CAPITULO 11

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Oniria avanzo temerosa hacia aquellos ancianos piratas pues podían parecer viejos pero intuía que bajo aquella ropa aún quedaba mucha fuerza de sus vidas anteriores como piratas, aquello había sido lo último que había deseado después de entrar a la habitación, nada más verlos había preferido quedarse lo más escondida posible y aún así, estos la hicieron llamar.
Cuando se puso por delante de Kerem y Anuk, decidió quedarse con la cabeza gacha como había hecho Anuk e intentó esconder sus manos que no paraban de temblar, no quería que vieran el miedo que tenía aunque probablemente ya lo habrían visto en su cara nada más verla entrar.
-Las hadas nos han hablado de tí- comenzó a hablar el más anciano- y por lo que hemos sabido hace poco, te tienen en muy alta estima ya que, al parecer, te han bendecido- al ver que este se quedó en silencio Oniria optó por una respuesta corta como había hecho Anuk, algo que no le molestaría en absoluto.
-Creo que así es mi señor- no subió la cabeza en ningún momento.
-Nos han hablado de tí desde mucho antes de que Kerem y su tripulación te llevara con ellos aunque...nunca nos han dado muchas pistas de porqué se supone que eres especial- esta vez hablaba el más joven que parecía realmente interesado en la chica.
-Dinos, cual es tu nombre completo
-Oniria Dhananjay señor- respondió secamente, llevaba mucho sin escuchar su apellido, ya no lo sentía suyo, solo le parecía el recuerdo de algo que había sido.
-No conozco a ningún Dhananjay- respondió entonces el mediano algo decepcionado.
-Es normal señor, déjenme explicarles- entonces Oniria levantó la cabeza, si quería mantener una conversación normal con aquellos hombres era mucho mejor mirarles a los ojos, además, se estaba cansando de mirar aquel suelo de madera que no tenía nada de especial.
Anuk y Kerem la miraron sorprendidos y preocupados por cómo se pudieran tomar aquello los tres hombres pero ninguno dijo nada y la dejaron hablar.
-Verán, realmente, no es ese el apellido que recibí de mis verdaderos padres pues ellos me abandonaron, cuando era un bebe, a las puertas de una familia amable que me acogió como suya y me puso su apellido, no supe, hasta hace un año, la verdad sobre esto, así que realmente no poseo apellido alguno, aún, por supuesto, así que solo soy Oniria- Oniria había usado toda aquella elegancia y compostura que tanto se habían esforzado en inculcarle en su familia para parecer lo más agradable posible ante los piratas que, sin duda, parecieron bastante complacidos.
-Así que una chica especial sin raíces conocidas, al menos por nosotros- Oniria no pudo resistirse y preguntó a la vez que veía por el rabillo del ojo como Anuk volvía los ojos.
-Las hadas lo saben todo niña pero...no te dirán nada a menos que sea realmente necesario- Oniria sintió a la vez esperanza y temor en su corazón, tenía todas las respuestas en aquella isla pero ¿se las darían las hadas?.
Entonces Oniria volvió a su posición anterior y volvió a bajar la cabeza dando gracias por aquella respuesta y pidiendo perdón por preguntar.
-Sube la cabeza chica- le pidió entonces el más anciano- Oniria así lo hizo, no sin temer cualquier cosa.
Este se levantó de su asiento y se acercó lentamente a ella para cogerle de la barbilla y hacerla mirarle directamente a los ojos, al parecer, solo necesitó unos segundos para ver aquello que quería pues después la soltó y volvió a su asiento.
-Sin duda posee la fiereza de un mar enfurecido, sus ojos son pura chispa, no niego que las hadas tengan razón en lo que dicen respecto a tí- Oniria se quedó quieta en el sitio, interrogativa ante aquella información, sin entender nada.
-Esperemos que seas tan importante y magnífica como las hadas dicen pero ahora marchaos, debemos hablar y vosotros descansar- Justo cuando ya salían, por fin, de aquella habitación, el mediano los paró una última vez.
-¡Kerem!, le llamo esté
El capitán se volvió en seguida
-¿Si señor?
-¿Has devuelto el corazón a su lugar?
-Sí mi señor
-Muy bien chico, ahora asegúrate de buscarle una cama en condiciones a la chica y que descanse bien- este asintió y luego se marchó, Oniria no había comprendido aquella última conversación pero después de su conversación con aquellos tres hombres le daba igual, solo quería descansar un rato.

OniriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora