Sus dedos estaban fríos, tanto así que hasta le costaba moverlos.
Su nariz dolía por lo helada que estaba.
Estaban a 3° de temperatura, las personas se habían esfumado de las calles, al igual que los autos, pero él quería estar ahí, a pesar de que el frío fuera así de resistente.
Sus labios se separaron para inhalar aire y empezar a tararear una melodía, la cual a los segundos fue llevada por el viento que a la vez le desordenó el cabello.
Las hojas sueltas en el suelo de esa gran terraza volaron delante sus ojos, pero ni una chocó su cara.
El cielo era gris, como su hoddie, y amenazaba con soltar una lluvia tan fuerte que inundaría calles; sus inestables sentimientos jugaban cruelmente con su mente, confundiendolo cada vez más e impidiendo su análisis ante cada uno de los momentos que podrían pasar o que ya habían pasado.
Jungkook era un chico inocente, pero no tonto, a pesar de tener problemas encontró el amor en una persona, y sucedieron cosas íntimas entre ellos.
Jungkook sabía qué hacían las parejas, pero según muchos la palabra amor y estar enamorado no eran muy claras para él...
"Si YoonGi no le hubiera dicho a Jungkook que un chico estaba enamorado de él, Koo nunca hubiera dicho ni una palabra acerca de lo que sentía"
El sonido de la puerta de entrada a la terraza interrumpió el momento, una manta fue dejada sobre sus hombros y un TaeHyung entumido se sentó a su lado.
"Nos tenías asustados... no vuelvas a irte sin avisar ¿sí?" dijo TaeHyung mirando al contrario, sin recibir ni una mirada por su parte.
Desconcertado, intentó encontrar la mirada del contrario, pero parecía no lograr nada.
"Jungkook ¿estás bien?" Preguntó y nada.
"Bebé..." Murmuró ahora tocando el muslo del chico, pero si quiera eso cambió algo.
TaeHyung se desesperó, pero en su cabeza repetía que todo estaba bien, que Jungkook estaba bien, que no necesitaba más atención de la que ya tenía, que si se excedía le haría daño.
Pero ahí fue cuando su preocupación sobrepasó su límite.
De un rápido paso, TaeHyung terminó arrodillado frente al castaño, alzando sus manos hasta las mejillas del contrario e intentando hacerle caer frente a él.
Pero solo ganó su mirada sobre la suya.
"Hay algo que no me estás contando y eso te está dañando" susurró con la voz ronca.
Las pálidas y heladas manos de Jungkook fueron a parar sobre la cabeza de el alto, pasando a sonreír y a acariciar los cabellos de el ya nombrado.
"Eres muy lindo, Kim TaeHyung"
Inconciencia.
Confusión.
Temor tal vez.
Palabras transformadas en aire, oxígeno gastado.
Frío, Frío, Frío.
Claro que quería irse de ahí, estaba harto de ese frío tan clausurante, tan desesperante.
Pero sabía que quien lo encontraría sería él.
Sabía que sus ojos se inundaban en lágrimas por él.
Que la respuesta a su sentimiento no era confusión, no era pubertad o un sentimiento hormonal.
Estaba enamorado de un desconocido con ojos de porcelana, con labios de nube, con cabellos chocolatados, un desconocido con sentimientos de cristal, que vivía acompañado de trizas recientes en su fino corazón.
Y sabiendo que sería algo difícil, arriesgó sangre, sudor y lágrimas para verle sonreír de verdad, sin mentiras; quería saber que ese desconocido mostraba aquella hermosa sonrisa cuadrada por una razón, no permitiría llantos, mentiras o secretos.
No quería ver oscuridad desgarradora apoderándose de su luz.
Necesitaba ser la razón, y la sería.
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