CAPITULO 21

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Al bajar de los botes se encontraron con un paisaje realmente hermoso, desde el barco la vista de los enormes acantilado era increíble, eran como gigantes dormidos pero una vez que estabas cerca eras realmente consciente de su grandeza y altura, al principio parecían montañas imposibles de atravesar pero al acercarte te dabas cuenta de que había varios caminos para poder subir por aquellas paredes, era increíble y daba cierto vértigo pero aquel camino era una construcción digna de alabanza, había sido cavado en la roca, siendo la mayoría del tiempo un túnel al que le habían hecho ventanas para no andar a oscuras e iba haciendo eses para poder subir con cierta facilidad.

-Yo presencié su construcción- habló entonces Yanatí que miraba igual de maravillada la subida que les esperaba- para llegar a esta zona de la isla solo se podía desde el puerto y el camino era demasiado largo, lo que no era bueno para la comida que se trajese desde tan lejos, así que decidieron construir estos túneles y caminos en estos gigantes de piedra, para los mercaderes es lo más cómodo, además, arriba del todo hay enganches para poder crear un sistema de poleas y subir y bajar toda la mercancía sin tener que llevarla en brazos durante la subida, gracias a esto la vida en esta zona de la isla mejoró bastante...perdona, estoy hablando demasiado- paró entonces Yanatí con una risa nerviosa al darse cuenta del silencio de Oniria.

-No...no, al contrario, solo estaba impresionada por todo esto, a mí me habría encantado ver cómo lo construían- Yanatí solo sonrió, Oniria había tenido el tiempo suficiente como para darse cuenta de que Yanatí no era tímida por naturaleza, alguien se lo había hecho pasar realmente mal durante mucho tiempo pues solía pedir perdón con cada cosa que hacía, como si creyese hacerlo todo mal, por eso Oniria le había cogido tanto cariño, pues al verla veía a una mujer realmente fuerte que tenía miedo y Oniria quería ayudarla, además, había sido realmente buena con ella desde el principio, tal vez porque se entendiesen bien gracias a que ambas tenían poderes, pero además Yanatí era una persona buena y demasiado espectacular como para no quererla.

-Pues espera a ver el interior- dijo justo antes de volver a coger la mano de Oniria y tirar de ella en dirección al interior de aquel camino enterrado en el enorme acantilado.

Al entrar Oniria se quedó sin palabras, se esperaba unos caminos largos, oscuros cavados en la roca pero se encontró con un espectáculo de luces provocado por los cristales que cubrían toda la pared del túnel a excepción del suelo, era maravilloso pues la luz que entraba por las ventanas cavadas se reflejaba en los cristales de colores que provocaban rayos de colores hacia todos lados, todos en su interior eran bañados por miles de colores.

-Fue idea de los niños, se quejaban de los oscuros que eran estos caminos y el miedo que daba andar solo por aquí así que los constructores hicieron estas ventanas y se les ocurrió pegar cristales de colores, en este lado de la isla se le llama las cuevas de luz por razones obvias aunque los extranjeros llaman a estos caminos las cuevas del mercado ya que pasan siempre tantos mercaderes por aquí.

-Dioses Yanatí, ¿cómo sabes tanto?, eres increíble- la alabó Oniria dándose cuenta del fallo que había cometido minutos después.

-Bueno, este ere mi hogar antes...- respondió aun así Yanatí, consciente de que Oniria no lo había preguntado con mala intención aunque no pudo esconder cierta tristeza en sus palabras.

-Perdóname Yanatí, yo...- intentó disculparse esta, sin embargo, la expresión de Yanatí cambió de repente mostrando de nuevo su enorme sonrisa.

-Enserio Oniria, no importa, sienta bien volver aunque...solo espero que nadie me reconozca- bromeó un poco, acto seguido comenzó a subir aquella subida repleta de espejos.

-No te preocupes, está bien, simplemente, a nadie le sienta bien volver al lugar donde nos hicieron daño- era Kyria y miraba a Yanatí alejarse con cierta pena en sus ojos, Oniria apenas sabía algo sobre el pasado de Yanatí, solo que cuando consiguió sus poderes tuvo que marcharse de casa ya que era como una especie de maldición para muchos y aunque no lo dijera nunca, seguía echando de menos su hogar, Oniria no podía evitar verse reflejada en ella, dejar tu hogar no era nada fácil así que tras mirar a Kyria y asentir con fuerza aligeró el paso para llegar junto a Yanatí, pensaba apoyarla lo que hiciera falta durante su estancia en aquel lugar.

OniriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora