Capítulo 24

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EVA

Han pasado casi dos meses desde que firmé aquel contrato y mi vida está a punto de cambiar por completo. Hoy me mudo a Madrid, pasaré un día o dos ahí con Hugo, pero luego volverá a Córdoba y me quedaré sola con mi compañero de piso.

Hugo: venga amor que vamos a llegar tarde - dijo entrando en la habitación en la que tenía la maleta desparramada. 

Eva: estoy repasando la maleta para no olvidarme de nada.

Hugo: no importa si te dejas algo, así tendré una excusa para ir a verte.

Eva: no necesitas ninguna excusa, estás invitado siempre - dije dándole un beso.

Sam: venga chicos que vais a llegar tarde, ya follaréis después - como siempre Samantha tan directa e inoportuna.

Terminamos de recoger las maletas y Sam nos acercó a la estación del AVE, nos despedimos de ella y del resto de nuestros amigos que también habían venido y, cuando nos avisaron por la megafonía, montamos en el tren y nos fuimos.

Tras cinco horas sobada en el hombro de Hugo llegamos a la estación de Atocha. Ahí estaba Adri, mi compañero de piso con el que había hablado estos últimos días por WhatsApp y se había ofrecido a recogernos.

Eva: hola - dije cuando llegamos hasta él - soy Eva y él es mi novio Hugo - este hizo un saludo con la mano.

Después de las presentaciones fuimos al piso que íbamos a compartir. Era un ático dúplex bastante céntrico y estaba bien decorado, tenía tres habitaciones con sus respectivos baños cada una. Por lo que Adri me había comentado, la universidad quedaba muy cerca del piso ya que él  o tardaba más de 15 minutos si iba andando.

Por la tarde fuimos a comprar algunas cosas que necesitaba y a pasear por la ciudad antes de que Hugo tuviese que volver a Córdoba.

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Eva: te voy a echar mucho de menos.

Hugo: y yo. - quedaban sólo unos minutos para que Hugo cogiese el tren de vuelta y estábamos despidiéndonos.

Eva: escúchame, haz caso a Sam y no hagas mucho el gilipollas.

Hugo: tranquila.

Eva: y cuida de ella, y cuida de ti también.

Hugo: que sí, no te despidas así que parece que no nos vamos a volver a ver o algo así. Ya te lo dije: no es un adiós, es un hasta luego. Vamos a hablar todos los días y voy a venir a verte siempre que pueda. Cuídamela eh - dijo a Adri que nos había acompañado.

Adri: claro tío - respondió y se dieron un apretón de manos.

Hugo: te quiero mucho - decía mientras nos dábamos el último abrazo.

Eva: yo más - le respondía.  

No tardaron en llamarle por la megafonía y se fue. Adri y yo volvimos al piso mientras él intentaba animarme, pues estos días nos habíamos hecho muy buenos amigos.





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