15. Quédate... por favor.

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Capitulo 14
14. Quédate... por favor.

Robert:

¡Oh por Dios! ¡Luna bailaba de forma perfecta! Juro que sentí ganas de subirme a ese escenario y comérmela a besos delante de todos los presentes. Los hombres a mi alrededor gritaban y aplaudían, no lo puedo negar, me hacía sentir celoso, ¡Ella es mía!

El baile terminó y ella se bajó del escenario y la vi correr hacia los camerinos y comenzó un nuevo show, por supuesto, nunca mejor que el de ella.

—Hey, Robert... —Me di la vuelta para ver quien me llamaba, era Drew.

—¿Qué quieres? —dije sin muchas ganas y cruzándome de brazos.

—No sé cuales sean tus problemas conmigo pero... ¿Quieres a... Luna?

—¿A que viene tu pregunta?

—Solo responde, ¿La quieres?

—La amo.

—Bien... —tragó en seco, estaba nervioso, lo pude notar—. Si la amas, entonces no me queda más que aceptarlo y dejar de odiarte —se rió—. Pero que te quede clara una cosa... Si la lastimas, te las veras conmigo y créeme, no te gustaría eso...

—Eso no va a pasar... Yo no voy a lastimarla —¿A quien quería engañar? Lastimarla o no, no dependía de mi, era algo seguro y que no podíamos evitar ninguno de los dos, estábamos condenados a sufrir.

—Más te vale... —asintió y se alejó de mi, volviendo a la barra de los tragos.

En una esquina alcancé a ver a Jorge tomando una cerveza y mirándome con odio, haciéndome sentir incomodo, solo quería que Luna llegara para salir volando de allí, el solo hecho de compartir el mismo espacio con él me hacía sentir terrible y me daban ganas de golpearlo de nuevo.

—¿Qué miras? —preguntó Luna a mis espaldas causándome un sobresalto.

—¿Porqué te cambiaste de ropa? —pregunté al darme la vuelta y ver que ya se había quitado el traje que había usado en su show.

—Odio ese traje, me hace sentir ridícula.

—Nunca olvidaré el disfraz de enfermera que usabas el día que te conocí.

—Nuca olvidaré esa noche... te lo puedo asegurar, ¿Nos vamos ya de aquí? Estoy comenzado a odiar este lugar.

Asentí y salimos juntos tomados de la mano.

***
—¿Te vas a dormir ya? —le dije a Luna mientras entrabamos en la habitación del hotel y ella dejaba sus tacones tirados por el suelo y comenzaba a desvestirse para ponerse su pijama.

—¿Tenias otra cosa en mente?

—No te imaginas cuentas. —Sonreí con picardía— ¿Qué te parece un rato en la piscina?

—Un poco tentador... —sonrió.

—Entonces vamos...

Juntos bajamos nuevamente hacia la piscina del hotel, eran alrededor de las doce de la noche y la piscina estaba vacía, supongo que la mayoría de la gente vivía cosas locas en las exageradamente extravagantes calles de Las Vegas. Luna se quitó su camiseta y su pantalón quedando únicamente en ropa interior, yo me quité la camiseta y me senté en la orilla de la piscina con la mitad de mis piernas dentro, Luna se sentó a mi lado y recostó su cabeza en mi hombro.

—Es una noche increíble... Está más bella que nunca —dijo Luna sin mirarme, como si hablara sola.

—¿Quien? —susurré.

—La Luna, brilla más que nunca, es perfecta, la Luna es la más impresionante creación del universo.

Sonreí. Ella miraba la luna haciendo que sus ojos brillaran aún más gracias al mismo brillo de la noche. Ella miraba la Luna y yo la miraba a ella, estaba claro que ambos disfrutábamos de mirar cosas perfectas...

Ella rompió su intimidad con la Luna y se lanzó al agua haciendo que salpicaran algunas gotas en mi pecho. Le hice compañía y nade un rato con ella, ella se acercó a mi y plantó un beso en mis labios.

