Jungkook recordaba esos días de niñez como sueños más que como una realidad.
La pura realidad deseada atacándole de frente al pensar, pensar en que todo había sido una pesadilla fea aquel día y que había caído en manos de ese señor mucho antes de ver a su hermano morir en sus brazos.
Y en esa mente inocente y ahora desolada se había creado esa ilusión, su hermano podía seguir vivo..
Y es por eso que cuando la puerta se abrió a sus espaldas en ese preciso instante en el que se preparaba para tomar las pastillas que le ordenaron a tomar, solo pudo caer en cuenta de que no se iría de ahí porque creía a su hermano vivo, sinó también porque deseaba a Kim TaeHyung lejos.
Por primera vez en toda su vida quiso que esos ojos se fijaran en alguien más, porque él no era capaz ni sería de sostenerlo y mucho menos de ayudarlo en esos momento.
Era la carga emocional que ese señor le había traspasado, con esas palabras claras y frías.
"¿Crees que es digno para ellos? ¿quieres seguir siendo la carga que siempre has sido? Dios abre los ojos niño, deja que tomen un respiro y ven aquí conmigo, ese tal TaeHyung se ve tan cansado y tú sigues ahí, siendo una carga"
Pero no iba a reclamar por eso, porque tenía razón, no era justo para los chicos el haber tratado con él durante todo ese tiempo y tener que escapar de un país gracias al desastre que existía tras su niñez.
Volteó sobre sus talones fríos y conectó su mirada con la de TaeHyung.
Kim TaeHyung.
"Mi amor, los demás vienen en camino" veía una vez más esos labios que deseaba callar a besos siempre.
Subiendo la mirada hasta el lunar en la punta de su nariz.
Pronto alcanzando unos ojos tan hermosamente inexplicables acompañados de sus pestañas largas.
Dando fin a su recorrido en el cabello gris, tintado por el mismo.
Jeon Jungkook estaba tan enamorado de ese ser perfecto ante sus ojos.
"Kim TaeHyung promete que no me olvidarás nunca" habló con la voz ahogada.
"De qué estás hablando..." Veía nuevamente los labios contrarios murmurar unas palabras.
De pronto alejando el amarre que el contrario dejaba caer en él.
"Promételo.. ¡JÚRALO!" gritó.
Su expresión contraída y cargada en sentimientos, lágrimas rodando por sus mejillas pálidas.
"Lo juro" pudo susurrar por último.
"Vete"
Y sin rodeos el cuerpo de Kim TaeHyung desapareció fuera del baño, la puerta volviendo a cerrarse y el agua de la regadera siendo dada.
"En tres días aquí, Jeon Jungkook, y tus 19 años te dejarán en libertad"
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