías muerto, también se lo intentaba explicar a Val, y a la mañana siguiente a tu madre. Viajamos a Córdoba para enterrarte con tu padre. Dos años después ya había tenido a Hugo, también teníamos un perro y me había mudado a Córdoba. Lo último que recuerdo es ir a tu tumba y contarte todo lo que había pasado desde que no estabas y dejarte la foto.

Hugo: qué foto? 

Eva: es verdad, nunca te la enseñé - rebusqué en mi monedero y saqué la foto, la desdoblé y se la di - fue el día que volvimos a Galicia, fui a tu casa y estábais tan monos que no pude evitarlo.

Hugo: es preciosa, y deja de maquinar tragedias, que no te vas a librar de mí tan fácilmente.

Eva: mejor, porque no quiero que te separes de mí nunca.

Hugo: ni para mear?

Eva: qué idiota eres, con lo bonito que me estaba quedando.

Hugo: aiiii que se pica la niña - dijo y estallamos en carcajadas.

Eva: oye, que aunque te mate en sueños te quiero mucho eh.

Hugo: lo sé.

Eva: qué creído.

Hugo: déjame acabar, digo que lo sé porque yo te quiero igual.

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Debo admitir que la historia iba a acabar con su muerte, pero nuestro rubio está mucho mejor vivo.

Un besico 💋

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