CAPITULO 11
¡No renuncies a la apuesta!
ROBERT:
Era como la décima vez que sonaba mi teléfono celular. Me dolía la frente y sentía fuertes punzadas en las heridas de mis brazos. Miré a mi lado pero Luna no estaba allí. Mi teléfono continuaba sonando.
—¡Luna! ¿Donde estás?
El silencio fue la única respuesta que recibí. Me puse de pie ignorando el sonido de mi teléfono y caminé en medio de la oscuridad hasta llegar al baño, ella no estaba allí, no estaba en el balcón, no estaba en la habitación. Sentí como mi corazón se estrujaba por su ausencia.
El teléfono volvió a sonar así que decidí no ignorarlo esta vez y contestar.
—¿Qué pasa? —dije y mi voz sonaba un tanto perdida y con sueño.
—¿Señor Steef!? ha pasado algo terrible... —Era la voz atormentada de Marina, una de las jóvenes enfermeras de la casa de ancianos donde vive mi amada Julia.
—¿Qué paso? —dije y apreté los ojos temiendo su respuesta.
—Es la señora Julia, se cayó de su cama esta madrugada y la están llevando al hospital y bueno usted es el único que la visita constantemente y pensamos que sería buena idea avisarle.
—¡¿Se cayó?! —exclamé atemorizado—. ¿Pero, está bien? No me digas que... ¿murió?
—¡No!, bueno, no lo sé aún, hace apenas un rato que la trajimos al hospital.
—¿Que tan grave está? —las lágrimas ya comenzaba a correr por mi rostro.
—No lo sé Joven... Lo mantendré informado, ahora debo irme a ver como sigue.
—Está bien Marina, me avisa cualquier cosa.
Colgué la llamada y me senté en la cama sintiendo una fuerte presión en mi pecho... Ella no podía morir, puedo soportar casi cualquier cosa, pero esa, simplemente no.
—¡Luna! —grité nuevamente en un inútil intento por encontrarla.
Me puse de pie y me vestí rápidamente para salir en su búsqueda.
Me sentí casi perdido en una ciudad tan grande y tan ajena a mi. No podía entender lo que estaba pasando, habíamos hecho el amor y luego ella salía huyendo. ¿Es que a caso le gustó tan poco? Trataba de buscarle alguna razón en mi cabeza pero no lograba hacerlo, no encontraba los motivos.
Mientras caminaba cerré los ojos y una muy leve sonrisa se escapó de mis labios al recordar los momentos vividos hace unas horas... Luna besándome, yo besándola, se había sentido de una manera tan distinta a las anteriores, ninguna mujer me había hecho sentir así de satisfecho en una sola noche.
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¡HABLE AHORA! O Calle para siempre.(Terminada)
Chick-Lit"El novio no siempre se casa con la novia"