—Mañana será... nuestro último día juntos...

—No hables sobre eso ahora...

—Sabes que es algo que no podemos evitar... Los dos nos enamoramos, no hay ganadores, ambos perdimos.

—Yo no creo que haya sido una perdida haberme enamorado de ti.

—Mañana... último día de la apuesta Robert, última noche juntos, ¡Tiene que ser inolvidable!

—Lo será entonces —Acaricié su rostro mojado para luego volver a saborear sus labios.

VIERNES
Último día de la apuesta, 10:00 a.m

Rosie:

Mi teléfono no paraba de sonar y sonar, ya tenia ganas de lanzarlo por la ventana, no tenía ganas de ponerme de pie y comenzar el día... No sabiendo que  día era hoy, viernes... finalmente viernes.

Abrí los ojos y me los estrujé un poco antes de contestar el celular.

—¿Todo bien Betty? —dije.

—Sí, solo te llamaba para darte un recado de aparte de Jorge, te dejó tu paga conmigo, es un por ciento de todo lo que se hizo anoche en el club.

—Oh, cierto, bien, en cuanto pueda iré por el dinero, gracias por avisarme.

Me despedí de ella y colgué la llamada, miré a mi lado donde se suponía que debía de estar Robert pero no estaba allí, su lado de la cama estaba completamente vacío, a excepción de su almohada, donde había un pequeño papel doblado por la mitad en la parte delantera decía simplemente: Luna. Lo abrí y leí la nota:

"Buenos días Luna, ¿No suena eso un poco raro? Debería de ser "Buenos días sol", bueno, en fin sólo quería avisarte que no quise despertarte esta mañana, te veías demasiado bien con la luz del sol cubriéndote el rostro así que te dejé dormir y me levanté primero, tengo que hacer algunas cosas con Jules, nos veremos en la noche... ¡Besos! (Sí, muchos besos)"

Sonreí luego de leer la nota y me recosté un segundo más en la cama. Luego de media más tarde había sido capaz de ponerme de pie y caminar hasta el baño para luego vestirme y bajar a desayunar en el restaurante del hotel.

Decidí ir caminando hasta mi departamento, me hacía falta caminar en la mañana, caminar sola como siempre lo hacía, pensar... amaba pensar mientras caminaba bajo el sol, básicamente creo que las noches son para vivir locuras y las mañanas para arrepentirnos de haberlas vivido...

—¡Oye Rosie! —La voz del dueño de edificio me llamó al momento en que yo subía las escaleras.

—¿Sí? —Me di la vuelta.

—Recuerda que ya debes de pagar la renta.

—Ah... sí, claro, no lo olvido.

El tipo me miró mal mientras subía las escaleras, yo solo lo ignoré un momento y seguí como si nada. Abrí la puerta del departamento y entré.

No había nadie en la sala, así que aproveché para tomar un trago de agua y descansar un segundo en el sofá para recuperar el aliento luego de haber subido las terribles escaleras.

—Rosie, no te escuché llegar —dijo Camil al momento en que salió desde la habitación hasta la sala y se sentó a mi lado en el sofá—. ¿Estás bien? Te ves un poco roja.

—Es por el sol, vine caminado hasta aquí. —Tomé un largo trago de agua—. ¿Donde está Anette?

—Está dentro.

—Llámala, tengo que hablar con los dos.

Camil se puso de pie y se fue en busca de Anette, ambos se sentaron junto a mi en el sofá, Anette se veía cansada, o a lo mejor solo acababa de despertar y traía el cabello despeinado y la cara adormilada.

—¿De que quieres hablar? —preguntó Anette mirándome con sus ojos verdes que ahora poseían un poco más de vida.

—Creo que ya llegó el momento de que vuelvan a casa —dije sin mirarlos a ninguno de los dos.

—¿A casa? ¿Cual casa? —preguntó Anette con una ligera sonrisa burlona.

