CAPITULO 42

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- ¿Qué se supone que es este lugar? – preguntó Kerem cuando ya llevaban un rato andando, siguiendo aquel hilo con vida, pero sin llegar a ningún lado.

- ¿Estás en el mundo donde todo se conecta, el esqueleto de nuestra existencia, solo necesitas fijarte bien a tu alrededor para darte cuenta de que este hilo no es el único, estamos rodeados de ellos, ellos te rodean a ti porque eres parte de ellos y ellos de ti, mira – le explicó su madre con verdadero orgullo, entonces Kerem agudizó la vista, sin saber que esperar, y de pronto lo vio, era cierto, estaban rodeados, de cientos, miles, infinitos hilos como el que había bajo sus pies, una maraña de nudos brillantes, vivos y todos se entrelazaban con el de una forma u otra, había estado tan pendiente de un único hilo que no se había percatado de todos los demás, los cuales también eran parte de él y no lo había sentido hasta aquel momento, era parte de un todo enorme y aquello lo había dejado sin palabras.

- Kerem... - le despertó entonces su madre de su ensoñación, este se la quedó mirando algo perdido, entonces se fijó mejor en ella, en aquellas marcas rojas que, ahora que se fijaba mejor, eran más parecidas a tallos llenos de espinas rodeando absolutamente, todo su cuerpo, como una cortina de flores la rodease por completo, era hermosa y por un momento deseo que su padre se hubiera enamorado de aquella mujer, aunque fuera por su belleza, que no se hubiera ido de aquel mundo sin haber conocido el amor que tanto ansiaba para su hijo.

- Eres la viva imagen de tu padre – le soltó esta de repente – pero esa nariz es mía – sonaba tan dulce que Kerem solo deseaba que lo acunase, deseaba ser su hijo y no solo una orden dada por los dioses.

- Dime, ¿Cómo os conocisteis?, quiero decir, ¿Cómo llego el aquí, como...fue todo – comenzó a preguntar Kerem que comenzaba a necesitar saber a cerca de todo?

- Bueno, no creo que sea necesario explicarte como naciste – de repente Kerem se sonrojó como nunca y la bruja rio con fuerza – solo bromeaba – y luego comenzó a hablar mientras caminaban siguiendo aquel camino de hilos rojos, en silencio.

-Tu padre, como vosotros hoy, no hizo más que ser encontrado pro este lugar, nadie puede llegar a él sin más, la isla te busca, el, simplemente se embarcó, sabiendo que buscaba algo pero sin saber el que, como a mí, los dioses le hablaron en sueños, le hablaron de su misión, de ti, sin que hubieras nacido aún y te buscó, o más bien buscó la forma de tenerte, admito que cuando llegó aquí y me vio noté su miedo y su desconfianza hacia mí y hacia mi imagen, nunca lo dijo pero casi pudo ver sus preguntas flotar a su alrededor, ¿nacerá con sus mismas marcas?, poseerá magia como ella?, ¿con quién se quedará?, yo ya sabía todas las respuestas pero dejé que lo averiguase solo.

- Así que llegó aquí y sin más...me tuvisteis – preguntó Kerem decepcionado, Zhingye soltó una pequeña risita repleta de sorna.

- Se quedó aquí semanas, tu padre sería un pirata, pero quiso hacer las cosas bien, hablamos largo y tendido, sobre todo en el oasis en el que hemos llevado a cabo el ritual, le gustaba aquel sitio, le recordaba a vuestra isla – Kerem comenzó a notar la pena en la voz de la mujer y por un momento, sintió esperanzas – solo hablamos lo necesario, no quisimos profundizar, no creímos que fuera necesario, más bien, sería algo que ralentizará el proceso y el mundo te necesitaba.

Kerem era incapaz de mirarla en aquel momento, le pesaba la cabeza de tanto pensar en su padre, o así lo sentía él y suspiró con fuerza.

-Ya te lo dije, nada de aquello iba de amor, pero tu padre fue amable y cuidadoso en cada momento, llegamos a sentir cierta cercanía, supongo que por lo que estábamos a punto de hacer, pero...no encontrarás en esta historia lo que tanto ansías.

- Sé que no encontraré a la familia feliz que siempre quise mirándote a los ojos pero, aunque no te guste, conocer la verdad, conocerte, me da calma, mi madre no era el ser horrible que pensaba que era antes de tenerme y...aunque no me quieras...al menos como a mí me gustaría, estás viva y quisiste tenerme, es triste pero si soy para ti como un trofeo o un orgullo de creación, es más de lo que habré recibido nunca de una madre y si...me basto con eso, con tu amor hacia la acción de tenerme... - Kerem sonaba tan triste que Zhingye sintió la tristeza a su alrededor como un rio serpenteante pero un grito hizo desaparecer cualquier tipo de sentimiento para sustituirlo por el miedo.

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