CAPITULO 24
¿Cómo se atreve a pedirme que la olvide?
ROSIE:
Esto no podía estarme pasando a mi... ¡Rosie, ¿Porque eres tan idiota? Solo una estúpida persona sería capaz de hacer lo que hice... Rendirme a sus pies, como todas esas mujeres estúpidas que no se resisten ante los hombres, pero ¡Rayos! Robert no es cualquier hombre... Es mi hombre, es nuestra historias, nuestros sentimientos, son nuestros secretos. A la gente se les hace demasiado fácil juzgar a los demás cuando no tienen nada que ver con la situación en cuestión, por ejemplo, yo, me he pasado tantos años juzgando y condenando a las "mujeres estúpidas" esas que se enamoran en cuestión de días y permiten que alguien les mueva el piso cambiándoles la vida... Pero ahora me he convertido en eso, ahora estoy en esa situación y no es para nada algo sencillo.
Apreté mis ojos con fuerza pretendiendo estar dormida en el momento en que sentí que Robert se levantaría del sofá y una vez lo sentí lejos abrí los ojos para encontrarme con mi ropa mojada regada por el piso de aquel departamento recordándome las cosas que había sido capaz de hacer horas antes... Los besos que le había permitido darme y las cariseas que le había hecho.
Las ultimas... Las ultimas caricias, los últimos besos, los últimos momentos de verdadera pasión... Lo detestaba como a nada y con la misma fuerza lo amaba, pero la pequeña cantidad de sensatez que aún reina en mi cerebro me dice que debo de escoger bien a que sentimiento darle prioridad y definitivamente la indiferencia ganaba la contienda, ni amor ni odio, simplemente nada, porque nada duele más que cualquier otra cosa, hacerle ver que no me causa nada le dolerá mas que cualquier otro sentimiento que le pueda exteriorizar.
Me levanté del sofá sin provocar ruido para luego tomar con cuidado mis cosas del piso y ponérmelas de manera apresurada y arreglar mi cabello húmedo en un pequeño moño alborotado sobre mi cabeza, tomé mi bolso y mis tacones y salí del departamento mientras Robert tomaba una ducha en el baño.
Mientras bajaba por el ascensor (Que para mi sorpresa si estaba en funcionamiento) una señora me dedicó una mirada despectiva al notar mi maquillaje corrido y mi apariencia de vagabunda sin hogar, y bueno, ni para que juzgarla, ciertamente parezco mas una prostituta en este momento que una simple joven neoyorquina.
Para mi buena suerte el clima ya había mejorado favorablemente y las nubes se habían despejado dejando un manto de brillantes estrellas sobre el cielo; detuve un taxi y le indiqué mi destino mientras revisaba las llamadas perdidas en mi celular, dos llamadas perdidas de Camil, una llamada de Betty y otra de algún número desconocido.
Al llegar a mi nuevo departamento no tuve mas fuerzas y me tiré sobre el sofá para descansar un momento, las luces estaban apagadas y no había señal de que hubiera alguien en la casa así que me relajé un segundo, no quería que mis hermanos me vieran así de mal, con el vestido mojado y el cabello hecho un desastre total, ya mucho habían tenido con verme llorar y sufrir por ese hombre tan cobarde, no pretendía hacerlo más, nunca más... Por estúpida que parezca esa promesa, supongo que es de esas promesas que sabes que lo más probable es que no las cumplirás, pero las haces de todos modos porque al menos guardas un poco de esperanza y una pizca de fe en ti mismo.
Tomé una ducha de agua tibia y lavé mi cabello para luego secarlo con la secadora y ponerme cómoda usando la única pijama que encontré entre mis cosas; decidí devolverle la llamada a Betty y contarle mis desdichas.
—¿Betty?
—¡Rosie! Cariño, ¿Cómo estás? —su voz me dio un poco de alegría en medio de tanta locura.
—Pues, mas o menos, ¿Que tal tú? ¿Cómo están las cosas en el bar?
—Ya sabes, igual que siempre, los mismos tipos de siempre la misma rutina de todos los días, aunque bueno, todos los clientes preguntan por ti, se vuelven locos al saber que ya no estás, ¿Ya conseguiste trabajo?
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¡HABLE AHORA! O Calle para siempre.(Terminada)
Chick-Lit"El novio no siempre se casa con la novia"