—Ya te dije que no podemos volver con mamá, ¿No lo entiendes? ¡Ella no nos quiere allí! —esta vez habló Camil.

—Eso es cierto, ¿Piensas mandarnos entonces con papá? ¡Él tampoco nos quiere! Ambos han hecho sus vidas, y nosotros no entramos en ellas.

—Bien, pues entonces es momento de que hagamos la nuestra, necesito cambios... —dije y esta vez si los miré—. Necesito que me demuestren que son lo suficientemente maduros como para afrontar la vida solos a partir de ahora.

—¿A que te refieres con eso?

—Me refiero a que... Les daré dinero suficiente para que vuelvan a Nueva York, para que alquilen allá un pequeño departamento, necesito que se instalen allá y que traten de conseguir algún trabajo de medio tiempo, necesito que sigan estudiando, no quiero que sean unos fracasados. ¿Qué dicen?

—Pues... Yo estoy de acuerdo, estoy dispuesto a demostrarte que puedo ser un hombre maduro, o al menos intentarlo.

—Yo también, lo estoy —dijo Anette, su respuesta no me sorprendió en lo absoluto, Anette siempre le ha seguido los pasos a Camil.

—Me alegro por eso, mañana mismo les daré el dinero, necesito que compren sus boletos y regresen lo más pronto posible, si mamá no nos quiere en su vida, pues ella se lo pierde, hagamos la nuestra, punto.

—Tengo las mejores hermanas en el mundo —Camil nos abrazó haciéndome reír—. No necesito a ninguna otra persona.

—Y nosotras tenemos el mejor hermano —dije y le sonreí—. Un poco loco sí, pero bueno, mi hermanito de todos modos.

Nos reímos juntos un rato más, para luego encender la televisión y ver alguna de esas películas que pasan los fines de semana, estando juntos se sentía como estar en casa, no importa donde siempre que estemos los tres, será como estar en casa, con mamá o sin ella... Seguíamos siendo una familia.


ROBERT

—Jamas imaginé que llagaría el día en que Robert Steef haría algo como esto —dijo Rick luego de salir de su ataque de risa.

—Es cierto, ¡Quien lo diría! —esta vez se burló Tony, casi me hacían perder la paciencia.

—Yo sigo pensando que es una locura, y que solo te ayudé porque, ¡Mierda! Esto es demasiado adorable como para decirte que no ¿Por qué diablos tuve que tener el mejor amigo más loco de toda la existencia?

—Sí, sí, yo sé que me amas Jules —dije para luego reírme también.

Habíamos gastado toda la mañana comprando cosas en la tienda, y las floristerías, comprando buenos vinos y champaña, ¿Para qué? ¡Todo para Luna! Esta sería mi última noche en las vegas, era la última noche de la apuesta, mañana en la mañana tendría que volver a casa... A la realidad, pero no pensaba irme sin hacerle saber a Luna lo mucho que había impactado mi vida, era lo menos que se merecía luego de haberme hecho vivir la semana más loca y emocionante de mi vida.

Los chicos me ayudaron a llevar las cosas hasta un lugar apartado en el jardín del hotel, había reservado todo para la noche, tendríamos un mesero solo para nosotros, una cena especial, bebida especial, todo tenía que ser perfecto, no me perdonaría si fuese de alguna otra manera.

La noche ya había caído sobre nosotros, no había hablado con Luna en todo el día, no había tenido tiempo, había invertido todo en hacer las cosas perfectas para que ella las disfrute. Tomé mi celular y llamé a una de mis cómplices, Betty.

—Hola, Betty, ¿Luna no sospecha nada cierto?

—No, no lo hace, me la he pasado con ella todo el día, ni siquiera la he dejado regresar al hotel, hemos estado todo el día aquí en el departamento en una tranquilidad absoluta, ¿Ya está todo listo?

—Sí, lo está, necesito que le des la nota que te dije que le dieras, la cita es las diez de la noche, no lo olvides.

