40. Nueva integrante.

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Cuando Kozlov y Monique Heinz decidieron regresar de nuevo al gran salón en el que se celebraba la dichosa reunión la mayoría de ojos se posaron en Monique.

En la brillante joya en su dedo anular y también habían notado que Corban, su líder, estaba de acuerdo con el Pacto que Kozlov había formado con la humana. Porque él venía delante de ellos sin preocupación alguna.

— Damas y Caballeros, la nueva integrante de la Familia Kozlov con la cual tenemos el honor de también hacerla parte de nosotros. — Corban levantó su copa.

— Salud. — Todos levantaron sus copas, pero el desagrado en sus rostros era totalmente visible.

¿Una humana de su lado cuando no era ni por cerca de su especie? ¿Qué se creía? Pero tampoco es que pudieran alegar en contra, nadie decía nada en contra de la palabra de Corban, y mucho menos de uno de los miembros más fuertes como era Milkhail Kozlov.

— Salud. —

De ahí en más Kozlov y Monique fueron ignorados en toda la fiesta, fuera de miradas de asco, e indiferencia, el resto de Inmortales no tenía el mínimo interés en cómo el nuevo juguete de Kozlov había terminado siendo parte de su misma especie, porque esa era una burla que dañaba el orgullo en su sangre fría e inmortal.

— Te presentaré a mis padres y familiares. —

Kozlov le sonrió a Monique, una sonrisa que solo le pudo causar nerviosismo. Porque todos estaban viéndola como si llevara puesto algo asqueroso. Como el rostro de las personas al ver una cucaracha en su comida.

En los humanos era más disfrazado e hipócritamente le saludarían, pero los inmortales a pesar de tener todo el tiempo del mundo, no lo tenían en cuanto a mostrar su desagrado se decía. Porque claramente muchos no escondían el asco y sus labios curvados en muecas de desgano.

¿Quién se atrevía a hacer un pacto de sangre con una humana? Aceptaban a los humanos, pero transformados. No deseaban más monstruos en su especie de los que ya habían.

Porque los nacidos de humanos e inmortales eran más fuertes, más poderosos, pero los exponían aún más con sus riesgos al nacer.

Los pasos de Kozlov entre las personas ahí reunidas pronto se hicieron mucho más lentos. La música clásica aún resonaba fuerte entre las copas de vino-no tan vino que sostenían los inmortales y sus vestimentas extravagantes.

La orquesta reunida en el salón tocando con verdadero impetú y espiritu mantenían al resto alejados del disgusto de saber que la nueva integrante de su especie, todavía seguía siendo una corriente humana.

— Monique Heinz. — Kozlov volteó a verla con cariño cuando se detuvo frente a su familia.

— La Familia Kozlov. — Frente a ella habían unos cuantos ojos completamente negros que no dejaban de observarla.

Un verdadero desastre, eso es lo que atraería Kozlov si no convertía pronto a su humana en uno de ellos y sus familiares lo sabían. Se lo advertían con miradas de asco.

— Así que ella es la dichosa Monique Heinz. —

La curva en los labios de una mujer mayor con los rasgos tan parecidos a Iván la hicieron adivinar que quizás se trataba de su madre o su abuela, difícil para ella adivinar de quién se trataba cuando todos gozaban de vida eterna.

— Grato encontrarnos en la cena, pero podían habernos avisado de la sorpresa hijo. — El disgusto de la pelirroja madre de Kozlov podía ser escuchada en su voz.

— Así es madre, también fue repentino para nosotros. — Iván respondió viendo los ojos azules de su madre.

— ¿Había alguna razón en especial? —

Más Dulce que la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora