"¿y nunca antes te diste cuenta?" Escuchaba los reclamos de Choi Beomgyu a su lado.
Él negó apenado.
"Dios no puedes ser tan... ¡idiota!" seguía recibiendo los comentarios, iniciando a aceptarlos con gracia luego de ver el puchero de su acompañante.
"Es que viene tapado entero, con barbijo y una chaqueta oscura" se defendió.
"¡Aún así! ¡Vamos es tu novio!" dijo.
Y Jungkook rió a carcajadas.
"corrección, ya no es mi novio" aclaró.
"¿qué?" Le respondió en contrario en plena confusión.
"No nos hablamos hace un año ¿crees que esto sigue siendo una relación?" Habló con seguridad.
"Pues claro que sí, nunca ninguno de ustedes ha dicho que la relación acabó así que siguen siendo pareja" le recalcó.
Y él llegó a tener esperanzas pero nuevamente negó con la cabeza.
"No lo creo así..." Insistió.
Seguramente fue mucha la insistencia porque Beomgyu se limitó a seguir contradiciendo y solo suspiró amargado ante la situación.
"Son pareja, P-A-R-E-J-A ¿entendido?" Acabó por decir.
El resto del camino a casa fue repleto por el ruido de los autos que casi les impedía oírse, tal vez en momentos los estresaba pero no lo suficiente como para enojarse.
Luego de eso Jungkook cumplió con su rutina diaria, estudiando algunas de los apuntes de las largas clases llenas de material listo para aprender y luego apoyando sus manos en el barandal del balcón, descansando los ojos junto al frío del ambiente.
La lluvia petrificada gracias al nuevo cambio climático, el pronóstico pasando a incluir nevadas largas y densas para los siguientes días y semanas, dando inicio a un diciembre especial, su mes favorito.
Quién diría que Kim TaeHyung cumplía años en treinta días pero estaban distanciados por calles desconocidas, era extraño.
Se recordaba a comienzos de año preparando lo que sería su regalo pero ya no podría entregarlo.
Su novio, su precioso novio.
Si quiera él quería aceptar su tonta e irrazonal idea de que ya no eran pareja pero, tal vez ese mismo Kim TaeHyung que conoció en un balcón ya no lo quería y ahora estaba emparejado con alguien más.
A pesar de haberlo visto esa misma tarde desesperado en la entrada de su universidad seguramente buscándolo a él, sin saber que Jeon Jungkook en realidad lo observaba ansioso desde la esquina de la calle.
Nunca se perdonaría el permitir que las lágrimas inundaran su mirada después de no encontrar su rastro, pero aún quedaba un año, sí.. sólo uno.
Unió sus manos, desesperado.
Atrayendo el recuerdo de sí mismo acostado en cama, esa sensación asfixiante de calor, el aire empezando a ser difícil de encontrar y cada mínimo toque sobre su piel transformándose en fuego.
Trasladándose hasta la realidad y entrando en razón porque ya nada era así, había cambiado y todo gracias a TaeHyung.
Sin duda le debía una vida y un universo entero.
De pronto pensando en cómo recompensar todo y recordando la meta olvidada que tenía cuando aún era un estudiante de secundaria.
Daría lo mejor de él para hacerlo sentir orgulloso, otra vez, pero esta vez lo lograría..
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