—Bien, a las diez, no lo olvido.

—Gracias Betty.

Colgué la llamada para continuar alistando las cosas para mi perfecta última noche con Luna... ¡Por favor! Espero que de verdad sea perfecta.

Terminamos de arreglarlo todo para luego sentarnos a descansar un rato y esperar a que llegué la hora de mi cena con Luna. Cuando el reloj marcó las nueve de la noche, los chicos se fueron a su hotel, me habían comentado sobre una súper fiesta a la que asistirían esta noche, yo solo reía de sus extrañas historias y las anécdotas que me contaban.

Me bañé y me vestí cómodamente usando unos jeans negros, unos zapatos oscuros y una camisa de color pálido. Bajé hasta el jardín exactamente a las diez en punto para confirmar que todo estuviera completamente en orden.

Me senté en la mesa, acompañado únicamente por la luz de estrellas brillantes y la brisa fresca del verano.

Revisé mi celular para encontrar en él, un mensaje proveniente de Betty:

"Luna ya está en camino, hice todo como me lo pediste"

Sonreí y me puse de pie para esperarla, se suponía que al momento en que ella llegara , un botones le vendaría los ojos y la traería hasta aquí...

Y ahí venia ella, la vi acercándose dando pasos poco firmes de la mano del botones, ella sonreía nerviosa, vestía un hermoso vestido azul oscuro ajustado a su figura y altísimos tacones negros, su cabello estaba suelto y esta vez un tanto ondulado, una vez estuvo cerca pude ver el rojo en sus labios, y me acerqué a ella para quitar la venda de sus ojos y adorar inmensamente ese azul eléctrico.

—Sorpresa... —susurré mientras le quitaba la venda. Su sonrisa se amplio casi tanto como la mía.

—¿Que es todo esto...? —Se rió y sus ojos se iluminaron mientras admiraba las cosas a su alrededor, las flores, la noche, la comida, las bebidas... todo.

—Una cena de despedida...

—Como odio esa palabra... —dijo mientras la ayudaba a sentarnse frente a mi en la mesa.

—Hey, quita esa cara... No quiero verte triste, Luna.

—¿Cómo no estarlo? Hemos perdido Robert... Lo mires por donde lo mires, simplemente hemos perdido.

—No del todo... Yo te amo y tú me amas.

—¿Eso de que nos sirve cuando tú te irás y yo simplemente me quedaré? Robert, te amo y ni siquiera puede decir que te conozco del todo, no sé en que trabajas, que haces, como es tu familia no se nad...

—¡Luna! Para de decir que no me conoces, conoces todo lo que hay que conocer sobre mi, conoces al verdadero Robert Steef, eres la única persona en el mundo que realmente me conoce tal y como soy, pero si lo que quieres es saber cosas sobre mi, bien, las tendrás...

—Quiero tenerlas...

La cena continuo en silencio durante unos minutos.

—Soy como un títere, alguien que no puede decidir sobre su propia vida... Soy solo alguien que obedece..., Soy un esclavo en  un mundo libre y no puedes llegar a imaginar si quiera cuan duro es.

—¿Porqué dices eso? ¿Quien te esclaviza? —tomó un tragó de champaña y parecía burlarse de mi.

—No tengo derecho a decidir por mi mismo... —Una lágrima se escapó de mis ojos.

—Oye, no... no llores.

—Soy Robert Steef... —dije y me puse de pie tomando en mis manos una botella de tequila y caminé hasta sentarme en la grama del jardín y tomar un largo trago desde la botella, Luna me siguió y se sentó a mi lado tomando de la botella de champaña —. Tengo veinticinco años, los cumplí en octubre, me gradué hace un año en administración de empresas, soy experto en leyes, tramites y negocios internacionales, tengo cinco hermanos, vivo con mis padres, mi vida es solo trabajar, producir, dar la cara por mi familia, pretender, aparentar... Solo soy un títere, eso es lo que soy ¿Esas son las cosas que quieres conocer de mi? ¡Bien! Entonces ahí las tienes, soy solo una basura, destinado al sufrimiento.

