Capítulo 39

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EVA

Ya habían pasado 1 mes desde que volvimos, y con ello había llegado el fin del verano y mi cumpleaños. Aunque Hugo pensaba que no sabía nada, llevaba dos semanas preparándome una sorpresa que, por fin hoy iba a descubrir.

Valeria: cumple mamá - gritó entrando a nuestra habitación y saltando a la cama para felicitarme.

Eva: muchas gracias cariño - agradecí - y papá? - pregunté, pues no estaba en la cama.

Hugo: buenos días mi vida - entró a la habitación - feliz cumpleaños - dijo enseñando una tarta que llevaba escondida en la espalda.

Me cantaron el cumpleaños y soplé las velas, pasamos un buen rato haciéndonos cosquillas y riendo hasta que él se fue a duchar y yo bajé junto a la niña para desayunar.

Corté la tarta y la repartí, empezamos a desayunar cuando tocaron al timbre, fui a abrir y era Samantha.

Valeria: tata - la llamó yendo a abrazarla.

Sam: hola enana, os vais ya? - me preguntó.

Hugo: sí - apareció en el salón con nuestras maletas y saludó a su hermana.

Eva: irnos a dónde?

Hugo: es una sorpresa - nos despedimos de las chicas y montamos en el coche, en el cual me pidió que me pusiese una venda en los ojos.

Eva: cuánto queda? - pregunté después de unas 2 horas de viaje.

Hugo: poco cariño.

Eva: eso dijiste hace un rato - protesté y no respondió, sino que puso la música más fuerte.

Hugo: ya hemos llegado - dijo zarandeándome, pues me había quedado dormida.

Salí del coche con la ayuda de Hugo y andamos un poco hasta que se paró.

Hugo: preparada? - preguntó.

Eva: sí - dije y me quitó la venda, estábamos en una cabaña en la cima de una montaña de la sierra de Madrid.

Las vistas eran preciosas, se veía todo Madrid inundado por las primeras nieves del invierno.

Eva: Hugo me encanta - dije emocionada.

Hugo: me alegra que te guste porque vamos a pasar aquí todo el fin de semana - dijo y corrí a abrazarlo.

Eva: muchísimas gracias.

Hugo: a ti por quererme y estar conmigo - concluyó derritiéndome y nos besamos apasionadamente.

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Eva: cariño, pásame a la tata - le dije a Valeria desde el otro lado de la línea.

Sam: Eva?

Eva: hola Sam, cómo se está portando mi niña?

Sam: de lujo, pero no me preguntes por ella, qué tal lo estáis pasando?

Eva: de maravilla, cada día estoy más enamorada. No sé qué pasará el día que no le tenga.

Sam: no pasará nada porque ese día no va a llegar nunca. Cuándo volvéis?

Eva: estamos a punto de salir.

Sam: sin prisa eh, que me lo estoy pasando genial con mi princesita viendo películas de Disney - ironizó, pues ella odiaba ese tipo de películas.

Eva: yo también las odio - admití - vamos a salir ya, adiós.

Sam: chao.

Eva: tu hermana me estaba contando lo mucho que le gustan las películas de dibujos - le conté a Hugo sarcásticamente.

Hugo: pues a mí me encantan.

Eva: claro, porque tú eres como un niño pequeño - dije y corrí a abrazarle.

No tardamos mucho más en montarnos en el coche y poner rumbo a Galicia.

Hugo: mierda! - dijo a mitad de viaje y noté cómo el coche iba frenando poco a poco.

Eva: qué pasa?

Hugo: no hay gasolina.

Eva: cómo se te ha olvidado?

Hugo: hace un minuto estaba casi llena.

El coche se paró al lado del arcén y salimos del coche para comprobar si había gasolina de repuesto en el maletero.

Hugo: vamos a buscar una gasolinera - dijo cerrando el coche y empezamos a cruzar la carretera.

Eva: Hugo, paraa - dije, pues estaba haciéndome cosquillas mientras esperábamos a que pasasen los coches y poder cruzar.

Cuando vi que ya habían pasado todos los coches decidí cruzar, Hugo me seguía un poco más atrás.

Hugo: Eva espera! - fue lo último que escuché antes de sentir un tirón en el brazo y escuchar un golpe.

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