EL TRAGO QUE LO VIO LLORAR

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Existe un bar en la ciudad donde los excesos, la locura ebria y el ruido de las botellas chocando y las risas de un grupo de sujetos contándose anécdotas viejas son indispensables para que el día termine con broche de oro.

En donde se puede dar rienda suelta a las emociones y donde existe un sujeto del que desconozco su nomnre y del que todos hablan como si conocieran todo sobre él. Unos dicen que es un borracho más y otros dicen que es un pobre imbécil amante de las emociones fuertes... y donde todos ven un enigma, yo alcanzo a ver a un hombre ahogándose por el nudo de su garganta y asfixiándose por la presión de sus dolores en el pecho.

Como siempre una de las tantas noches en las que la ciudad no duerme por estar envuelta en música de banda, gritos mariachis y coros a todo pulmón, de lejos se aproxima una figura negra, alta y de cabellos castaños brillantes. Lo veo, es él ¡Sí! es él, su presencia no puede pasar desapercibida, todo el mundo dentro del bar lo conoce y lo saludan casi agachando la mirada en son de reverencia ante el imponente hombre. Lo acompañan un grupo de personas que a juzgar por su ropa no son comunes y corrientes.

Hay una alegría bastante buena en el bar, el ambiente es demasiado bueno y como cosa rara yo me siento feliz de verdad y no aparento; el alcohol ya me ha hecho un poco de efecto y entre mi borrosa percepción pude fijarme de algo en aquel tipo, tiene una sonrisa en la cara un tanto extraña, porque a diferencia del resto se sentó y comenzó a embriagarse y pensé tal vez lo hace para olvidar que su día estuvo en la mierda o quizá para olvidar a un amor...

Se levantó, cruzó por entre toda la gente, se acercó a la máquina de canciones y puso una en especial. El silencio reinó por unos momentos en todo el maldito lugar; la melodía comenzó a sonar, algo tranquilo... unas campanas, una guitarra y un piano.

Lo miro, una lágrima rodó por sus mejillas, nadie dice nada y sólo se quedan viendo esa escena. En ese momento el sujeto como recitando un epitafio, soltó al aire unas cuantas palabras que de seguro iban dedicadas para alguien:

-Mientras suena esta canción, tú recuerdas un pasado al igual que yo, y tratamos de ser fuertes y no delatarnos, todo sea en nombre del amor que nos tenemos...

Tomó su vaso aún a la mitad con Whisky, puso 100 en la barra y se retiró así de la nada como si del diablo mismo se tratara y desapareció.

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