—No creo que seas una basura Robert, según dices eres un hombre exitoso, al menos tú sí pudiste ir a la universidad, tienes familia, deberías de estar feliz.

—Sí, puede que tenga cosas, pero no tengo las que quiero... Lo único que quiero es a ti, y no puedo tenerte, a partir de mañana mi vida será aún más dura, pero no me arrepiento ni un segundo de haberte conocido, no  me arrepiento de amarte.

—Entonces quédate... —dijo ella y se lanzó sobre mi besándome con pasión en los labios hasta tirarme en le piso—. Estamos demasiado destinados a estar juntos Robert, quédate, quédate conmigo si me amas tanto...

—De poder hacerlo... —Le devolví los besos y traté de hablar y tomar aire a la vez—. Créeme que lo haría pero no... no puedo —Seguí besándola mientras lloraba.

—¿No que todo lo puede el amor? ¿Que es lo que te impide quedarte?

Me alejé un segundo de ella y volví a tomar tequila sintiendo como quemaba todo el camino en esófago hasta llegar a calentar mi pecho... Sabía que en segundos estaría tan borracho, eso era lo que necesitaba... Perder por completo el sentido.

—¿No me lo vas a decir? —Esta vez ella tomó también de la botella dejando a un lado el champán vacío.

—Soy un mentiroso... ¡Juro que no quiero hacerlo! Yo solo quiero estar contigo. —volví a beber.

—¿Qué es lo que no quieres hacer...?

—Son demasiadas cosas Luna...

—¿Quieres dar un paseo? —ella se puso de pie y me tomó de la mano para que la siguiera.

—¿Un paseo? —dije y me sequé las lágrimas con el dorso de la mano.

—Sí, solo caminar por ahí... Amo caminar por ahí, y ver las locas calles de las Vegas, siempre me relaja, si esta va a ser nuestra última noche, entonces lo acepo, pero déjame vivirla al máximo, ¿De acuerdo?

Ella tomó otra botella de la mesa y caminó, yo la seguí mientras bebía cada trago más pesado que el anterior.

Las luces me enloquecían hasta el punto de hacerme sentir mareado pero ella seguía como si nada, solo caminando por ahí sin rumbo alguno.

—De niña quería ser la Luna ¿Lo puedes creer? —ella gritaba mientras sonreía y miraba al cielo al caminar.

—¿La Luna? pero tú ya eres Luna.

—Sabes lo que quiero decir —se encogió de hombros—. ¿Tú que querías ser?

—Quería ser piloto y volar... —dije y también reí para luego tomar un trago.

—Ese es un sueño más sensato, aún estás a tiempo de cumplirlo.

—No creo que eso vaya a suceder...

—Decías que no perderías la apuesta y la perdiste, todo es posible Robert... —ella giró mientras caminábamos por un callejón oscuro.

—Tú decías que no te enamorarías de mi...

—Sí lo decía... ¡Pero para mi mala suerte lo hice! Y ahora sé, estoy segura, de que mañana será el día más horrible de mi existencia ¡Salud por eso! —se sentó en la acera y tomó un trago.

—¡Salud! —dije y también bebí—. Porque sé que mañana me odiaré por dejarte... Me odiaré por mentirte.

—Entonces no me mientas...

La miré a los ojos mientras ella prácticamente me rogaba que le diga la verdad sus ojos azules se veían tan oscuros y llenos de curiosidad, ella quería saber la verdad... Pero yo no quería romper su corazón.

—Volvamos al hotel ¿Sí?

—¿No te gusta caminar?

—Solo quiero estar contigo, en la cama, amándote... Por última vez ¿Lo entiendes? Tú calmas mi dolor solo con besarme.

—Y yo me siento completa cuando tú me pides que te ame...

Caminamos de regreso al hotel tomados de la mano, ambos estábamos borrachos pero no parábamos de tomar... No podíamos parar.

—Gracias por haberme amado, gracias por haberme permitido conocer lo perfecto al menos por unos días Luna —le susurré mientras entrabamos en la habitación.

—Gracias por haberme dejado amarte, ¡Fuiste capaz de hacer que yo me enamore! Siéntete feliz, serás el primero en romperme el corazón.

Yo no quería dejarla, no quería herirla, solo quería amarla, quedarme aquí con ella... De todos modos le rompería el corazón, ¿Que diferencia haría decirle o no la verdad? Ella merecía al menos saber las razones por las que no me podía quedar, se lo merecía.

—Tengo que decirte algo Luna...

—¿Qué cosa? —ella se recostó a mi lado en la cama y yo la miré un segundo, su maquillaje se veía un poco corrido ahora y su labial estaba por todos lados, regado por su cara.

—Te adoro... Te necesito y no voy a soportar separarme de ti... no podré hacerlo, no soy así de fuerte.

—¿Qué me quieres decir con so?

Ni siquiera yo sabía, pero ya no me importó nada, ni los Hall, ni Nahomy, ni mis padres, ni Jules, ni mis deudas, nada... Yo solo la quería a ella. Estaba dispuesto a dejarlo todo por ella, ella lo merecía por ser la más perfecta creación del universo, por ser la Luna en la tierra, no merecía dolor, ni siquiera me merecía a mi, merecía algo muchísimo mejor, pero si ella me quería a mi, a un quebrado mentiroso, entonces lo tendría, por siempre a su lado. Lo dejaría todo, me quedaría a su lado con tal de verla feliz.

—Sé que es la decisión más loca de mi vida, y quiero que sepas que todos me odiaran por hacer esto pero yo no me puedo ir y dejarte aquí, yo no te puedo mentir, yo no puedo hacer eso... Juré que sería tuyo y lo pienso cumplir, te amo y me quedaré aquí a tu lado, mañana haré algunas llamadas, solo tengo que hablar con mi familia e informarles que me quedo aquí, que no seré más su títere, ¿Estás dispuesta a amarme a pesar de ser un mentiroso incapaz de decir la verdad?

—Ya no me interesa saber tu verdad, me basta con saber que te quedaras conmigo...

—Entonces sí lo aceptas, ¿Aceptas que me quedé a tu lado?

—Todos los días de mi vida —me besó como nunca lo había hecho, tanto que sentí como casi me ahogaba pero no podía separarme de ella, tenía que seguir ahí, amándola una y otra vez...

Yo no era si quiera la más mínima porción de lo que ella merecía pero estaba convencido de que quédandome a su lado podría ser mejor persona, podría llegar a hacerla feliz... Quedándome a su lado todo sería perfecto.

Tenía dos opciones:

1) Quedarme a su lado  y vivir el más loco amor. Mi mayor y más gratificante decisión

2) Irme y arrepentirme por el resto de mis días. Mi peor y más perturbador error....

Lamenteblemnete todos sabemos que la segunda opción era mi único destino...

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HOLA CHICAS/OS (? LES SUBO CAPITULO UN POCO ANTES ESTA VEZ :') NO ME PUDE RESISTIR Y LO SUBÍ ANTES, PERO QUIZAS NO SUBA EL FIN DE SEMANA (POR ESO ESTE ES UN POCO MÁS LARGO) :(

¿Que opinan del capitulo? ¿Qué les parecio? POR FAVOR, COMENTEN, SÉ QUE MUCHOS LEEN LA HISTORIA, Y POCOS COMENTAN, SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE!! Y GRACIAS A LOS QUE SIEMPRE LEEN Y A LOS QUE COMENTAN, LOS AMO A TODOS, HASTA A LOS LECTORES FANTASMAS :') :3

¡HABLE AHORA! O Calle para siempre.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora