CAPITULO 22

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Lo correcto habría sido quedarse allí a esperar a que Anuk se marchase para hablar con Kerem de lo que acababa de ocurrir pero Oniria si quiera entendía del todo lo que acababa de suceder, lo único de lo que estaba segura era de que el pecho y los labios le ardían y sentía una especie de mareo, como si estuviera borracha, sensación que jamás había tenido con Olatz, no era su primer beso pero así lo sentía así que después de la broma de Anuk esta se levantó con rapidez.

-Bueno...lo cierto es...que ya estoy algo cansada, necesito descansar para mañana...será un largo día, buenas noches...Kerem...Anuk- dijo entonces agachando la cabeza y marchándose lo más rápido posible de allí, pasó junto a Anuk que apenas se esforzaba por esconder una sonrisa burlona y dejó a Kerem tan desconcertado como lo estaba ella pero hasta que Oniria no estuvo lo suficientemente lejos Anuk no se atrevió a hablar.

-Tenía entendido que no os soportabais- dijo este, aún burlón.

-Si te fijaras solo un poco, te habrías dado cuenta de que hace tiempo que dejamos de odiarnos...aaag, ¿no podrías haber esperado un poco más para aparecer?- le dijo este mientras miraba pensativo el valle que se abría justo frente a ambos.

-Solo bromeaba chico, claro que me he fijado pero no sabía que...

-Sea lo que sea lo que estás a punto de decir, ten cuidado- intentó amenazarle el chico, sin embargo, Anuk lo conocía desde siempre y sabía que el capitán no estaba realmente enfadado.

-Deja de ser el capitán por un momento Kerem y deja de quejarte de mi presencia, yo solo paseaba, que estuvierais aquí ha sido coincidencia, así que, también somos amigos ¿recuerdas?, cuéntame- el chico pareció destensarse un poco, pero solo un poco.

-Si...mucho mejor- Habló Anuk, este había optado por una posición menos bromista, era obvio que algo preocupaba al chico pero no quiso preguntar, lo conocía de sobra para saber que Kerem solo necesitaba unos segundos para formular una pregunta o expresarse como a él le gustaba, así que esperó.

-No sé qué acaba de pasar, no sé qué le habría dicho después de...besarnos, Anuk, no lo entiendo y...ahora mismo, no estoy seguro de nada y eso no debe ocurrir, un capitán siempre debe estar seguro de cada una de sus acciones, una tripulación depende de mí y que uno de ellos me haga sentir así...- Kerem no paraba de gesticular nervioso con cada palabra.

-Esa chica te ha puesto la vida del revés desde que llegó- volvió a bromear Anuk, Kerem asintió.

-Pero también ha conseguido sacar lo mejor de ti, además, he hablado con ella lo suficiente como para estar completamente seguro de que posee un corazón realmente puro, tal vez nos saque de nuestras casillas en varias ocasiones pero...es una buena chica, una buena pirata me atrevería a decir, salvó a nuestro capitán ni más ni menos- dijo este intentando entender porque el chico estaba tan desconcertado que casi no parecía escucharle.

-No niego ninguna de esas cosas Anuk, es solo que...nadie jamás me había hecho perder el control de esa forma, jamás habría besado a una chica así como así, sin pensarlo, en un porche tan a la vista...

-Jamás habrías besado a una chica, apuesto 10 monedas a que ha sido ella la que ha dado el paso- se burló Anuk, Kerem se movió algo incómodo.

-Ha sido mutuo- se defendió entonces como un niño pequeño, Anuk no pudo evitar reírse un poco.

-Kerem- dijo este después de reír- hay algo más, ¿no es cierto?- lo había notado desde el primer momento, al chico podía incomodarle el hecho de que aquella chica sacase a su verdadero yo, que lo sacase de su zona de confort pero no era aquello lo que había provocado que, durante toda la conversación, el chico no hubiera parado de mirar al valle, perdido en algún punto de este, este solo se giró cuando Anuk hizo aquella pregunta y ahora si parecía incomodo e incluso asustado.

OniriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora