Capítulo 25

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EVA

Ya habían pasado dos semanas desde que Hugo se fue, y aunque prometimos hablar todos los días no siempre lo cumplíamos, la mayoría de las veces porque él estaba muy ocupado. Cosa que me preocupaba, y como no tenía a otra persona se lo tuve que contar a Adri, que se había convertido en mi único y mejor amigo aquí.

Eva: es que estoy un poco rayada - dije mientras desayunábamos.

Adri: por qué?

Eva: no sé, está raro y ya casi no hablamos.

Adri: seguro que no es nada, estará ocupado.

Eva: eso me dijo el otro día.

Adri: pues ya está Eva, no te rayes más. Quieres que esta noche salgamos de fiesta y así te despejas?

Eva: no sé.

Adri: venga, será divertido. Puedo avisar a mis amigos.

Eva: venga vale. - acepté para que se callase, pero en el fondo me apetecía despejarme y sus amigos me caían bastante bien.

Nos estuvimos preparando mientras cantábamos con la música a todo volumen, y cuando terminamos cogimos un taxi que nos dejó en la puerta de la discoteca en la que ya estaban sus amigos. En ese momento recibí una llamada y salí a cogerla.

*Llamada*

Anne: hola tía, siento no haber llamado antes, me acabo de enterar.

Eva: hola. De qué te acabas de enterar?

Anne: de lo de Hugo.

Eva: qué le ha pasado a Hugo?

Anne: nada. Me acabo de enterar de que lo habéis dejado.

Eva: no lo hemos dejado.

Anne: cómo que no?

Eva: que no tía.

Anne: pero si le vi en su casa con aquella.

Eva: cómo?

Anne: fui a su casa y me lo encontré con una. Le pregunté y estaba nervioso. Pensé que habíais cortado.

Eva: pues no, ahora entiendo por qué estaba tan raro.

Anne: siento que te hayas enterado así.

Eva: tengo que colgar, vale?

Anne: buenas noches.

*Fin de la llamada*

Adri: estás bien? - preguntó al ver que se me caían las lágrimas.

Eva: Hugo me ha puesto los cuernos.

Adri: estás segura?

Eva: me lo ha dicho Anne.

Adri: quieres que les diga que nos vamos? - preguntó refiriéndose a sus amigos que nos esperaban dentro de la discoteca.

Eva: no, vamos a disfrutar de la fiesta que me lo merezco.

HUGO

Eva y yo ya no hablábamos tanto como al principio y era mi culpa. No era capaz de mentirle así que decidí que sería mejor no hablar hasta que acabase todo, y por fin llegó el día.

Me monté en el tren que me llevó hasta Madrid, más tarde, cogí un taxi que me dejó en la puerta del piso de Eva. Estaba muy nervioso, y conforme iba subiendo las escaleras más nervioso me ponía.

Al llegar toqué al timbre y me abrió Adri.

Hugo: hola tío - saludé - y Eva?

Adri: en su habitación, pero no creo que quiera verte - contestó apartándose para que pudiese pasar y dejándome rayado.

Caminé hasta la habitación de Eva, y cuando llegué no me pude creer lo que había pasado: Eva estaba en la cama con otro tío.

Hugo: se puede saber qué coño está pasando aquí? - grité bastante enfadado.

EVA

A la mañana siguiente me desperté sobresaltada por un grito, cuando abrí los ojos vi que se trataba de Hugo. Por qué ha venido a Madrid?

Hugo: se puede saber qué coño está pasando aquí? - gritó bastante enfadado.

Eva: no grites, me duele la cabeza - en ese momento se despertó Lucas.

Lucas: qué hace este gritando? - me preguntó.

Eva: Lucas te presento a mi novio que me ha puesto los cuernos - dije mientras el rubio me miraba atónito.

Hugo echó a Lucas de la habitación y nos quedamos nosotros solos.

Hugo: por qué me has puesto los cuernos?

Eva: lo mismo puedo preguntar yo.

Hugo: yo no he hecho nada.

Eva: Anne me contó lo de esa chica que estaba en tu casa - dije y entonces pareció que se acordaba.

Hugo: y tú decides acostarte con otro?

Eva: no tienes derecho a recriminarme nada.

Hugo: la chica que estuvo en mi casa era Laura, tu mejor amiga. Le pedí que viniese a Córdoba para prepararte una sorpresa por tu cumpleaños - dijo mientras sacaba de su bolsillo dos billetes de avión - Laura me dijo que siempre has querido ir a Australia.

Miré los billetes y eran cuatro, para Laura y su novio y para nosotros dos. Íbamos a ir el mes que viene, pues era mi cumpleaños.

Eva: Hugo pensaba que me habías engañado, estabas muy raro.

Hugo: no aguantaba mentirte por la sorpresa y preferí que era mejor no hablarte.

Eva: lo siento muchísimo, perdóname por favor.

Hugo: adiós Eva - esas fueron sus últimas palabras antes de irse y dejarme ahí sintiéndome como una mierda, pero seguramente no peor que él.

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