Capítulo 6

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EVA

Han pasado dos semanas desde aquella quedada en casa de Sam. Al día siguiente de aquello volví a Galicia junto a mis padres para visitar a mi familia. He pasado estas dos semanas sin pasar por mi casa.

Nada más llegar, fui a casa de mi mejor amiga Laura, llevo ahí desde que llegué. Todas las noches salimos junto al resto de mis amigos, nos emborrachamos a más no poder y no llegamos a casa  hasta por la mañana.

Todos los días me preguntan mis padres dónde estoy o si estoy bien aunque no consiguen respuesta. Ellos saben que no me ha pasado nada y que el día que volvamos a Córdoba estaré en el coche.

Otra que tampoco ha dejado de escribirme durante este tiempo ha sido Samantha, aunque ella si recibe respuestas. No suelo indagar mucho en lo que hago por la noche para que no se preocupe. Suelo contestarle que estoy bien y paso tiempo con mis amigos, cosa que parece tranquilizarla.

También esperaba algún mensaje de Hugo, no somos grandes amigos, pero los días antes de la piscina sentí que nos habíamos llevado bastante bien. Rafa, en cambio, si ha estado pendiente de lo que hacía o dejaba de hacer, respondía alguna que otra historia y entablábamos conversaciones algo interesantes.

Ayer fue la fiesta más loca de estas semanas, al irme hoy, mis amigos quisieron despedirme como me merecía. Tal fue la locura que no he dormido en toda la noche. 

En estos momentos me encuentro delante de la casa de mis padres, con la misma ropa de ayer y mi olor característico a alcohol. Por suerte o por desgracia, mis padres ya se han acostumbrado a esta faceta mía, aunque prefieren mil veces cómo me comporto en Córdoba. Por eso quieren volver tan pronto.

Madre: buenos días hija - grita cuando entro a la que era mi casa. Menos mal que mi cuerpo aguanta bien el alcohol y no tengo resaca, porque sino habría muerto con el grito de mi madre.

Eva: voy al jardín, cuando nos vayamos me avisáis.

Padre: Eva, nos vamos ya! - dice desde la puerta que conecta el salón con el jardín.

Me levanto y voy hacia él, cargamos el coche y ponemos rumbo a Córdoba. Es un viaje largo, y teniendo en cuenta que no he dormido nada, concilio el sueño más pronto de lo normal. No sé cuanto tiempo pasa desde que me duermo hasta que despierto, pero parece que mis padres no se dan cuenta de ese hecho.

Padre: yo sólo digo que no es normal. - dice un poco indignado.

Madre: a ver Juanjo, a la niña le afectó, es lo normal.

Juanjo: Mari, si yo lo entiendo. Pero tienes que admitir que sus amistades no eran las adecuadas para superarlo.

Mari: tienes razón, pero ella decide con quién juntarse. Además, no tienes que preocuparte, ahora estamos en Córdoba y Sam parece buena chica.

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