Acurrucado de un lado de la cama grande dándole la espalda a Kim TaeHyung, quién claramente no dormía pero intentaba de a poco agarrar al castaño en medio de un sueño inexistente y abrazarlo hasta que nada de espacio pudiera separarlos.
Era algo sumamente complejo para un chico de tan sólo diecisiete años, era tortura para él tantos cambios en tan poco tiempo, adaptarse a ambientes nuevos y también una completamente nueva realidad.
Una marca ya hecha en esa vida que parecía recién empezar a vivir.
Y fue por eso que su mano se deslizó bajo las sábanas y al llegar al abdomen contrario solo pudo palpar con suavidad dándose cuenta de que dejaría botado a ese ser que sin duda era lo más importante que tenía en su vida.
Seguía palpando como si intentara entrar en razón, o tal vez pensando que él no era real y que su mente necesitada lo había inventado todo.
Pareciera haber sido mentira porque en su próximo pestañeo se veía al siguiente día por la noche tomando un bolso de mano y dejándolo junto a la cama, acercándose al chico dormido con la expresión contraída al no tener en sus brazos a su pequeño novio.
Se agachó de golpe a probar sus labios, siendo correspondido de manera torpe debido a la interrupción del sueño.
"No me vas a olvidar, no lo hagas por favor" alcanzó a murmurar tras recibir pequeños besos en sus mejillas.
"No te olvidaría nunca" susurraba con la voz ronca.
"Te amo Kim TaeHyung" acabó firme.
"Te amo Jeon Jungkook" respondió en tono particularmente confundido.
Y gracias a la oscuridad de esa noche nadie logró ver que ese mismo pequeño niño que habían conocido cuando era aún un chiquitín ignorante y totalmente temeroso, dejaba dos papeles arrugados y llenos de textura por los largos escritos sobre el mesón de la cocina y salía de la habitación con los ojos bañados en lágrimas cristalinas.
Fue ahí cuando se dijo y también admitió que no siempre podía suceder aquello que se deseaba, pero si debía dejar a los chicos para verlos ser felices después de tanto, lo haría.
Era la recompensa, su recompensa y agradecimiento por cada milisegundo en el que pensaron en él y en su bienestar.
Tal vez al salir de ese internado las cosas no estarían tan mal, pensó bajando del autobús y caminando a la entrada del aeropuerto.
Solo dos años, solo dos y viviría de sus propias desiciones.
En ese tanto solo pudo pensar en la respuesta que le había entregado al señor cuando le convenció de ir a Busan de vuelta.
"La única condición será que me dejará.. saber de los chicos y que si llega a faltarles algo usted se encargará de ayudarles, si me entero de que sucedió algo con alguno de ellos, sea cual sea la forma me iré"
Con 'ellos' se refería en especial a Kim TaeHyung.
Su novio, tan precioso.
¿Sería a caso que al volver aún lo amaría?
Suspiró.
¿Debía arrepentirse?
Sin duda sí.
Pero claramente no podría, él estaba haciendo bien, por muy estúpido que llegara a sonar era un bien del que se debía sentir orgulloso, pues había dejado a todos libres de la carga que era él.
Exactamente sin saber que en ese preciso instante Kim TaeHyung llamaba a los chicos mientras lloraba a mares botado en las cerámicas de la cocina mientras gritaba que se detuviera el tiempo, que lo iba a remediar y que su Jeon Jungkook estaría bien otra vez, junto a él.
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Dios.
Hasta yo quedé mal ajdbwkdbw.
En fin, Jeon Jungkook se fue y Kim TaeHyung no puede hacer nada al respecto, el final está más cerca que nunca, espero y no lloren. 🤲
