Dormía, sus ojos cerrados mientras se aferraba al brazo de su hermano solo tres años mayor que él.
El olor a madera calcinada era abundante dentro de la pequeña habitación en la que se encontraban, en sus pequeñas cabecitas no cabía la idea de que las paredes de casa ya no estaban en pié, de que una pequeña chispa provocada por un señor alto y adinerado al botar su cigarrillo en césped le daría fin a millones de deseos.
Jungkook, quien escondía su nariz y boca entre las sábanas con olor a suavizante de bebé, fue quien recibió el jalón por parte de su hermano, el cual rompió parte de las sábanas con la tijera escolar que estaba sobre el escritorio a un lado de la cama y cubrió a su hermano para que no respirara esa toxicidad.
"Vámonos" dijo.
Una de las esquinas de la habitación siendo rápidamente consumida por las llamas y próximamente atacando los muebles ahí dentro.
Corrieron, y sin si quiera imaginar que sería la última vez que se verían, aquel fuego había envuelto el galón de gas detrás de casa, y los gritos ahogados de sus padres pidiéndoles que corran, que salgan, que vivan acabaron por despedirles.
Sus ojos atascados en las miradas muertas frente a él mientras sus cuerpos seguían siendo devorados por ese mal que no podía ser controlado por ellos.
Ahora viendo a un metro de él a su hermano corriendo en su dirección para cubrirle los ojos húmedos y desesperados, sin saber que tras él, una pequeña y antes indefensa chispa agarraba las prendas de ese chico que le brindó apoyo desde que le vió nacer.
Solo era su hermano.
Solo eran dos chiquitines inocentes.
Los vecinos veían por entremedio de los escombros, buscando a los dos pequeños alegres que siempre cantaban y bailaban en las calles alumbrádas de la avenida.
Caminaron, hasta que salieron, y cuando creyeron que todo estaba bien, que lo habían logrado, que estarían unidos y superarían ese incidente juntos, el cuerpo del mayor de los dos cayó sobre el del contrario, inconciente.
Sus suspiros agitados, buscando ayuda pero teniendo a su lado solo a un nene de siete años, ignorante, cegado por inocencia y juventud.
Jungkook a fuertes arrastres recorrió la ciudad sin gotas de llanto en la cara, tocando de puerta en puerta con sus manitos agotadas e irritadas sin recibir respuesta por sus débiles gestos.
Y es que estaba viendo a su hermano dejar el mundo frente a sus ojitos, estaba permitiéndole a alguien que llevara a su hermano en medio de una injusticia.
Hasta que los focos de un auto llegaron hasta la vereda, y ese mismo señor que había botado el cigarrillo junto al césped bajó corriendo de su auto e intentó ayudar, pues su hermano estaba vivo, aún lo estaba, lo sabía porque sentía sus respiraciones exhaustas y los latidos de su corazón todavía retumbaban en sus oídos.
Solo que en un par de segundos, frente a él, en sus brazos, esos ojos contrarios se cerraron, el agarre que había sobre su mano ahora no existía, y los latidos de ese corazón ya no estaban, ya no había vuelta atrás.
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ANXIETY ; KTH&JJK
Fanfictionsilencio y ruido oscuro y claro abierto y cerrado sinónimo y antónimo TaeHyung y Jungkook