UNA PAREJA CUALQUIERA

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No es tan malo sumergirte en un poco de mierda de vez en cuando, no siempre te vas a estar caminando sobre los lirios de un campo de ensueño cada que te descorras sobre el cuerpo desnudo de la diosa erótica y sensual con la que amaneces cada que visitas su cama.

Eran las 6 de la tarde aquel Domingo y ella y yo estábamos dando vueltas por todo el lugar, queríamos salir de la rutina y salimos a conversar, había un frío de coña y sólo tenía 50 en la bolsa, se me ocurrió ir a tomar un café, un chocolate, un té o lo que coño fuera pero bien acompañado de ella. Le sugerí el asunto y aceptó, así que caminamos y notaba en su mirada y sus gestos que quería decirme algo...

Llegamos a aquel sitio y nos sentamos, ella pidió un café y una dona, yo un chocolate únicamente. Nos sirvieron y estuvimos conversando, comenzó a llover y las gotas de lluvia estampadas contra las ventanas de aquel lugar se reflejaban en su rostro aterciopelado.

La dona tenía pequeños dulces incrustados sobre la cubierta y ella los dejó para después, cuando se comió la dona y se bebió el café, tomaba un dulce a la vez y lo jugaba entre sus labios rosas y con su lengua (la cuál sabia usar muy bien) me miraba de reojo mientras yo cambiaba de tonalidad viendo su sensualidad... si el lugar no hubiese sido público juro habérmela follado ahí mismo.

Salimos y nos encaminamos a su casa, estaba sola y follamos unas tres horas supongo... cuando terminamos se recostó sobre mi pecho y sus dedos empezaron a juguetear con mi cabello, me vio fijo y me dijo:

-¿Sabes? estoy cansada de los hombres ¿entiendes? hombres... quiero tener una pareja

-¿Una cualquiera?- Le pregunté

-No, no una cualquiera

Pasaron unos cuantos meses, escuchamos promesas, reímos, lloramos, juramos...

Pasaron meses y nos alejamos, quizá fue rutina, lo cierto es que volví a verla con otra pareja... con una cualquiera.

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