"era un hecho que esto sucedería, por qué lo hiciste..." Hablaba YoonGi en un tono comprensivo.
TaeHyung sentado junto al cuerpo inconsciente de Jungkook sobre la cama de hotel y sus manos temblando al intentar recibir alguna señal del castaño.
"No me gusta ocultarle cosas, mucho menos algo como esto" admitió con la voz débil.
Jimin haciendo una mueca triste con los labios y sentándose a su lado, indicándole a los demás con la mirada que salieran de la habitación y les dieran unos minutos.
El silencio no demorando más de cinco minutos en consumirlos y los jugueteos de las manos transpiradas de los dos ya siendo incómodos.
"Jungkook... Tae tú sabes que él aún no está bien, me preocupa su estado, y también el tuyo" comenzó Jimin.
"Lo sé pero, si no comenzamos a decirle las cosas nunca se acostumbrará, y ya está grande, no podemos seguir ocultándole todo como si fuera un nene de cinco" se defendió.
"Tae él no está prepara—" le interrumpieron.
"No estará preparado para muchas cosas aún pero sí para saber de la realidad, tiene casi 18 por dios" alzó la voz.
La mirada arrepentida de Jimin buscando refugio en algún argumento pero sabiendo que era verdad.
"Tienes... razón" susurró.
"No te sientas derrotado, solo deben darse cuenta" explicó TaeHyung.
Y las horas siguieron pasando.
La verdad era dura.
Mucho más viéndolo del lado oscuro.
Jeon Jungkook estaba particularmente en la azotea, o ese había sido su último reporte por medio de mensajes.
Los demás seguían en sus habitaciones.
TaeHyung solo, acariciando la camiseta que traía puesta pues era de su novio.
¿Ahora que ya no estaban en Busan estarían bien? Se preguntó por milésima vez.
¿Simplemente podían vivir tranquilos?
No, claro que no, pensó.
Llenando su cabeza de ideas y pensamientos positivos sabiendo que a su lado el reloj ya marcaban las 3:56 A.M y su Jungkook no estaba acostado a su lado.
Era que Kim TaeHyung confiaba en él, sabía que era lo suficientemente mayor para saber cómo vivir solo y también cómo trasladarse en una ciudad que nunca antes había visitado, cargando con su pié que aún estaba accidentado, pues era obvio que ya no estaba en la azotea y le había mentido para no preocuparlo.
Todo era tan borroso.
La luz de pronto apagada y la cama hundida a su lado, un cuerpo abrazando al suyo y arrastrándolo hasta dejarlo acostado sobre su pecho.
"Perdón" murmuró el castaño.
Sus dedos fríos delineando las facciones del chico contrario.
"No te disculpes" respondió calmado.
Ahora su mano descansando sobre el abdomen de Jungkook y dando un suave suspiro.
"Debí avisarte.." siguió.
"Eres grande, cumplirás los 18 y dejarás de ser el niño pequeño que todos creen que eres" intentó calmarle.
"Pero aún no los cumplo, y sigo siendo ese niño pequeño" ahora susurraba.
"Mientras yo esté aquí nadie podrá tratarte de nene pequeño alguna otra vez ¿entendido?" acabó por aclarar.
Recibiendo un beso en su coronilla y un débil "entendido" detrás de sus oídos.
Tenían una semana para acostumbrarse a la ciudad y las nuevas costumbres que deberían tomar, una nueva rutina diaria sería lo mejor, creían todos, y realmente era algo que debían considerar.
YoonGi y Hoseok ya tenían todo organizado con respecto a su academia, habían contratado nuevos jefes y coreógrafos mientras que ellos mismos solo se encargarían de partes ejecutivas y también de los acuerdos con demás academias.
En tanto SeokJin tendría que seguir trabajando en la agencia de modelos jóvenes, Nam seguía haciendo clases en una universidad pero al parecer tendría que buscar trabajo en otra universidad pero de Japón.
Sería un gran desafío para todos, un nuevo idioma era algo que sin duda les atormentaba.
Y también les estorbaba.
Park Jimin había renunciado al trabajo de medio tiempo que tenía y solo se preocuparía de estudiar, y pues los dos menores también.
Todo parecía estar enredado y mezclado de una manera tan extraña, el señor si quiera sabía que el antiguo departamento de los chicos estaba vacío.
Era cierto que en parte podía ser peor si él hablaba con el gobierno acerca del tema porque los llevarían presos por raptar a un niño, pero para eso también habían ideado un plan.
"La estrategia es lo mío, niégamelo" dijo Jimin en dirección a Nam, quien le miraba con cansancio.
Jungkook riendo por la nueva pelea que habían armado y TaeHyung acercándose a él con una toalla sobre sus hombros y dos pocillos en sus manos.
El castaño mirándole algo confundido.
"Nunca me pudiste tintar el cabello.." murmuró chiquito.
Jungkook mirándole ahora con emoción, levantándose del sillón con ayuda de Tae y dirigiéndose al baño.
"Entonces.. ¿primero hay que decolorar?"
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Los chicos en Japón, quién lo diría ajdbwjdbwjd.
He estado demorando un poco con las actualizaciones, perdón por eso.
En fin, la historia está casi por terminar, las cosas se ven bastante bien hasta ahora :))
