No estoy cansado de ti, estoy cansado de mí.

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No estaba cansado de ti, estaba cansado de amarte...

No, no es que esté cansado de tenerte aquí conmigo, es que estoy cansado de amarte con fuerzas y obligarte a quedarte para no estar solo, no, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de hacerle añoros al corazón que tú no le haces al tuyo porque te sientes libre y sin ataduras, no, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de estirar la mano como mendigo y recibir de ti esos simulacros de amor con los que me debo conformar para saciar un poco mi hambre y sed de ti, no, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de irme a la cama turbio, triste, anheloso, casi débil y moribundo luego de un día más de buscarte entre los escombros y de nuevo no encontrarte porque corriste lejos y sólo dejaste un espejismo de ti, pero no hablo de estar cansado de verte o de hablarte, es que estoy cansado de tenerte a medias, de verte disfrazada o totalmente mudada de lo que fuiste antes de todo aquello que fuimos y que ahora somos.

No estoy cansado, no estoy aburrido, es que tengo miedo de despojarme de ti aún sabiendo que debo hacerlo para no seguir contaminando lo escazo del afecto que me das, que te doy, que nos damos... No, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de ver tu recuerdo perderse entre el humo, estoy cansado de distorsionar la realidad, estoy cansado de dibujarte entre las sombras o de solo verte reír cuando cierro los ojos y me echo a dormir.

No, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de abrazar tu recuerdo, de besar tu ausencia o de recorrer tu silueta en el aire, con estos diez dedos que me exigen palpar tu figura, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de disfrazarme a mí y de obligarme a irme al rincón y ponerle llave a la puerta cuando por un par de horas te veo y no intentar nada que no gustes ahora que haga. No, no es que esté cansado de ti, es que estoy cansado de reprimirme, de ocultarme, de resistirme a correr a tu encuentro y envolverte con mis brazos para no soltarte, es que estoy cansado de pasar otro día como hasta hoy lo hago, únicamente anhelándote cuando simplemente quiero descansar, sí, en el Edén de tu ser.

OBITUARIOS, DIARIOS Y NUPCIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora