Los tres primeros días pasaron lentos, aburridos e iguales. Oniria se levantaba temprano, limpiaba y luego se quedaba en la proa mirando al mar o cruzaba dos o tres palabras con Anuk. Debido a ese aburrimiento y las miradas de desconfianza que solían lanzarle algunos mercaderes decidió seguir el consejo de Anuk y ganarse la confianza de estos. Fue poco a poco, empezó por pasar las comidas con ellos, no hablaba al principio pero poco a poco estos se dirigieron a ella también para meterla en sus conversaciones, luego buscó algo que hacer después de sus tareas y descubrió que en la bodega del barco, por las tardes, algunos mercaderes se dedicaban a coser o arreglar sus preciadas telas y que para pasar el tiempo contaban historias, inventadas, cotilleos o leyendas así que Oniria, que desde aquel libro de leyendas que le habían regalado era una amante de ellas, decidió pasar muchas de las tardes con aquellos mercaderes.
Un día hablaban de una reina de algún país lejano, que Oniria no conocía, esta había engañado a su marido con un plebeyo y habían llegado a tener un hijo, un bastardo, pero aquello no le interesaba en lo mas mínimo a Oniria, le daban igual ese tipo de noticias de gente demasiado rica que hacía lo que quería, además, no tuvo mucho tiempo de quejarse por lo estúpido que era aquel chismorreo cuando de repente escuchó golpes arriba, estaban parados en el puerto de un pueblo así que podría haber sido alguien interesado en telas pero luego se escuchó el grito de uno de los mercaderes, Oniria, movida por un resorte, salió a toda prisa de la bodega encontrándose con una escena horripilante.
Anuk había sacado su espada y esta ahora descansaba en el cuello de un hombre, Anuk lo miraba con fiereza y entonces habló entre dientes.
-Jamás vuelvas a este barco, ¿me has entendido?, y jamás se te vuelva a pasar por la cabeza robar aquí o en cualquier otro barco mercader sucia rata.- luego este salió corriendo despavorido.
Más tarde Anuk le contó que se trataba de un hombre bastante rico que, supuestamente, buscaba comprar buenas telas para los vestidos de su hija y al final había intentado robarlas, sin duda a aquellos mercaderes no era demasiado difícil robarles algo, no tenían cuerpos fuertes ni eran rápidos pero con Anuk la cosa cambiaba, entonces Oniria se dió cuenta, tener protección estaba bien, pero, ¿y si tuvieran el doble?.Le contó su idea a Anuk aquella misma noche sobresaltándole bastante.
-Anuk, ¿no crees, que sería buena idea tener a una segunda persona ayudándote a mantener seguros a todos?.
-Yo creo que conmigo vamos bien.
-Si bueno, desde luego ese hombre ha salido corriendo al segundo pero imagínate que hubiera sido más de uno?, Habrías necesitado ayuda.
-¿A donde quieres llegar niña?.
- A que podrías enseñarme algunas cosas, por tener algo más de seguridad- soltó sin pensarlo más.
-¿Tu, con espada?, Oniria, casi parece un chiste.
Oniria entrecerró los ojos y apretó los labios molesta.
-¿Ademas a cuántas chicas conoces que hayan cogido una espada?, que tontería.
-Pues alguna que otra sí que hay- soltó entonces Nataniel, uno de los mercaderes más viejos.
Anuk lo miro mandándole callar pero este siguió.
-Es más, en algunos reinos las mujeres pueden ser luchadoras también y se de algunas mujeres pirata.
-Leyendas de viejos-Soltó Anuk.
-Para nada, mucha historias han demostrado que un mujer es tan capaz como un hombre de blandir una espada.
Anuk resopló y al rato volvió a hablar.
-Tu solo intentas convencerme porque te interesa que haya más seguridad en este barco, sobre todo si es gratis.
Nataniel encogió los hombros.
-Tal vez, pero también sé que a Oniria le interesa de verdad, podría ser una buena aprendiz.
-Malditos viejos y su don de la palabra-Gruñó Anuk, pero el mercader no se molestó sino que sonrió pícaramente a Oniria.
-Entonces ¿me enseñarás?-Volvió a hablar Oniria.
-Te quiero al alba junto al mástil- dijo antes de terminarse la sopa e irse a la cama algo cabreado por haber sido vencido.A la mañana siguiente, algo mas tarde del alba, Oniria esperaba en el mástil, sin embargo nadie la esperaba, no fue hasta una hora mas tarde que Anuk quiso dar señales de vida, pero lo que de verdad cabreó a Oniria fue con esa sonrisa burlona con la que se acercaba.
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Oniria
FantasyAbandonada Perdida Encontrada Así empieza, continúa y termina esta historia.