Tras temblores y el sentimiento de la caída, Kerem despertó en mitad de un lugar desconocido, lo último que recordaba era estar en el barco, siendo atacados por seres extraños que terminaron abalanzándose sobre él y luego, solo aquella escena de su padre, aquella verdad sobre el mismo.
- ¿Chico, estás bien? – la voz de Anuk retumbaba en su cabeza como un tambor, y solo pudo soltar un leve quejido antes de hablar.
- ¿Qué ha pasado, y donde narices estoy? – se masajeo la frente durante un largo rato hasta que logró abrir los ojos de una vez y entonces encontró frente a el a aquella mujer de extrañas marcas rojas y pelo blanco como la nieve que había alimentado al bebe de su visión, a el mismo y se quedó de piedra, no podía levantarse del suelo.
- Kerem... - habló Yanati preocupada por su capitán, pero este si quiera la miró, solo tenía ojos para aquella extraña mujer, su nariz redonda y alta y sus orejas redondas, todo era demasiado parecido a Kerem y con aquella imagen real y su visión, todo estaba más que claro.
- Madre... - fue lo único que logró decir, de repente la mujer cambió su rostro burlón y decidido por algo más cercano a... ¿un sentimiento de cariño?, lo miraba con amabilidad, como si hubiera querido escuchar aquello desde hacía años.
- ¿Cómo lo...? – preguntó entonces Anuk que no comprendía nada, a él, como a todos, se le había contado una historia completamente distinta respecto a la madre de Kerem, esta debía de ser ceniza pero allí estaba, en carne y hueso.
- Le cedió algunos recuerdos cuando lo tocó...– explicó entonces Kyria mientras miraba aún a la mujer con escepticismo.
- Bruja lista, le he dado cierto recuerdo importante que necesitaba para entenderlo todo mejor, aunque, creo que tenías casi todas las respuestas ya... - Dijo entonces girando su mirada hacia su hijo.
- Este la observó con la cabeza alta, serio, ¿Qué debía hacer ahora que sabía que todo había sido una mentira, que su padre le había mentido, que había nacido para servir a un destino próximo y, tal vez dar su vida?
- Estarás algo desorientado tras haber recibido tanta información... - pero no era así, Kerem lo veía todo claro y solo necesitaba hacer una pregunta.
- Que clase de poder es el que poseo y debo entregar a Oniria – soltó sin más de forma exigente, era algo que llevaba rondándole la cabeza desde que había emergido de él aquel extraño poder, no comprendía porque no podía usarlo siempre que quisiera hasta que entre lo que sabía Oniria y la visión que le acaba de mostrar su madre lo comprendió.
La mujer suspiró antes de comenzar a hablar.
-Tu poder no es más que un vestigio del poder de los dioses, apenas un reflejo del poder de estos, pero demasiado para cualquier humano, por eso no se te permite usarlo, pero si ofrecerlo a la persona indicada
- Entonces ¿porque moriste?, si se supone que no puedes usarlo – Kerem hablaba serio, evitando que se dejase ver todo el miedo que recorría su cuerpo desde los dedos de los pies hasta el pelo más alto.
- Porque ese poder está adherido a tu alma y si alguien se excede a la hora de usarlo...-No logró terminar, tampoco era necesario.
- Así que te quitaron hasta la última gota de vida... ¿Quién es capaz de...? – preguntó Kerem deseoso de saberlo todo, toda la historia de su madre.
- Me quitaron todo lo que permití, la diosa de los mares necesitaba poder para enfrentarse a la oscuridad, yo era la elegida y estaba dispuesta a morir por mis dioses a toda costa, por eso fui recompensada.
Entonces Anuk y Kyria parecieron comprender algo.
-Una bruja a la que se le arrebató su alma...para la lucha de la diosa de los mares... eres Zhingye, la bruja que ayudó a Aksam en su conquista – de repente todos dieron un par de pasos atrás, dispuestos a atacar, menos Kerem que ya estaba en pie, justo en medio de todo aquello, mientras observaba a la mujer más con orgullo que con miedo.
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Oniria
FantasyAbandonada Perdida Encontrada Así empieza, continúa y termina esta historia.